Gran comedia … ah, es un drama? Louisa Clark (Emilia Clarke) es una espontánea y pintoresca chica de veintiséis años que siempre se dejo llevar por el optimismo y la buena vibra. William Traynor (Sam Claflin) fue un joven y vital hombre de negocios que, tras quedar cuadriplico en un trágico accidente, se verá atrapado en un estado depresivo que lo llevará a convertirse en un amargado ermitaño. Clark llegará a la vida de Will al ser contratada por los padres de este para cuidarlo y devolverle las ganas de vivir, entablando un vínculo que cambiará la vida de ambos para siempre. “Yo Antes que ti”, basada en la novela homónima de Jojo Moyes, es una buena comedia dramática. Debe optar por hacer un típico drama lacrimógeno o un proyecto medio teen a lo “Bajo la Misma Estrella”, lo guionistas intentan ir más allá, brindándonos una simpática historia portadora de mucha gracia y un nivelado uso de humor negro. La verdad no esperaba que una adaptación de un libro conocido por ser tan dramático iba a hacerme reír tanto. Si bien el costado cómico de la película es bastante bueno, lo dramático deja bastante que desear. Algunos diálogos son forzados y maltratados, resultando poco creíbles y hasta telenovelizados. Hay escenas en las que hubiese quedado mejor una mayor inversión de tiempo para hacernos sentir más identificados con el padecimiento de los personajes y no tanto con la gracia de estos. En esto no ayuda la actuación de Emilia ‘cejas locas’ Clarke que, a pesar de ser carismática y lograr un personaje más que simpático, no me llegó en las partes que exigían una interpretación dramática. Tampoco colabora la musicalización elegida para el film, ya que queda muy fuera de lugar en relación a lo que plantea el argumento. Por otro lado, Sam Claflin hace un muy buen trabajo poniéndose en la piel del galán venido en desgracia, haciendo un personaje agotado e irritante. Dentro del drama fallido del film, el personaje mantiene su dolor de una forma creíble e interesante. Matthew David Lewis, conocido por ser Neville Longbottom en “Harry Potter”, hace de contraste con el personaje de Claffin, interpretando al fanfarrón y narcisista novio de Louisa, un personaje irritante que cumple su función a la perfección. La directora teatral Thea Sharrock, encargada del episodio del rey Enrique en la miniserie “The Hollow Crown”, hace un trabajo decente con un gran manejo de las matices en el apartado visual de la adaptación. La fotografía es aceptable y el vestuario elegido para la protagonista femenina remarca con excelencia su personalidad. “Yo Antes de ti” al menos intenta diferenciarse de las otras películas de este estilo, mostrando un dramatismo mediocre aunque compensado con un gran sentido del humor. Vale la pena darle una oportunidad, y a los fans de “Game Of Thrones” les cuento que, además de ver a la divina Emilia Clarke, también tendremos a Charles Dance (Tywin Lannister) haciendo acto de presencia en el reparto.
La premisa de Yo antes de ti se adivina a los pocos minutos y tampoco habrá demasiados misterios respecto a lo que seguirá. Pero dentro de obviedad de su estructura -a lo que se agregan cursilerías varias, clichés de clases y algún golpe bajo-, la película de Thea Sharrock (basada en el libro homónimo de Jojo Moyes, también autor del guión) regala más de un momento entrañable y, contra lo que pueda esperarse, sus casi dos horas de duración no pesan en absoluto. ¿La responsable? Emilia Clarke, cuya gestualidad, carisma y fotogenia se imponen por sobre cualquier propuesta almibarada.
La teoría del yo. ¿Cuántos dramas románticos han visto en su vida? ¿Cuántos de ellos terminan igual o tal cual lo imaginan? ¿Cuántos se vuelven uno más del montón que hay? Yo antes de ti no será uno de ellos. La propuesta de Warner Brothers se convertirá en una historia que no va a pasar desapercibida.
La vida después de nosotros. Yo antes de ti (Me Before You, 2016) es la adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita en 2012 por la autora británica Jojo Moyes, un libro que ha sido best seller, vendiendo más de tres millones de copias en todo el mundo, y que ha cosechado infinidad de fanáticos, en su mayoría del sexo femenino. La historia se centra en Will Traynor (Sam Claflin), un ex bancario londinense, practicante de todos los deportes extremos posibles y proveniente de una familia acomodada, el cual ha sufrido un accidente que lo ha dejado paralizado del cuello hacia abajo. Ante la necesidad de una enfermera para Will, la madre del joven contrata a Lou Clark (Emilia Clarke), una entusiasta de la vida y con muy poca noción de la moda (expresada en su particular vestimenta), quien acepta el trabajo para poder ayudar económicamente a su familia. Por supuesto que para seguir la línea que todo drama romántico respeta, el factor “chico rico-chica pobre” no ha sido dejado de lado, dotando de un tono agridulce y algo predecible al relato en cuestión. Decidido a dar fin a su vida, Will se muestra en principio reacio a su nueva enfermera, pero Lou -mediante los méritos de su personalidad histriónica- llevará a cabo todo tipo de actividades para devolverle las ganas de vivir, disfrutar y valorar cada experiencia, más allá de su condición física. Todo aquello que demanda un film de características entre el romance y el drama, es cumplido a la perfección porque la pareja funciona, aunque quizás un poco más de química hubiese dotado de una mayor credibilidad a ciertas escenas. Las canciones de amor acompañan y sostienen la premisa que se dejó ver en los muchos avances de la película: el amor a pesar de todo, ¿qué hacer cuando aparece alguien que cambia todo tu mundo y convicciones, cómo ser feliz cuando la persona que amas te pide algo que destrozará tu vida por completo? Estas preguntas encuentran su respuesta en el final del film, el cual a todos los seguidores del libro los dejará más que complacidos. Para aquellos que tengan un paladar algo más fino, en cuanto a historias de amor se trata, la experiencia sin duda sabrá a poco.
Louisa (Emilia Clark) es una joven con muy pocas ambiciones, trabaja y vive para su familia y acompaña a su novio Patrick en los ejercicios físicos que este practica. Todo cambia cuando Lou es despedida de la cafetería en donde trabaja sin ninguna razón aparente. Ella está decidida a buscar un nuevo empleo, y por circunstancias de la vida le ofrecen de cuidar a una persona con tetraplejia (movilidad reducida), Lou acepta y es puesta a prueba por 6 meses para el trabajo. Al llegar a la residencia se topa con un inmenso castillo en donde vive la persona que debe cuidar, ahí conoce a Will (Sam Claflin), un joven en silla de ruedas. Ella pone el mayor empeño para sentirse cómoda cuidando a Will pero este hace todo lo contrario y se aleja lo más posible de ella, de esta manera dos personas con vidas totalmente distintas verán que no hay barreras para poder amar y darle un nuevo significado a sus vidas. La adaptación de la novela escrita por Jojo Moyes sin ninguna duda será la película romántica/dramática del 2016, ya que posee todos los elementos para que lo sea, la chica humilde que quiere el bien para su familia, el joven millonario que lo tiene todo y que por un accidente cambia su personalidad por completo, pero acá se le agrega la discapacidad del protagonista masculino, “Yo Antes de Ti” cumple para el público que fue hecha, tiene sus errores y son muy notorios e incluso aburren y debieron ser omitidas del film (como la escena en la que él personifica a James Bond), pero fuera de eso está bien realizada, por momentos es algo graciosa como en la película “Amigos” y por el otro también puede ser triste y dura, como sucedió en “Bajo la Misma Estrella”, la música y la fotografía son las partes estéticas que más se lucen y acompañan en los momentos fuertes del film. Emilia Clark por su parte, lleva bien la interpretación de Lou, cosa contraria a lo que sucedió cuando hizo de Sara Connor en la última de Terminator. Sam Clafilin también se luce como Will, pero no se diferencia mucho a su Finnick Odair. Yo Antes de Ti es la historia ideal para el público romántico que va al cine a disfrutar de ella, eso sí, con pañuelitos a mano. Lo bueno: película romántica que cumple con las expectativas. Lo malo: Algunas escenas cómicas que se ven muy forzadas, pero al menos son pocas.
Una historia romántica y emotiva que cruza clases sociales y a una joven -Emilia Clarke- con un millonario que está en silla de ruedas luego de sufrir un accidente. Buenos personajes secundarios se suman a un relato que esquiva los golpes bajos. Una historia de amor, como tantas otras, que cruza clases sociales y trae a personajes que buscan una segunda oportunidad. Yo antes de tí, de la realizadora Thea Sharrock, se apoya en los contrastes que ofrecen mundos distintos y en la imposibilidad física que sufre el personaje central. La veinteañera Louisa Lou Clark -Emilia Clarke- vive en un pequeño pueblo en mitad de la campiña inglesa y acepta un trabajo en un castillo para ayudar económicamente a su familia, sin imaginar que su vida cambiará para siempre. Allí cuidará de Will Traynor -Sam Claflin-, un carismático banquero que quedó postrado en una silla de ruedas luego de sufrir un accidente. Un punto que juega a favor de la película es que esquiva los golpes bajos y hace foco en una historia que también juega con el humor. La irrupción de Lou, inexperta, un tanto aniñada y con un vestuario que espantaría a más de uno, logra de apoco insertarse en el funcionamiento de ese castillo tan alejado de su mundo, que tiene sus propias reglas y donde el dinero no puede cambiar la realidad de Will. Con toques de humor apropiados en cada momento, el relato impone la fuerza de los personajes secundarios al mostrar el entorno de la familia trabajadora de Lou -con padres que también necesitan un trabajo para llegar a fin de mes, una hermana compinche y un novio deportista y celoso- contrapuesto con el mundo ordenado y programado del clan adinerado que habita el castillo -el padre encarnado por Charles Dance y la estricta madre, rol a cargo de Janet McTeer- que depositan en manos de Lou el cuidado de su hijo. Entre viajes a escenarios paradisíacos, un carismático fisioterapeuta y atraidos por el destino de una misma estrella, Lou y Will se verán al comienzo unidos por las necesidades en esta película que emociona y apuesta a la química entre los protagonistas.
