Galifianakis and friends Si nos remitimos a las comparaciones, resultaba casi lógico incluso antes de su estreno que esta tercera entrega sería inferior a la primera, pero así y todo no se la puede catalogar como una mala película ni mucho menos; divierte, se pasa rápido y mantiene (en mucha menor medida) esa dosis fresca y algo alocada en las aventuras de estos carismáticos personajes. En esta ocasión, los protagonistas son embestidos en la carretera por la banda de John Goodman, a quien se había mencionado como un tal Marshall en la edición anterior. Éste, los obliga a capturar y servirle en bandeja a quien se robó sus lingotes de oro, nada más ni nada menos que a Mr. Chow (Ken Jeong), a quien se le da bastante rodaje y lleva a cabo una interpretación entretenida para el espectador. Las fallas o aspectos negativos del film probablemente se noten o evidencien cuando el público se remita a comparaciones con el inicio de la saga, aquella que en el 2009 generó una gran impresión tanto en la gente común que fue a verla como en la crítica de prensa. El grado de originalidad, de imprevisibilidad y de locura es bajo respecto de The Hangover Part 1; pero si lo analizamos de manera independiente es de fácil digestión, aunque sin mucha presencia de situaciones realmente embarazosas o tensas, de esas que hacen a uno oscilar entre la risa y la incomodidad propia que suelen ocasionar los buenos momentos tragicómicos de cierto tipo de comedias. Sin suscitar carcajadas, un Galifianakis afilado y extravagante (como de costumbre) es el que más aporta desde el punto de vista gracioso, contribuyendo a convertir a ¿Qué pasó ayer? Parte 3 como una “aventura” amena, disfrutable que no pasa a mayores. LO MEJOR: la dinámica, la participación de Goodman y algún comentario o accionar de Galifianakis. LO PEOR: es mucho menos alocada que las anteriores. No genera grandes momentos de comedia. PUNTAJE: 6
Reproduciendo melodías a capella Probablemente más atractiva para el público femenino, Ritmo perfecto es una propuesta que comienza haciéndole honor a su título y termina apagándose lentamente hacia los tramos finales. Jason Moore parece hipnotizarse con Anna Kendrick, protagonista de la historia, realizándole una innumerable cantidad de planos, remarcando así su rol de figura principal del film. Aquí la vemos cumpliendo una buena actuación, encarnando a una joven apasionada por la parte musical que involucra a los Djs pero acabando en un grupo coral que busca triunfar en una competición acústica universitaria. De la película se puede destacar positivamente la temática, diferenciándose de la típica incursión en la materia y apelando al canto a capella, un terreno poco abordado de esta manera en la industria cinematográfica. Se pueden apreciar unos números musicales muy bien logrados, en donde los personajes emiten desde su boca todo tipo de sonidos, conjugando diversas melodías como “covers” de reconocidas pistas. Pero no todo es positivo en Ritmo perfecto: lamentablemente, lo que inicia con chispa, gags acertados y hasta incluso algo extravagantes, de la mitad hacia el final parece empezar a desinflarse lenta y vertiginosamente, cayendo en una previsibilidad muy poco estimable que hace resoplar al espectador que venía disfrutando la espontaneidad de las situaciones. Como entretenimiento cumple (por momentos muy similar a la serie Glee), sin trascender con un que relato culmina siendo mucho menos perfecto rítmicamente que el nombre de la cinta. LO MEJOR: el inicio de la historia y cómo contagia. Los números musicales. LO PEOR: deviene peligrosamente en la obviedad. PUNTAJE: 6
El loco de la sierra Una mini tropa de guionistas intentan ponerle pimienta a esta nueva entrega (que nada de bueno hereda de la original), la cual resulta bizarra, hosca y poco entusiasta. La historia comienza con la venganza a manos de un grupo de pueblerinos de Newt sobre la familia Sawyer, quienes ocultaban a su monstruoso Jeb, el responsable de brutales asesinatos. Queman su casa y sobrevive una beba que adoptan dos habitantes de Texas. Cuando la niña crece y ronda los 20 años, recibe una nota de su abuela nombrándola heredera de sus bienes. Y así, entre rebeldía y bronca por enterarse tardíamente de todo, no tiene mejor idea que emprender un viaje hacia el gran caserón junto con su novio y una pareja amiga más. Lo malo de Texas Chainsaw 3D es el 70% del film, el cual no aterroriza al espectador, no suscita saltos inesperados y para colmo recae innumerables veces en la ridiculez. Todo huele a conocido en esta narración en donde un conjunto de jóvenes parece no tener salvación tras ser masacrados uno por uno sin que tengan siquiera una milésima de segundo para reaccionar, pero cuando la protagonista (Alexandra Daddario) está en aprietos, nuestro amigo el “cara de cuero” parece tomarse sus tiempos para acercar su sierra eléctrica a las extremidades de la joven en cuestión. Probablemente entretenida para el público adolescente amante del género, Masacre en Texas 3D termina siendo prácticamente tragicómica, absurda y netamente olvidable. LO MEJOR: una dinámica aceptable. La duración está en la medida justa. LO PEOR: deja mucho que desear respecto de otras entregas. Previsible, no conecta, actuaciones. Ridícula. PUNTAJE: 3
