Uno de los episodios menos conocidos de la biografía de Benito Mussolini (Filippo Timi) es que tuvo una amante llamada Ida Dalser (Giovanna Mezzogiorno). Fruto de esta relación nació, además, un hijo que se negó a reconocer como tal y que fue bautizado con el nombre de Albino. Esta película recrea el encuentro entre Mussolini y Ida, cuando él era un socialista convencido que abogaba por la supresión de las monarquías y las jerarquías eclesiásticas. Ida quedó cegada por su amor y le idolatró hasta el punto de vender todas sus pertenencias para ayudar a la fundación de un periódico que se convertiría en el instrumento de propaganda del movimiento fascista italiano.