Enseñanzas del amor Basada en la novela homónima de Jojo Moyes, Yo antes de ti (Me Before you, 2016) tiene todos los ingredientes del drama romántico. Emilia Clarke y Sam Claflin conforman una pareja carismática en la película dirigida por Thea Sharrock. Cuando es despedida de la cafetería, Louisa (Clarke) tiene que buscar rápidamente un empleo. Y no puede desperdiciar la única oportunidad de trabajo que consigue: cuidar a William Traynor (Claflin), hijo de una familia adinerada que quedó tetrapléjico producto de un accidente. Aunque los dos tienen personalidades distintas, el hecho de conocerse los ayuda; y ella intentará que él cambie su decisión sobre un tema importante. Sharrock lleva a la pantalla grande una historia que atraviesa distintos sentimientos. Porque tiene la capacidad de divertir por momentos y de hacer reflexionar en otros. Por ejemplo, no faltan las típicas fiestas que se generan en las películas románticas a las que los protagonistas asisten vestidos para la ocasión, así como tampoco aquellas escenas que provocan una lágrima. Clarke y Claflin interpretan correctamente a sus personajes y consiguen una química que se transmite. Sus escenas fluyen con naturalidad y logran que el público se involucre emocionalmente con la historia. Además, el faustoso castillo en el que vive Will le imprime pinceladas de época, aspecto que se complementa con el jubiloso y recreado vestuario de Lou. Yo antes de ti es una película funcional a su género, pero su parte más débil es que algunas escasas situaciones resultan previsibles. Romanticismo, entretenimiento y drama convergen en una combinación que invita a reflexionar sobre las pequeñas cosas de la vida. Y principalmente, sobre el valor que les damos.
EL AMOR CON BARRERAS Una suerte de cuento de hadas, una historia de amor entre un muy exitoso ejecutivo que por un accidente queda paralizado y su cuidadora, una chica de clase media que no encaja el mundo poderoso. El piensa en la eutanasia, un tema tocado levemente y legal en suiza. Ella que luce cándida y colorida con ropas recargadas y llamativas, es puro optimismo. El encuentro de esos mundos, el enamoramiento y la esperanza de ella de disuadirlo de su muerte programada. Melosa y previsible, tiene el plus de bordear la lágrima sin caer en el golpe bajo y especialmente logra encanto con la química de los actores Emilia Clark (lejos de “Game of Thrones” ) y Sam Clafin (lejos de “los juegos del hambre”) Se deja ver y entretiene ideal para románticas incurables.
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¡Sí! Lo que vende el póster y el tráiler de Yo antes de ti es lo que se van a encontrar: una gran historia romántica con principal hincapié en el público femenino y un mar de lágrimas. A muchos no les gustará pero es un género que si está bien manejado puede entregar una buena obra (dentro de esos parámetros) tal como la que nos ocupa en este momento. Por supuesto que hay clichés en diálogos y en composición de cuadros pero son parte indisoluble de un lenguaje propio para contar una historia de un amor con dificultas. Si escrutinamos un poco el guión -escrito y adaptado de su propia novela por Jojo Moyes- vamos a encontrar un paralelo muy fuerte con La Bella y la bestia por lo tanto es una fórmula probada pero en un mundo real y más cínico. Me gustó mucho la simpleza con la cual está filmada, linda fotografía y planos no pretenciosos por parte de la debutante Thea Sharrock. Pero por donde más gana el film es con las magníficas interpretaciones y química de sus protagonistas. Emilia Clarke enamora en todo sentido con su personalidad, look a lo Nana Fine y perfil medio bajo en lugar de la bomba que puede llegar a ser tal como la vemos siempre en Game of Thrones. La comedia le sienta muy bien y dan muchas ganas de verla en papeles similares. Por su parte Sam Claflin hace buen despliegue de galán pero tridimensional y si bien ya había alcanzado notoriedad con Los Juegos del Hambre este papel será el que lo ponga en el mapa y bien merecido lo tiene. Hay un par de escenas entre ellos dos que realmente me sorprendieron pero que no voy a detallar porque sería un spoiler por lo que solo voy a decir que guían muy bien al espectador para luego sacudirlo aún habiendo anunciado lo que vendrá. Un buen final, lacrimógeno si, a la altura de toda la cinta completa bien el círculo de un buen exponente de este género que se disfruta tanto en Dubai como en nuestro suelo, o sea, que es universal. Los temas que trata enternecen por más que sean ajenos y eso siempre suma mucho. Yo antes de ti es una muy buena película romántica y los que disfruten y se entreguen a este tipo de propuestas van a salir satisfechos aún cuando se estén secando los ojos…
Ella es pobre, él es rico; ella quiere amor, él está mal porque vive, parapléjico, en una silla de ruedas. De todos modos, como corresponde al romance, habrán de enamorarse. Sí, tiene todos y cada uno de los lugares comunes de un film romántico realizado a reglamento, pero también tiene a dos actores que parecen darse cuenta de lo que están haciendo -Emilia Clarke y Sam Claflin- y se toman el asunto en serio. Y cuando lo hacen, emocionan.
Aunque la dirección y la banda sonora son lo más memorable en "Yo Antes de Ti", también hay que hacer mención especial a las impecable actuación de Emilia Clarke. Una historia simple, pero capaz de enamorar tanto a hombres como mujeres y con un mensaje impactante que dejará a más de uno con ganas de vivir su vida al máximo. La premisa de Yo Antes de Ti es simple, Will (Sam Claflin), un hombre guapo, adinerado, inteligente y exitoso tiene un trágico accidente que lo lleva a conocer a la humilde y torpe, Lou (Emilia Clarke) y a pesar de no llevarse bien al principio y pertenecer a mundos totalmente opuestos, pasa lo predecible, se enamoran. Esta nueva historia de amor nos recuerda un poco a otra que fue contada hace poco, la popular P.S I Love You (2007) protagonizada por Hilary Swank y Gerard Butler, pero a pesar de esas pequeñas coincidencias en el conflicto y mensaje, Yo Antes de Ti cuenta con los edulcorantes necesarios y elementos icónicos suficientes para diferenciarse del resto de las historias de amor, pues las medias de abeja que usa Lou en la película son inolvidables y pasarán a la historia de la cultura pop cinéfila. Emilia Clarke, conocida por interpretar a Daenerys Targaryen en Game of Thrones, le da la frescura que necesitaba el género drama/romance ¿Rachel McAdams quién? Clarke encanta al público con cada uno de sus atuendos lleno de color y sus simpáticas muecas lo que hace que el espectador tenga la sensación de que el resto de los personajes son secundarios y finalmente no se cumple el objetivo de lo que debería ser una historia de amor y se convierte rápidamente en una historia de superación personal, combinada con un poco de romance y mucha comedia. Yo Antes de Ti desde el tráiler promete muchas lágrimas, pero la realidad es que nos arranca muchas más sonrisas. La película está filmada con hermosas e impecables tomas, acompañada de un soundtrack el que se te eriza la piel y se te hace un nudo en la garganta cada vez que suena una canción. Ciertamente la directora supo aprovechar al máximo el escaso presupuesto (20 millones de dólares) para lograr que pequeña producción que seguramente será una de las películas más memorables del 2016.
Últimamente, todas las películas románticas caen bajo ciertos preceptos. O son un dramón infumable como todo lo que sale de la factoría de Nicholas Sparks, o sorprenden en su exploración del romance cercano a la muerte como la adorable y lacrimógena The Fault in Our Stars, por poner algunos ejemplos sencillos. Me Before You combina la simpleza de las historias de Sparks con el concepto de mortalidad finita de otras, y los sazona con una agradable pareja protagónica que alza el conjunto, al punto de que se deja ver a pesar de sus previsibilidades. En una simple pero efectiva escena inicial, el todopoderoso magnate Will Traynor -el ascendente Sam Claflin- tiene un accidente que lo deja postrado en una silla. En su camino se cruza la energética y efervescente Lou -nuestra Khaleesi querida Emilia Clarke- quien tiene la tarea de acompañarlo en este duro tramo de su vida. Él tiene una manera fría y cínica de ver la vida tras lo que le sucedió. Ella es una batería de optimismo que nunca parece acabarse. ¿Logrará derretir el corazón del otro? No es muy difícil prever los caminos que recorrerá la película de Thea Sharrock -basada en el guión de la propia autora del libro homónimo, Jojo Moyes-, pero sin embargo la luminosidad de Clarke y la caballerosidad que destila Claflin hacen que la dupla y su viaje sean muy interesantes de ver. Ambos tienen una respetable química, aunque la que verdaderamente brilla es Emilia en un papel que le permite dar rienda suelta a sus dotes de comedia, con muchos detalles físicos que le dan mucha personalidad a su Lou, una joven mujer cuyo rumbo en la vida todavía no ha sido encontrado y se conduce alrededor con peculiares atuendos bastante chillones. Claflin, de forma sorprendente acorde a la discapacidad de su personaje, se mantiene con su ropa intacta durante el 90% del metraje, lo que le da al actor la oportunidad de elevarse por sobre la meta quien muestra todo y construye una personalidad con su rostro y poco más, debido a que no puede moverse de la cintura para abajo. Hay algo muy estimulante en presenciar un romance postrado y no a un caballero imposible que llega montado a caballo a salvar a su damisela, lo cual le aporta un sabor diferente. Otra baza fuerte es el peliagudo tema que tocan tanto la novela como el guión, que lleva a lo que podría llamarse un final controvertido, pero que al fin y al cabo no traiciona el espíritu de la historia ni tampoco atenta con las expectativas del espectador. Por supuesto, Clarke y Claflin no son los únicos presentes en la película, sino que pasan su tiempo rodeados de grandes actores británicos como Charles Dance -compartiendo escenas con Emilia, cosa que nunca hizo en Game of Thrones- y Janet McTeer como los preocupados padres de él, mientras que Matthew Lewis -un casi irreconocible Neville Longbottom de Harry Potter- tiene la tarea de enturbiar las aguas como el novio de ella, que tiene algunas de las mejores escenas pero también provoca conflictos que parecen diseñados solamente para que haya piedras en el camino de los protagonistas. Me Before You cumple con todos los preceptos que las películas románticas de hoy en día tienen, aunque es lo suficientemente inteligente como para alejarse un poco de los lugares comunes antes de volverse predecible. Una linda historia, una dupla adorable y agraciada, y la capacidad de hacer que más de uno saque los pañuelos descartables. Es más que suficiente para disfrutarla.
Hace varios meses que esperamos ver "Yo Antes de Ti" y finalmente llegó el día. Quienes leyeron la novela de Jojo Moyes y se convirtieron en fans de la historia van a disfrutar cada segundo de la película... por un lado, por la correcta elección de sus personajes protagónicos, Emilia Clarke (nuestra amada Daenerys Targaryen de "Game Of Thrones") y Sam Claflin ("Los Juegos del Hambre"), que te conquistan desde el minuto uno y por otro lado, porque está super bien realizada, desde el mínimo detalle hasta la última canción que suena en los títulos. Hablando del guión, la historia va sumando tensión entre los dos protagonistas y quienes los rodean, hasta llegar a un punto en el que supuestamente todo va a estar bien, pero como es una peli para lagrimear, no te voy a contar hasta dónde vas a poder estar tranquila/o. Si algo hay que destacar es el hermoso mensaje que te va a dejar al salir del cine: "hay que vivir al máximo pese a todo" y celebro que existan este tipo de películas en donde no solo uno disfruta de un buen momento, en el que incluimos "muchas" lágrimas, sino que dé lugar a que salgamos del cine modificados y analizando lo que tenemos, desde la salud hasta el amor que nos acompaña si es que lo tuviéramos. "Yo Antes de Ti" está ahí nomás, estacionada al lado de "Bajo la misma Estrella", por lo que sí lloraste con Hazel y Gus, es imposible no hagas lo mismo con Lou y Will. ¡Recomendadísima!
Precedida del exitoso best seller en que está basada, la adaptación a la pantalla grande de la novela Yo Antes de Ti es un ejemplo de las fórmulas aplicadas al pie de la letra. Pongamos como uno de los escenarios un barrio trabajador lleno de buenas intenciones, en él un personaje pintoresco con las suficientes particularidades para que sea llamativo. Contrastémoslo con una casa pudiente, en él un personaje parco y sarcástico. La unión mediante la desgracia y la inmersión para bien de uno sobre el otro, se imaginarán de cuál sobre cuál. ¿Cuántas historias románticas conocemos así? Pareciera ser el promedio de la telenovela clásica. Ahora pongámosle nombres, Louisa Clark - perdón no puedo dejar de pensar en la serie Lois & Clark cada vez que lo escribo o lo escucho – vive en los suburbios obreros de Inglaterra, ni bien comenzado el film, es despedida (por falta de clientes, acá no existe la mala voluntad) de la confitería en la que trabaja/ba. Ella necesita mantener a su familia ya que su padre también se encuentra desempleado, y entre tanto rebote termina recayendo en casa de los Traynor. Allí, Camilla, la matriarca, la contrata para asistir y animar a su hijo Will, cuadripléjico, quien básicamente se ha vuelto un amargado. ¿Hace falta aclarar que Lou es ideal para animar a las personas por las mil y un excentricidades que posee? ¿Hace falta aclarar que Will es de lo más hirientemente arrogante y snob que se puedan imaginar? ¿Hace falta aclarar que Lou se ganará el corazón de Will? Así transcurre Yo Antes de Ti, con todos los pasos premeditados, no por la novela de Jojo Moyes (quien también adaptó el guión) en que se basa, sino por las recetas prescritas del drama romántico-juvenil-con enfermedad en el medio. Emilia Clarke compone a una Lou Clark chispiante, volátil, rebozante en bondad en cada uno de sus gestos, verborrágica y extremadamente cálida. La química con Sam Caflin no es de todo lograda, al actor pareciera vérselo más cómodo en roles naturales como el de la más llamativa Love, Rosie. Hay también un sustento entre los intérpretes adultos con Janet McTeer y Charles Dance como los padres de Will, y Brendan Coyle y Samantha Spiro como los padres de ella. La directora nobel Thea Sharrock, más ligada al teatro clásico, no necesita hacer demasiado para otorgarle ritmo a la historia. Los románticos que asistan a la sala seguirán el asunto con interés permanente, y sin demasiadas notas que los puedan llegar a disgustar. La cuestión es que, desde entrada, la propuesta se asemeja demasiada a otras similares, en especial Dying You de Joel Schumacher, de la cual hasta copia planos y escenas completas. La comparación se hace irresistibel, y en ese plano ni Sharrock tiene la sensibilidad de Schumacher, ni Clarke y Caflin son Julia Roberts y Campbell Scott; en todos los planos, el film de 1991 sale triunfador. Los cliches se acumulan escena tras escena haciendo que se puedan adivinar todos los pasos a seguir, y hasta la supuesta revelación que da giro a la historia es demasiado anticipada previamente en diálogos iniciales. Hay una especial atención en hacer un producto competente y se nota, desde la fotografía de Remi Adefarasin a los acordes compuestos por Craig Armstrong. Todos los rubros técnicos son cuidados y en un nivel acertado. También se aprecia la intención de aligerar la situación mediante tramos de comedia que, si bien no siempre es efectiva, por lo menos corre el eje del permanente intento de prepararnos para los pañuelos finales. Yo antes de ti es una película correcta, que dejará satisfechos a los espectadores menos exigentes, y más aún a los fanáticos lectores del texto original. Con los mensajes edificadores de manual - alguno ciertamente discutible - y las escenas clásicas que todos sabemos que vamos a ver. Se extraña una intención, aunque sea mínima de ir más allá, de ofrecer algo, aunque se parcialmente fresco respecto de, por ejemplo, cualquiera de las películas basadas en novelas de Nicholas Sparks que llegan año a año. Ese apego a las reglas, a repasar todos y cada uno de los lugares comunes, no solo le resta peso, sino verosimilitud. Un poco el vuelo creativo, de esa chispa que a Lou parece sobrarle, hubiese hecho que los resultados fuesen totalmente diferentes.
Todos los años asistimos a un espectáculo interesante, ver como el cine encuentra material para adaptar de los estantes de las librerías para convertirlos en filmes que luego se transformen en sucesos en la taquilla y así recuperar la inversión que tras la adquisición de un best seller suele haber. "Yo antes de ti" (Inglaterra, 2016) no es la excepción, que bajo la dirección de Thea Sharrock (con amplia experiencia en el teatro, pero debutante con este filme en cine) y los protagónicos de Emilia Clarke (si, Daenerys Targaryen de “GOT”) y Sam Claflin (“Los juegos del hambre”), más la participación de un seleccionado de actores de lujo (Matthew David Lewis, Charles Dance, Jenna Coleman, Janet McTeer, etc.) se logra adaptar la atmosfera y tensión que el libro de Jojo Moyes le impregna a todo el relato original, que nada tiene para envidiarle a Nicholas Sparks o John Green. La historia es simple, Louise (Clarke), es una chica que necesita imperiosamente trabajo. La crisis golpea a todos y su familia ha sufrido la disminución abrupta de ingresos por el despido de su padre del trabajo. Entre todos, colaborando, poniéndole el pecho a la situación han podido salir adelante relegando sus verdaderas intenciones y postergando sueños y metas personales (como el su hermana que debió abandonar sus estudios abruptamente). En el caso de Louise todo es más complicado, porque si bien ella se empeña en ayudar al prójimo a como dé lugar, se ve superada por algunas situaciones en las que toma decisiones que afectan directamente a sus empleadores, por lo que constantemente pierde su trabajo. Cuando por enésima vez va a la oficina laboral para pedir una nueva oportunidad, una inesperada solicitud de asistente personal de un hombre la colocara nuevamente en la carrera hacia un futuro mejor. Pero claro está que ese será solo el comienzo, ya que al aplicar y asistir a la entrevista la joven deberá modificarse para cumplir con al menos alguna norma o pauta que la acerque a la chance de que la tomen en el lugar, hogar de la familia más acomodada del pueblo con un nivel de vida completamente alejado al de Louise y los suyos. Lo que sigue es una suerte de reiteración de las miles de historias que el cine, la literatura y la tv ya han plasmado, una puesta al día de aquellas narraciones en las que un personaje externo al universo que se retrata, llega para cambiar la realidad de aquellos que lo habitan. Y este filme no es la excepción a la regla, por lo que Louise, con su verborragia, vestimenta ridícula (cualquier similitud con “The Nanny” no es casual) llegará para estremecer a Will (Claflin) un hombre que vio como la tragedia le cambió su vida de un día para el otro al hacerlo pasar de la cima (laboral, sentimental y personalmente) a lo más bajo, ubicándolo tras un imprevisto accidente en una silla de ruedas con un cuadro irreversible de cuadriplejia. Louise tratará de seguir las reglas impuestas por la madre (McTeer) de Will y las extensas rutinas de kinesiología y demás, pero no podrá evitar querer modificar todo con su sola llegada. Entre ambos, el amor, y con este la irreversible necesidad de aferrarse el uno al otro, emulando una suerte de Pigmalión en el que Will desasnará a Louise con algunos tópicos (cine extranjero, por ejemplo) y ésta también lo hará en temas mucho más “terrenales” como el “amor”, algo que Will había desterrado de sí. Sharrock, respondiendo a su sólida formación teatral, registra todo puntillosamente, de manera cuidada y medida, sin arriesgarse a nada, algo que en otro tipo de películas sería desfavorable, pero aquí, respondiendo a reglas de género, sirve para consolidar la propuesta y reforzar el protagonismo excluyente que Clarke y Claflin logran. “Yo antes de ti” funciona, y seguramente aquellos que busquen una entrañable historia de amor la encuentren, a pesar que por momentos la química entre los protagonistas no esté presente y que Clarke exagere un tanto su Louise. La vuelta de giro hacia el final, una suerte de golpe inesperado que evoca a clásicos como “Love Story” o filmes más cercanos como “Bajo la misma estrella”, no hacen otra cosa que reafirmar su impronta y propuesta, y que ubican a “Yo antes de ti” al tope de las inevitables listas de melodramas y chic flics que cada año se hacen.
Melodrama kitsch pasado de rosca. Desde que en su obra más famosa Antoine de Saint-Exupery escribiera que “lo esencial es invisible a los ojos”, una multitud de lectores convirtió a la frase en un hito del siglo XX y, tal vez, en piedra fundamental de la literatura de autoayuda. No es objeto de este texto explicar por qué aquella máxima incluida en El principito es falsa. Sin embargo el estreno de Yo antes de ti, de Thea Sharrock, representa una prueba fáctica de que lo esencial es tan tangible y claro como la cáscara que lo recubre. Porque si bien la película amontona en la superficie actuaciones ligeras que alimentan de ternura una historia de amor imposible, una banda sonora siempre intencionada y la aparente valentía de tomarse con humor algunos temas de esos con los que “no se jode”, como la postración de por vida o la eutanasia, bajo ese disfraz de estoica frescura (si es que semejante engendro existiera) se manifiesta un monstruito conservador –sobre todo en lo cinematográfico–, que sólo tiene para aportar una mirada simplista y ramplona de sus temas de fondo. Y no es que esa esencia se encuentre tan oculta que no pueda ser notada rápidamente. Al contrario, desde el comienzo es posible suponer para dónde irá la película, cuya primera secuencia empieza una mañana de lluvia con una parejita perfecta despidiéndose melosamente en la cama de un departamento de estética ABC1 y termina con él siendo atropellado por una moto al cruzar la calle, apurado por llegar a la oficina, donde lo espera su destino de hombre de negocios joven y prometedor. La película continúa en uno de esos pueblitos del interior de Inglaterra donde todo es más verde que el césped de Wimbledon. Ahí vive Louise, chica de clase media que para ayudar a su papá desempleado, a su mamá ama de casa y a su hermana, que es madre soltera y estudiante universitaria, se ve obligada a aceptar el trabajo de cuidar al cuadraplégico niño rico accidentado. Si esta enumeración parece describir un panorama anacrónico, como si la acción transcurriera en 1950 y no en el siglo XXI, qué decir del look de Louise, que combina la estética de póster Pagsa de Cindy Lauper en los ‘80, con el estrafalario estilo de Fran Drescher en La niñera. No menos grotesco resulta el tono elegido por Emilia Clarke, la misma de Juego de tronos y la Sarah Connor de Terminator: Génesis, para interpretar a Louise con una sucesión de morisquetas y mohínes que en lugar de resultar cándidos, se vuelven exasperantes. Pero no sólo Clarke sobreactúa, sino que toda la película está estéticamente pasada de rosca, con planos sobrecargados que posan de kitsch y canciones que no sólo subrayan la acción desde lo sonoro sino desde sus letras. Basada en un exitoso best seller romántico, Yo antes de ti es incapaz de disimular su esencial intención de conmover a cualquier precio, aunque nunca vaya más allá de los formalismos de rigor sobre los que se estructuran este tipo de melodramas.
Romance, emoción y llanto Yo antes de ti promete romance, emoción y mucho llanto y aunque no llega a cumplir del todo sus promesas, tiene suficiente encanto como para que verla sea una experiencia agradable, más allá de su trágica historia. Basada en la muy exitosa novela homónima de Jojo Moyes, quien también se ocupó de la adaptación cinematográfica, la película cuenta la historia de Lou (Emilia Clarke), una joven que vive en un pueblo y que necesita desesperadamente un trabajo para ayudar con la economía familiar. Lo encuentra en el hogar de los Traynor, una familia millonaria y dueña de un castillo cercano, que la contratan para asistir a Will (Sam Calflin), quien quedó tetrapléjico tras ser atropellado por una moto. Will se resiste al principio a los intentos de entablar amistad de Lou, pero pronto empiezan a conocerse y ambos ven sus vidas modificadas por la relación. A partir de esa premisa sucede todo más o menos como el espectador podría esperar, de forma bastante esquemática. El film, primer largometraje de la directora de teatro y series como The Hollow Crown y Call the Midwife, Thea Sharrock, resulta sorprendentemente liviano durante su desarrollo. Esto hace que sea entretenido, pero cuando aparece en la historia el tema de la eutanasia esa liviandad se traduce en superficialidad y subraya la negación de la película en profundizar sobre el sufrimiento de su protagonista. La trama romántica, aún con su destino trágico, resulta un poco débil como para satisfacer al público que busca emociones fuertes del tipo de las que ofrecen películas como Diario de una pasión. Lo que sí van a encontrar en Yo antes de ti es encanto, construido sobre la base de paisajes hermosos, un par de vestidos soñados y algunas escenas que generan emoción genuina. Claflin se destaca con una muy buena interpretación de Will, mientras que Clarke se nota algo forzada en su personaje y depende de su gran carisma para superar la prueba. Ambos están rodeados de un elenco de excelentes actores británicos, que incluye a Brendan Coyle, el John Bates de Downton Abbey, y Charles Dance, quien fue Tywin Lannister en Game of Thrones.
Un romance como Dios manda Lo mejor de la película de Thea Sharrock es la soberbia actuación de Emilia Clarke, en una historia que toma el siempre difícil tema de la eutanasia. Uno de esos romances imposibles que en la ficción son norma y que pocas veces reparan en ahorrarnos estereotipos. Sin embargo Yo antes de ti, la película de Thea Sharrock basada en el best seller homónimo de Jojo Moyes (ojo, el libro tiene secuela), encuentra en la forma, el tono y en el adorable protagónico de Emilia Clarke argumentos sólidos para jugarnos un desafío: el de volver interesante y emotivo un cuento conocido ¿y trivial? con armas tan transparentes como genuinas. El filme puede situarse en el lote de relatos que juegan con ese cruce de tragedia, ironía y comicidad. Los protagonistas, Lou Clark (Clarke) y Will Traynor (Claflin), se cruzan en el pueblo en el que ambos crecieron, donde sufren crisis diferentes. Ella jamás salió de allí, y necesita recuperar un trabajo para mantener a su familia de clase baja; él, en cambio, un exitoso hombre de negocios, ha vuelto al pueblo tras un accidente que lo dejó cuadripléjico. Adivinaron, el trabajo de Lou será cuidar a Will, que hace rato decidió rendirse. Ese vínculo es el corazón de la película, desdibuja incluso al de la eutanasia. De a poco va descubriendo la humanidad de estos personajes liberados, y tiene una batalla doble, hacernos cómplices de esa liberación por las casi dos horas que dura la película. La directora viene de dramatizar Enrique V en el teatro, sabe entretejer dinastía y la plebe. Pero su mejor recurso es jugar con cierta sobreactuación de Clarke, volverla explícita, mimetizar a la protagonista con el personaje al punto de que cada mirada suya a cámara actúe como invitación indeclinable para entrar en su mundo. Un mundo puro en el que su transformación construye vínculos de confianza con el espectador, que puede llorar tranquilo por Will, por Lou, o por lo que estos personajes jalonen de sus propios amores.v
Los protagonistas tienen buena química y carisma. Es como un cuento en versión moderna de “La cenicienta” ella una joven humilde, llena de sueños, alegre, sabe dar amor, que vive humildemente con su familia y con su primer sueldo ayudará y mucho. Él es un hombre apuesto, triste después de un accidente que lo dejo postrado en una silla de ruedas. Ella le ofrece un mundo nuevo, intentar salvarlo de su decisión relacionada con la eutanasia y devolverle la sonrisa. Es una película que invita a reflexionar, visualmente bella, con un vestuario multicolor y las ruinas de un castillo. Ideal para románticos. Resulta bastante previsible, con algunos clichés y no sorprende.
Previsible y lacrimógeno, pero con lindas imágenes Buenos diálogos que denotan que es una producción inglesa y no hollywoodense, y las actuaciones de Emilia Clarke (“Game of Thrones”) y Sam Cafflin (“Los juegos del hambre”) hacen más o menos potable un romance inverosímil. Esta película ofrece algunas pocas variaciones a la fórmula de amor verdadero truncado por la fatalidad, pero lo previsible de todo el asunto está equilibrado al menos en parte por lindas imágenes y buenas actuaciones. Esta producción inglesa basada en el best seller romántico de Jojo Moyes se apoya sobre todo en el carisma y la popularidad de sus protagonistas: Emilia Clarke es conocida mundialmente por su actuación en "Game of Thrones", mientras el galán Sam Cafflin ha sido visto por millones de adolescentes en "Los juegos del hambre". Pero aquí el juego es totalmente distinto, ya que la historia va directo a la relación románticamente imperfecta aunque no del todo verosímil entre una chica de pueblo que necesita trabajo y un hombre de negocios sibarita que necesita quien lo cuide luego de quedar cuadripléjico. Hay que reconocer dos cosas, una es que si esta película fuera una producción hollywoodense difícilmente sería soportable por el nivel de ñoñerías, mientras que por suerte aquí está presente cierta chispa británica que se nota sobre todo en los muy buenos diálogos, que tienen el nivel de ironía mínimo para volver potable todo el asunto. La segunda cosa es la excelente química entre los dos protagonistas, que se lucen en varias escenas a lo largo de una película que realmente está contada sin muchas pretensiones pero con buenas imágenes. Claro que la insistencia con canciones pop para enfatizar lo que no hace falta y lo elemental y previsible de este romance con mucho de melodramón sólo puede recomendarse verdaderamente a aquellas espectadoras que necesiten una catarsis lacrimógena en el cine.
Llega la película basada en el libro de Jojo Moyes, con el mismo nombre del film, dirigida por Thea Sharrock ("The Hollow Crown") y protagonizada por Emilia Clarke junto con Sam Claflin. Como no leí el libro, haré una review de la película, no de una adaptación. Igual, hay que aclarar que el guión de "Yo Antes de ti" está escrito por la autora de la novela, así que no debería cambiar mucho. Luego de ver el trailer, esperaba algo que me destruya como "La Teoría del Todo", pero me encontré con una película diferente, que tarda mucho en jugársela por un género. Primero querés creer que es una comedia romántica, luego una comedia, luego un drama y termina siendo una mezcla de todo. Es entendible que quieran mostrar un poco de luz en la vida de Will Traynor, pero hubiese estado bueno que tengamos un poco más del punto de vista de él. No sólo un hombre que necesita una persona que lo cuide.
Yo antes de ti llega a la pantalla grande para que gastemos pañuelos y para hacernos creer que ser sensible es llorar viendo este producto fríamente calculado. Lou Clark (Emilia Clarke), una chica excéntrica en un pequeño pueblo inglés, busca un trabajo y su lugar en el mundo. Su familia de clase trabajadora depende del sueldo que acaba de perder y ella es de las que viven para los demás. Por eso (las casualidades del guión -basado en un best seller de Jojo Moyes- que intentan hacerse pasar por causalidades de la vida y de los encuentros que nos depara el destino, o Dios que es su nombre religioso) cuando le ofrecen ser la compañía de William Traynor (Sam Claiflin), un paciente cuadripléjico, no lo duda un instante aún no teniendo experiencia alguna en ello ni al sentirse en inferioridad de condiciones (clasistas) al llegar al castillo donde vive el joven y sus padres. Lo que sigue es el desarrollo de la consabida receta somos-polos-opuestos-me-enamoré-sin-darme-cuenta. La cenicienta aggiornada (¡esos zapatos y esa ropa y esos gustos tan freaks!, ese look tan estrafalario para ser más directos y exactos) que encuentra a su príncipe lisiado, literal y simbólicamente, y hará lo imposible por reparar su alma herida y traerlo a este lado del mundo (para el que tiene un plazo explícito) en el que “los normales” le enseñan a “los distintos” a tolerar la falta real y aprender a convivir con ella por puro egoísmo disfrazado de amor. Yo antes de ti es de esas películas de amor y enfermedad que abundan en buenas intenciones y echan mano a todos los efectismos y golpes bajos posibles pero lo inglés de su origen posibilita cierta, si no sutileza, al menos contención ante los desbordes esperables. La corrección y el recato inglés atemperan un poco el dramón lacrimógeno que uno se ve venir. Obviamente, -como cualquier mortal puede corroborar-, si hay que sufrir es mejor hacerlo en lugares cómodos y regios y en paisajes paradisíacos y la película no se priva de mostrárnoslos para que el dolor al menos se vista bonito. Y los acompaña con una hermosa banda sonora para adquirir y volver a escuchar. Son de agradecer los comentarios de cierta incorrección y de humor negro sobre discapacidades y muertes por parte del protagonista porque arriesgan sobre el previsible tono y si bien el desarrollo de la relación entre los atribulados protagonistas tiene cierta fluidez, el conflicto de ruptura y pelea es tan abrupto que uno no puede más que aceptar que aquello se estaba estirando demasiado y hay que llegar prontamente al desenlace, aunque la dignidad esbozada se vaya al demonio. Por suerte no se quiebra tanto al punto de resolver milagrosamente lo irresoluble humanamente y el filme se permite no acabar en rosa, pero tampoco tan sombríamente. Digamos, un rosa pálido y un poco menos angustiante. Sabemos que siempre nos queda París. Párrafo aparte para el reparto seleccionado. De un tiempo a esta parte los actores encontraron en la televisión un espacio creativo más interesante que el que les ofrecía el cine. Ahora pareciera que el cine está siendo asaltado por actores televisivos, de esos que despuntan hoy día en las series. Una de las razones podría ser captar ese público joven que hoy se vuelca a ellas. Pero he aquí la prueba de que hacer televisión como si fuera cine (uno de los argumentos que blanden los defensores de las series), no es hacer cine. Y actuar en ellas, tampoco garantiza ser actor. Emilia Clarke (la Daenerys Targaryen de Game of Thrones) es la prueba más cabal de ello: llena de mohines exagerados, sonrisas multiplicadas, gestualidad exacerbada e insoportable consigue hacer confundir, en el espectador menos entrenado, actuación lograda con simpatía y empatía fácil. Lo de Claflin es un poco menos notorio porque la limitación física de su personaje le “permite” manejarse con recursos gestuales, pero tampoco es un trabajo que descolle. Ambos son bonitos y consiguen esbozar cierta química pero de ahí a sostener algo más que eso corre por cuenta de quien lo pueda argumentar. El resto del cast: Jenna Coleman, Vanessa Kirby, Matthew Lewis, Janet McTeer, Charles Dance, -también con roles en series, más o menos conocidas-, está ahí para apuntalar a la pareja protagónica y poco más.
Película rarísima la ópera prima de Thea Sharrock. Varios pasajes podrían pertenecer a una película de Disney basada en un cuento infantil en el que una joven del montón se enamora de un príncipe hermoso que tiene todo y ya no quiere nada. Lo que quiere decir que el film trabaja sobre el estereotipo y los efectos de su recepción. Sin embargo, Yo antes de ti es una discreta y razonable defensa del derecho de quitarse la vida. ¿Un cuento de hadas sobre la eutanasia para ricos? Dos accidentes. El primero, el de Will Traynor, un joven tan guapo como cualquier agente 007, talentoso y millonario, que tras ser atropellado por una moto quedará cuadripléjico; el segundo, de otra naturaleza: a la proletaria Lou la echan del trabajo y con el mes de indemnización que le han dado poco puede hacer para ayudar a su familia. Ambos accidentes llevan a un tercero: Lou será contratada por la madre de Will para que lo cuide. De ese vínculo laboral nacerá una predecible y acaso trágica relación. Los lugares comunes fatigan el relato, en plena coincidencia con la extenuación física y existencial del personaje, pero tal vez se trate de una perspicaz estrategia destinada a descentrar la habitual impugnación proteccionista frente al tema controversial que el film elige retratar. Uno de los personajes, al enterarse de la voluntad de Will, dirá que se trata de un homicidio; ese no es precisamente el punto de vista del film. La negociación consiste en utilizar los prejuicios del caso para demostrar el límite de ciertas convicciones. Vivir por vivir no es una opción: si el dolor es imbatible, la obstinación de vivir es de necios. El placer (materialista) es aquí un valor supremo. Dado que el film se ha estrenado en versión doblada y subtitulada es pertinente reparar en el pasaje en el que los protagonistas ven la magistral De dioses y hombres, momento en el que Lou, a sus 26 años, ve su primera película subtitulada. Inesperada moraleja que interpela al público y a los distribuidores que descreen de las capacidades cognitivas de la audiencia. Es difícil desmentirlo, este aristocrático cuento de hadas hedonista es una película de adultos.
La tradicional historia de Cenicienta tiene un giro aún más dramático en un reciente best seller contemporáneo. En Yo antes de ti, adaptación de la exitosa novela de Jojo Moyes, Louisa (Emilia Clarke, conocida por el público de Games of Thrones) es contratada por un matrimonio millonario para cuidar a su hijo cuadripléjico. El muchacho en cuestión es Will (Sam Claflin), un playboy de 31 años que vivió la buena vida, en parajes exóticos, rodeado de lindas chicas y practicando deportes extremos, hasta que un desafortunado accidente lo dejó en silla de ruedas. La distancia con el ayer es tan grande para Will que ha decidido ir directo a la eutanasia, y es la misión de los padres (Charles Dance y Janet McTeer, los únicos actores de peso en el reparto), y luego la de Louisa, hacerlo cambiar de parecer. El guión hace pendular a Louisa entre su enamoramiento de Will y su parodia de noviazgo con un torpe y narcisista entrenador físico. Pero Clarke posee un candor de dulce de leche poco creíble para la hazaña de levantar el peso muerto en Will. Tanto los momentos dramáticos como los de comedia resultan forzados, y malogran lo que en papel resulta una interesante idea.
Forzando la emoción "Yo antes de ti" relata la historia de una joven que se pone a prueba al covertirse en cuidadora de un banquero adinerado que se quedó en silla de ruedas tras un accidente. La historia, que es basada en un libro, no se diferencia mucho de su formato original, poniendo a los protagonistas en lugares comunes y forzando la lágrima. Will Taynor (Sam Claflin) tiene una vida soñada, es millonario por herencia, tiene un buen trabajo y una novia hermosa. Sin embargo, ese espejismo se rompe cuando un accidente lo deja cuadripléjico y su familia debe pagarle a alguien que lo cuide. Allí aparece Lou Clark (Emilia Clarke), una chica de clase media baja, que no puede mantener un trabajo, a pesar de que debe hacerse cargo de sus padres, hermana y sobrino. El buen humor y gran personalidad de Lou no alcanzarán para animar a Will, hasta que comiencen a llevarse bien y la magia se produzca. Viajes, salidas, y citas le devolverán un poco de fe, pero quizás no sea la necesaria para cambiar algunos planes que el hombre tenía antes de conocerla. Si bien es apaciblemente transitable, la película tiene fallas cuando la intención es conmover, y en una obra que se jacta de ser romántica, eso es inadmisible. La historia, que es basada en un libro (que curiosidad), no se diferencia mucho de su formato original, poniendo a los protagonistas en lugares comunes y forzando la lágrima. “Miremos el horizonte y eso nos va a emocionar”, parece que dijeran escena tras escena, cualquiera sea el clima de ese momento. Un novio en el camino que estorba y demuestra cuán mejor es el millonario parapléjico, y eso pareciera bastar, intensificando el complejo de enfermera comprensiva de la chica en cuestión.
Éste es ese tipo de film que uno ya desde el titulo sabe a qué situación se va a enfrentar pero a veces, sólo en contadas ocasiones, sucede, sobre todo en este negocio del “arte”, que la vida da sorpresas. Por supuesto que no deja de ser una historia de amor, pero desde el principio, y a partir de la construcción de los personajes, es que este ejemplar se separa del resto que la antecedieron, principalmente de las que nos fueron castigando en los últimos años. Léase todas las bochornosas películas de amor adolescente /joven, adaptaciones de las novelas de Nicholas Sparks. La historia se centra en una joven veinteañera, Louisa “Lou” Clark (Emilia Clarke), quien vive con su familia en un pequeño pueblo en medio de la campiña inglesa. Trabaja en una tienda de comidas, es amable, siempre sonriente, tiene novio y una vida absolutamente, pero sólo en apariencia, plena. Sin un proyecto claro, real en su vida, sin deseos determinados, su aspecto desde su propio vestuario la presenta como infantil más que desafiante o creativa. Sin embargo la globalización alcanzó la campiña inglesa y su lugar de trabajo desparece. Ella sabe que en su hogar se necesita de su ingreso pecuniario, su padre fue la primera víctima, no la única, de la situación económica. Está decidida a trabajar en lo que sea necesario hacer. Todo cambia cuando es seleccionada para un trabajo para el que no está preparada.. Se convierte en encargada, y compañera, de Will Traynor (Sam Claflin), miembro de la familia más adinerada del lugar, quien por un accidente de tránsito quedo cuadripléjico. Antes, una joven promesa, atleta, intelectual, financista de éxito, amado por todos; ahora, convertido desde su tecnológica silla de ruedas último modelo, en un monumento de la misantropía. El encuentro entre ambos abre la puerta hacia donde se va a dirigir el relato. Todo esto en los primeros 10 minutos, ponle 15… No están solos en el castillo donde habita Will, la ayuda viene en formato de fisioterapeuta, bajo la mirada Camila (Janet McTeer) y Stephen (Charles Dance), los padres de Will. Camila, que no se resigna a la situación e intenta por todos los medi de proteger a su hijo, sin darse cuenta que éste ya es un adulto, entrado en desgracia, pero con el intelecto intacto. Por su parte Stephen, aparenta ser más frío, sus tareas cotidianas le permiten poner un poco más de distancia sobre la situación. Presentado el conflicto, uno supone, desde la previsibilidad, todo lo que va a suceder. Esta adaptación de la novela homónima de Jojo Moyes, también responsable de la escritura del guión cinematográfico, y dirigida por la debutante Thea Sharrock, reconocida en su país como directora teatral, tiene el beneficio de contar con buenas interpretaciones en el sostenimiento del desarrollo de la historia. De estructura narrativa clásica, con una progresión dramática del mismo orden, pero con un toque de comedia que le sienta bien, hasta la delicada circulación por un humor negro muy sutil es bienvenido. El diseño de arte brilla por su ausencia, como si el sólo espacio en donde todo se desarrolla alcanzara, desperdiciando elementos de orden visual escenográfico que le hubiera dado otro valor al texto, que están, pero no se utilizan. Situación que se repite con la dirección de fotografía, con los paisajes que están, pero desaprovechados, apenas realzados en algún momento por la selección musical que funciona la mayor parte de las veces de manera empática a la imagen, pero alcanza su punto más alto cuando juega de manera contrapuntística. Sólo la delineación del vestuario está a la altura de las circunstancias, principalmente en el de nuestra heroína, pues su indumentaria da cuenta de su carácter todo el tiempo. La mayor sorpresa es que, cuando empieza a terciar el conflicto, al iniciar el tránsito hacia su resolución, a partir de lo anterior ya comprado y pagado, gracias a la pericia de la directora y a las actuaciones muy verosímiles, uno desea realmente que lo previsible se haga realidad.
EL ARTE DE SUFRIR ¡Atención, precaución de spoiler! Este artículo contiene un comentario respecto al final del film. Desde la época de Aristóteles que los humanos nos deleitamos con un mismo tipo de historia: la tragedia. El concepto de catarsis -la purificación de las pasiones del espíritu mediante las emociones que se generan al contemplar una situación trágica- tenía sentido en la Antigua Grecia: los dioses eran crueles, vanidosos y proclives a inmiscuirse en las vidas humanas para su antojo y diversión. El destino estaba escrito para cada uno de nosotros, y es por eso que la gente asistía (entre otras razones) a la recreación de historias como las de aquel hombre que mataba a su padre, se casaba y tenía hijos con su madre, para luego enterarse de sus atroces acciones y sacarse los ojos (1) . Claramente, más de uno se alegraría en pensar “qué bueno que ese no soy yo”. Luego vino el cristianismo con su bendito libre albedrío y las cosas cambiaron. En palabras de George Steiner, la tragedia dejó de existir en el momento en el que Dios -ahora uno solo- se convirtió en una divinidad justa. Si estás sufriendo, es porque Dios así lo quiso, y tu recompensa llegará en el Reino de los Cielos. O, en otras palabras, jodete y bancatela. De todas formas, la tragedia existiría siempre y cuando ocurrieran los crímenes dentro del clan de sangre o se cometiera incesto. En esta era 2.0 es válido preguntarse para qué seguimos viendo historias como Yo antes de ti, incluso si tenemos en cuenta la cantidad de historias similares que se han estrenado con anterioridad; ya sea en los últimos años, en los que floreció un boom de películas con adolescentes lidiando entre cánceres terminales y la pubertad misma (Cuando el amor es para siempre, Bajo la misma estrella, Ahora y siempre, entre tantas otras), o en las décadas previas (como Todo por amor o Posdata, te amo). Antes de ti abunda en clichés propios del género, desde el tratamiento formal de la historia hasta la caracterización de los protagonistas. Louisa Clarke (Emilia Clarke, nuestra Khaleesi de Game of thrones) es una joven risueña y optimista que se acepta un trabajo como cuidadora de Will Traynor (Sam Claflin), otrora atlético y aventurero, ahora amargado y deprimido al estar confinado a una silla de ruedas debido a un accidente que lo dejó cuadripléjico. Con dos personajes tan antagonistas no queda otra que darle lugar a la comedia -en lo que Clarke hace un muy buen trabajo- y es a partir de esa pequeña válvula de escape que podemos disfrutar de la trama. Mención aparte debe hacerse al estrambótico vestuario que ayuda a crear a Louisa como un personaje lleno de vida y comicidad: es hermoso, es ridículo, y es genial. Sin embargo, un relato como este puede terminar de una sola forma: porque no es sólo una historia de amor sobre dos personas, sino una historia sobre el poder que la depresión y la voluntad pueden tener sobre una vida humana. Más allá del indudable lagrimeo final, Yo antes de ti no logra extender una reflexión más allá de la pantalla, pero puede disfrutarse como una comedia con un final no tan feliz. (1) “Edipo Rey” de Sofocles
Melodrama romántico como los de antes, en plan Love Story, basada en el best seller del momento y ópera prima de una mujer, una película no apta para los que sufren intolerancia al dulce. Los demás, en cambio, encontrarán aquí unos personajes muy reales que crecen en una relación incómoda, a lo Bridget Jones. Él es un rico heredero que, después de un accidente, está en silla de ruedas sin ganas de vivir. Ella es la chica campanita que viste colores chillones, relegó estudios para ayudar a su familia y toma el trabajo de cuidarlo. Él es el lindo Sam Claflin, de Los juegos del hambre y a ella la interpreta la actriz de moda, la inglesa Emilia Clarke, que estacionó los dragones de Game of Thrones para hacer algunas películas como ésta. El final es polémico, y las lágrimas, placenteras como lo que vino antes.
Crítica emitida por radio.
Una educación sentimental Como sostuvimos alguna vez en estas páginas, una de los puntalesde la comedia romántica como género está en la protagonista femenina. ¿Las claves? Que enamore al espectador masculino, con la suficiente fuerza para generar admiración y la suficiente fragilidad como para dar ganas de protegerla; y que en la espectadora femenina genere una empatía modélica sin “celos” por lo antedicho. Y también hemos afirmado que ese rol central se ha dividido entre la “heroína winner” (con Meg Ryan a la cabeza) y la “heroína pelotazo” (con Sandra Bullock como buen exponente). Y ‘Yo antes de ti” apuesta por lo segundo a la máxima potencia: Louisa “Lou” Clark es un poco marginal como la Molly Ringwald de la era John Hughes pero ya salida de la adolescencia, aunque con un vestuario sobreviviente de aquellos duros ‘80. Al mismo tiempo, es aniñada, inculta, pobre y provinciana, como para ser fácilmente “pigmalionizada” por su contraparte, el muchacho rico que supo “vivir a mil” y tuvo los medios para hacerlo. Pero que por otro lado cuenta con un corazón de oro capaz de derrumbar cualquier muralla emocional. La historia, plasmada por Jojo Moyes en su novela homónima y adaptada por ella misma para la pantalla, podría pasar en Estados Unidos. Pero gana bastante al transcurrir en Gran Bretaña: no es lo mismo ser un white trash americano que un proletario inglés del posthatcherismo. Y es un universo familiar para el que ve regularmente cine: esos centros de empleo como el de “The Full Monty”, las casitas de posguerra de dos plantas, como la que vimos recientemente en “El conjuro 2”, y pueblos que son pueblos desde hace siglos, como en “45 años” o “Brooklyn” (que pasa en Irlanda, pero viene de ejemplo también). Volver a sentir Volvamos a centrarnos en el relato. Al comienzo vemos a quien luego se nos presentará como Will Traynor, que enseguida entendemos que es rico, exitoso, con una novia bonita: parece “tenerlo todo”, en los parámetros de nuestra sociedad. Hasta que vemos cómo lo arrolla una moto bajo la lluvia. Luego somos introducidos en la vida de Lou Clark, una chica humilde de 26 años, seis de ellos como moza de la cafetería que la despidió y de cuyo sueldo dependía su familia (madre, padre desocupado, hermana con un hijo). Después de probar otros empleos sin éxito, acepta uno en el que nadie dura: cuidar a Will, que ha quedado cuadripléjico, con la crisis espiritual que esto conlleva. Como el lector podrá sospechar, hay algo de “Amigos intocables” (el filme francés de Olivier Nakache y Éric Toledano que tendrá su remake argentina de la mano de Marcos Carnevale) pero en clave de comedia romántica: hay una puja por generar en el muchacho las ganas de vivir condimentada por una inocultable atracción, aunque sobre la situación merodea el fantasma de la muerte asistida... lo que nos mete en un terreno de polémica y cierta incorrección política. Mejor no contemos más y dejemos al lector que devenga espectador para disfrutar libremente de ese encuentro de opuestos, que tiene en su devenir un crescendo, un clímax y un remate emotivo: nada imprevisible, pero bien llevado de la mano de Thea Sharrock, respetada directora teatral en su debut cinematográfico. Química elemental Destacamos al comienzo el peso del protagónico femenino, y Emilia Clarke está a la altura de las circunstancias y más allá. Despegándose de la dura Daenerys Targaryen de “Game of Trones”, y de la aguerrida Sarah Connor de “Terminator: Génesis”, puede mostrar su costado más gracioso, ése que deja entrever en entrevistas como en “The Graham Norton Show” o en las bromas pavotas a sus compañeros; el de las morisquetas, la risa rara y la belleza terrenal de 1,57. Del otro lado, Sam Claflin también tiene que romper su estereotipo, en este caso por fuerza: conocido por el Finnick Odair de “Los Juegos del Hambre”, su perfil se parece más al Will “de antes”, al ganador fachero y atlético de antes del accidente; pero acá se le demanda ser expresivo sólo del cuello para arriba. Y gana, a fuerza de simpatía y buena química con su partenaire. Entre los secundarios, Janet McTeer y Charles Dance (un compañero de “Game of Trones” con el que Emilia no compartió escenas) aportan humanidad como Camilla y Stephen Traynor, los sufridos padres de él, tanta como terrenalidad ponen Samantha Spiro y Brendan Coyle en la piel de Josie y Bernard Clark, los padres de ella. Omnipresente y firme es la figura de Stephen Peacocke (una especie de Hugh Grant joven y más galán) como Nathan, el asistente terapéutico de Will. Lucimientos particulares tienen la avispada Jenna Coleman (salida del elenco de “Doctor Who”) como Katrina “Treena” Clark, “la hermana inteligente”, confidente principal de Lou; y Matthew Lewis (el crecido Neville Longbottom de la saga de Harry Potter) encarnando a Patrick, un novio runner demasiado pelotazo hasta para la inimputable muchacha. Con ellos (y el paisaje galés de Pembroke, con su castillo, como territorio vital) se construye un relato de género que logra escaparle un poco a los marcos. Como la vida de cada uno, más o menos, queramos o no.
Si decido quedarme Basada en el homónimo best seller escrito por Jojo Moyes, Yo Antes de Ti (Me Before You) viene a intentar inundar nuestras carteleras de lágrimas. Thea Sharrock es a directora de esta adaptación en donde Emilia Clarke y Sam Claflin son sus principales protagonistas. Lou Clark (Emilia Clarke) es una muchacha entusiasta que al quedarse repentinamente sin laburo acepta ser una especie de acompañante terapéutica de Will Traynor (Sam Claflin), un joven millonario que quedó parapléjico luego de un trágico accidente de tránsito. A pesar de la infelicidad de Will y el insoportable optimismo de Lou, entre ellos hay cierta química y con el paso del tiempo empezará a surgir una historia de amor; que deberá revisar su futuro por una decisión que Will aparentemente tiene tomada. Sí, Yo Antes de Ti contiene absolutamente todos los lugares comunes que puede tener un film románico, algo que la torna una obra muy predecible; pero hay un detalle en el desarrollo de la trama romántica que inclina la balanza levemente a su favor. La película no se detiene intencionalmente demasiado en el enamoramiento de Lou y Will, es como si su historia de amor fuese narrada salteando etapas. Faltan las típicas escenas que arrancan suspiros y aceleran el latir del corazón. No hay en Yo Antes de Ti un amor bigger than life, sino que existe un enamoramiento fugaz entre dos personas adultas que son “modificadas” por la aparición de cada una de ellas en su vida. Y este detalle, no menor, termina resultando a su favor porque al no haber un amor radiante, alegre y permanente, se puede comprender la decisión que ambos toman en el giro final de la película. Yo Antes de Ti contiene absolutamente todos los lugares comunes que puede tener un film románico. Emilia Clarke y Sam Claflin cumplen en sus roles protagónicos. Clarke, Daenerys Targaryen en Game of Thrones, se la banca bastante en una actuación difícil que atraviesa por momentos se una exagerada en su rozagante optimismo. Por otra parte, Claflin, conocido como Finnick Odair en la saga Los Juegos del Hambre, se destaca con una labor más moderada que funciona tanto en su etapa más osca como en su fase asequible y carismática. La química entre ambos va de menor a mayor como el film y contribuye a que uno compre la historia de Yo Antes de Ti y se emocione con los acontecimientos que se van desplegando, algo que no es poco para cualquier película en estos días.
Un drama romántico al que se le puede criticar que esté repleto de ternura, sensibilidad, clichés, lugares comunes, etcétera, etcétera, pero que no se puede negar que funciona muy bien y que se disfruta a pleno, a pesar de...
Basada en el libro homónimo escrito por Jojo Moyes llega a los cines la película romántica Yo Antes de Ti, con guion firmado por la mismísima autora de la novela, y protagonizada por Emilia Clarke (Game of Thrones) y Sam Claflin (Los Juegos del Hambre). Amor sin rodeos Will Traynor es un joven cuadripléjico que pasa sus días de forma solitaria recluido en su portentoso castillo en la bellísima Gales. Sus días son monótonos y un tanto aburridos hasta que la madre del joven contrate a Lou para cuidar de Will. Es entonces cuando la vida de ambos cambiará gracias a un nexo que se formará entre ambos que va más allá de una relación estrictamente laboral. Antes de remarcar cualquier virtud o defecto de Yo Antes de Ti hay que resaltar lo siguiente: la química entre Emilia Clarke y Sam Clafin es sumamente atractiva. Las escenas románticas compartidas en pantalla son absolutamente disfrutables: desde los múltiples momentos cómicos, los románticos hasta los más lacrimógenos, Clarke y Clafin son un verdadero dúo de protagonistas. El resto del elenco también es muy bueno, contando con Charles Dance (Game of Thrones), Janet McTeer (Insurgente) y Matthew Lewis (Harry Potter). Uno de los aspectos más encomiables de la trama, yace en el hecho de que evita absolutamente cualquier golpe bajo, y los momentos emotivos que buscan remover los sentimientos tienen su asidero en las decisiones que toma Will y las implicancias románticas que dichas elecciones tendrán en su relación con Lou, evitando así cualquier golpe en la zona baja con tal de sacar una lagrima fácil. La música, la fotografía cuidada al detalle y los imponentes paisajes de Gales componen una delicia al ojo y son totalmente destacables. Es cierto que en determinados pasajes de la cinta llega a resultar molesto y roza la sobreactuación la interpretación de Clarke, y es que el personaje que compone es una suerte de Floricienta con acento británico. Sus exóticos vestidos, las medias de abejorro y los zapatos coloridos dicen presente en la cinta, por lo que aquellos lectores que busquen una fiel adaptación de libro en el que se basa, se sentirán satisfechos con lo plasmado en pantalla. La cinta tiene una duración justa, y la hora con cincuenta minutos de metraje no llegan a sentirse en lo absoluto gracias a la dirección de Thea Sharrock, que si bien se toma su tiempo para desarrollar a la pareja de protagonistas, no llega a tornarse aburrida ni monótona. Esto es en parte gracias a que la trama está plagada de chistes, momentos románticos y alguna que otra reflexión sobre la vida. Y es que estamos ante una película que sabe lo que es, y no pretende ser más que eso: una historia sobre dos jóvenes que se conocen en una época desafortunada, pero que a pesar de todo logran entablar un romance poco convencional. No busca ser una historia reflexiva sobre las discapacidades motrices, o un ejemplo de cómo superar las dificultades que nos pone adelante la vida. Es una historia de amor sin más aspiraciones que ello, lo cual se agradece en demasía. Conclusión Yo Antes de Ti es una muy buena propuesta para disfrutar en el cine. Buenas actuaciones, hermosos paisajes, gran banda sonora, momentos cómicos, románticos y pequeñas reflexiones sobre la vida componen un cóctel que merece ser disfrutado en la pantalla grande. No, la película no cambiará la forma en que vemos la vida, pero nos hará disfrutar por casi dos horas. Recomendada.
La fórmula narrativa acerca del surgimiento del amor o de la amistad ante un escenario adverso es legendaria en el cine mundial. El sufrimiento que acontece ante una enfermedad terminal o una discapacidad es archi utilizado y funciona para un público al que le gusta ir a sufrir al cine. Yo soy una de esas, tengo un atavismo poderoso, casi inexplicable, y un imán ante este subgénero de películas que denominaré films para pasarla mal. Hablo, por supuesto, del drama terminal, de las películas que presentan un personaje principal que sabemos que tarde o temprano va a morir. El público es cómplice de un desenlace cantado y los que nos sentimos atraídos por estas películas, entendemos que estas reglas son parte del código del género. La película icónica, quizás una de las más permeables a lo largo de la historia, la mejor, es el dramón setentón Love Story de Arthur Hiller, con Ali MacGraw y Ryan O’Neal. La canción homónima de Francis Lai, tema principal de la película, acompaña a esta pareja joven que sufre ante la enfermedad de la protagonista. Todos los clichés del romanticismo aparecen en este metraje, que funciona principalmente por la química entre los personajes: Oliver (O’Neal) mira con compasión a Jenny (MacGraw), su mirada contemplativa -todas estábamos enamoradas de esos ojos inmensos- la acompaña en toda la agonía. Las caminatas por la hermosa Manhattan de la mano, con aire a despedida, se repiten reiteradamente en toda la película. Love Story funciona, además, porque se permite sufrir libremente. Muchas fueron las películas que indagaron sobre el amor trágico. Mi preferida, quizás por ser contemporánea a mi realidad etaria, fue A Walk to Remember. La lógica de la narración dispone a los personajes en un devenir que huele a tragedia, y así ocurre, ya que cuando la pareja está en llamas, viviendo su pasión adolescente –la química entre los jóvenes es increíble-, Jamie (Mandy Moore), llorando, le comunica a Landon (Shane West) que no lo puede, ni quiere, ni debe verlo más –el tono discursivo es lascivo-, y acto seguido viene el mazazo: “Landon, tengo cáncer y voy a morirme”, espeta la radiante Jamie/Moore. El relato juvenil ligero se convierte en un dramón que paraliza cualquier alma sensible. Desde esa frase, la película se convierte en la preparación hacia la muerte de la protagonista, todas las frases cursis sobre el amor efímero están ahí, en ese universo diminuto de los amantes que se despiden. John Green, escritor de moda en la generación sub 20, escribe The Fault in Our Star (Bajo la misma estrella), una novela sobre dos enfermos terminales que se enamoran. La película, con un ánimo indie – el soundtrack armado por integrantes de la banda de pop underground Bright Eyes es hermosísimo– resulta porque Josh Boone, un director que bancamos mucho, transita no sólo los momentos lacrimógenos del libro, sino que explota la picardía y los pasos de comedia que propone Green en su narrativa. Boone le saca dramatismo al género y eso es lo novedoso. Además, están las estrellas Shailene Woodley y Ansel Elgort (amados por el público teenager) que despliegan sus dotes actorales con tranquilidad y pasividad, ante un texto que se vuele hacia el final, devastador, pero sin nunca perder la ternura y la picardía. Me Before You (Yo antes de Ti), la nueva película del género, copia la formulita de Bajo la misma estrella: está basada en un best seller (la autora es la británica Jojo Moyes); los personajes están interpretados por dos jóvenes venerados por el público juvenil; hay una decisión terminal en el medio, e incluso por momentos se intenta explorar la comedia, sin lograr sacar siquiera una sonrisa (los chistes son facilistas, repetitivos y poco ingeniosos). La directora Thea Sharrock, operaprimista, intenta contar la historia de un joven parapléjico que es cuidado por una muchacha un tanto hilarante. Will (Sam Claflin) es un joven millonario, extremadamente guapo, exitoso, que vive su frívola vida en Londres, tiene una novia cool, y su existencia parece estar exenta de cualquier problemática terrenal. Will es un galán a lo James Bond, de esos galanes inoxidables, pero un accidente en los primeros minutos lo deja postrado en una silla de ruedas. Recluido en el castillo de sus padres en la campiña inglesa, Will es la solución para la desocupación de la insoportable Lou (Emilia Clarke), una jovencita que se presenta – sin ninguna experiencia- para ocupar el rol de cuidadora del muchacho. Lou es torpe, habla sin hacer pausa, y su vestimenta es una atentado a cualquier retina. Es simpática pero su eterna y fastidiosa sonrisa se vuelve intolerable. Clarke actúa con una exageración que molesta. La relación sentimental entre ambos comienza a surgir de una forma bastante forzada – Will la ignora gran parte del metraje pero ¡ups! al final la amaba- y poco verosímil. La química entre los jóvenes es nula. No hay casi miradas y lo decible se vuelve fatal. Él quiere morir, y ella intenta hacerlo cambiar de parecer, pero todos los intentos se vuelven irrisorios. La película no funciona. Ni siquiera en las escenas más terribles logra estrujar el corazón de los espectadores. Con un final cantado, Me Before You – la mecánica de resaltar el texto incluso cae en el pecado de explicar en la diégesis el título de la película- es un intento de repetir el suceso juvenil que fue The Fault in Our Stars. Intento sin pena ni gloria.
Mucha promo, poco contenido Cuando vi el primer trailer de "Me before you" ya me imaginé por donde iba a pasar la cosa. Joven inglés de facha increíble, muchísimo dinero y espíritu indomable queda cuadripléjico tras un accidente y se le van las ganas de vivir. Amargado por su condición, se encarga de hacer renunciar a cuanta persona contratan sus padres para cuidarlo hasta que aparece ESA persona que por más irritable que sea tiene algo que lo enamora y le devuelve las ganas de vivir. Bueno, la realidad de la película me demostró que tenía razón en todo menos en uno de estos elementos que no voy a develar para que no haya spoiler. Para empezar diría que el guión es poco original, bastante simplón y si bien le escapa por algunos momentos al golpe bajo, tira varios en el proceso. Es como si el guionista hubiera pensado, "che, hagamos una peli muy parecida a Amigos Intocables pero le demos una vuelta de tuerca amorosa entre el inválido y la que lo cuida". La dinámica es muy parecida, no así el resultado final. Se incorporan a su vez elementos en la trama que son bastante delicados y se les dio un tratamiento por demás liviano. Creo que por lo light de la propuesta, no deberían haberse metido en terreno tan pedregoso o si lo iban a hacer de todas maneras, deberían haberse jugado más en su postura. Otra cuestión que incluyeron es la infidelidad y decepción del pobre personaje de Matthew Lewis (Neville Longbottom en Harry Potter). Este es otro agregado que no tiene importancia con respecto al arco argumental y en mi opinión lo único que hace es naturalizar el engaño en la pareja gratuitamente. ¿Cuál era el objetivo? ¿Plantear un triángulo amoroso? ¿Con qué fin? Me parece que le pifiaron y no aporta nada a la historia. Por otro lado si bien la química entre ambos protagonistas, Emilia Clarke y Sam Claflin, es creíble, la actuación de ambos resulta un tanto exagerada y efectista. Las expresiones de Emilia por ejemplo son muy sobreactuadas. Una película romántica de poca monta que logró el status de blockbuster por su efectiva promoción y la fama de sus protagonistas. La historia no resulta interesante, por momentos golpea demasiado bajo y las interpretaciones no sobresalen. No recomendable.