Un agradable film policíaco con un reparto envidiable Ambientado entre la década del ´40 y ´50, Gangster Squad posee ya de movida un póster de promoción interesante, teniendo en cuenta las figuras que aparecen en él, siendo dicho recurso el atractivo principal como para inclinarse a verlo. Sean Penn es el “capomafia” de pocas pulgas que intenta apoderarse del negocio ilegal de drogas, apuestas y prostitución en Los Ángeles. Su personaje es el de un judío rabioso que no se anda con chiquitas (en la escena inicial ya presenciamos un pase de factura que deriva en un asesinato brutal). Para frenarlo, Nick Nolte le encomienda a Josh Brolin que reúna y equipe un escuadrón dispuesto a desbancar y capturar al jefe mafioso. Y en ese rejunte, resulta divertido ver las características de cada uno de los participantes de este grupo, en donde siempre hay un líder (Brolin), un “cerebrito” desde lo técnico-electrónico (Giovanni Ribisi), un loco comprometido a la causa (Robert Patrick) y uno que se involucra sentimentalmente con la mujer del villano (Ryan Gosling con Emma Stone). Y en estas encarnaciones, el director le encuentra el lado dinámico a la narración con una buena dosis de humor y carisma cada vez que participa quien supo ser el malo de turno de Terminator 2. El guión y alguna cierta previsibilidad quizás sean los factores más débiles de esta historia de gángsters, pero la acción y el ritmo que se le imprime a la cinta contrarresta estos contrapuntos. A los mencionados aspectos positivos, debemos sumarle la factura técnica: los planos y movimientos de cámara por momentos resultan exquisitos, lo que enaltece el nivel de la película. Disparos, violencia, un reparto admirable y algo de comedia son los motivos fundamentales por los cuales Fuerza Antigángster termina convirtiéndose en un más que ameno entretenimiento neo-noir. LO MEJOR: la dinámica, las escenas de “power”, recursos del director e interpretaciones. LO PEOR: ausencia de giros inesperados. Quizás incluso podría resumirse en algunos minutos menos. PUNTAJE: 7,1
Fans only La incorporación de “The Rock” Johnson le ha sentado bien a Fast & Furious desde que el gigante se sumó en la edición anterior. También ha funcionado ese incremento o viraje de la saga más en cine de acción que en secuencias de reiteradísimas carreras. Pero, así y todo, en esta última entrega todo parece indicar que estamos nuevamente en presencia de el típico y conocido “más de lo mismo”, reduciéndose casi única y absolutamente a su público objetivo. En la sexta parte, el agente Hobbs precisa de la ayuda de Dom (Vin Diesel), Brian y todo su equipo para intentar detener a una banda peligrosa a cargo del delincuente Shaw que no para de sembrar caos por toda Europa. No hay demasiado para reflexionar que tenga que ver con el guión, vueltas de tuerca ni nada por el estilo. En Rápidos y furiosos 6 lo importante radica en situarse lo más cómodamente posible en la butaca, estirarse y dejarse llevar por la dinámica propia del film, la cual vuelve a recurrir a acertadas bocanadas humorísticas, más que nada del personaje interpretado por Tyrese Gibson. Con persecuciones en menor medida y algo más enfocada en lo que respecte a la acción y ritmo que no tengan que ver tanto con situarse en cuatro ruedas, la proyección cumple con lo que los seguidores de la saga esperaban, pero quizás excluye o aísla a todos aquellos que no comulguen mucho con la espectacularidad popular de las escenas de este tipo de cintas ni con su particular y simple modo de tramar las cosas. LO MEJOR: Johnson le aporta más nivel a la historia. Algunos buenos chistes. LO PEOR: nada nuevo. Disfrutable a medias y olvidable. No es la última entrega. PUNTAJE: 5
Un plan perfecto y toques de vivacidad No hay demasiado lugar para analizar profundamente a esta película cuyo guión es de los hermanos Coen. Actúa o se nos muestra como un producto comercial en donde lo esencial resulta entretener al espectador (aunque no a escalas muy elevadas) a base de algunos que otros momentos chispeantes y ciertas transiciones caricaturescas, al igual que la personificación del individuo interpretado por Colin Firth. Aquí, nuestro protagonista es algo así como un experto en materia de arte, un restaurador, que maquina una idea bastante prolija basada en estafar al hombre más rico de Inglaterra vendiéndole una copia artesanalmente creada por su compañero de una prestigiosa pintura. Para ello, contrata a una paisana encarnada por Cameron Diaz, a fin de hacerse pasar por la nieta de quien halló tamaña obra a finales de la segunda Guerra Mundial. Esta remake está caratulada como comedia aunque no suscite una buena dosis de humor, sino pasajes en los cuales el público puede solo llegar a sonreír. Funciona si de pasar un rato ameno se trate, y el aspecto visual ayuda a hacernos más llevadero todo, a base de una buena dirección y determinados recursos, pero no logra ocasionarnos, en las escenas en las que más tensión se le podría imprimir, esa sensación de incomodidad divertida que pedían a gritos dichas secuencias. Curiosamente, cuenta con la particularidad de permitirnos saborear unas dulces cucharadas de vueltas de tuerca inesperadas que terminan inflando algo más su score final. LO MEJOR: entretiene, buenos giros. Algún que otro gag pasable. LO PEOR: si la hubiesen también dirigido los Coen probablemente hubiese sido mejor. No conecta de lleno al público. PUNTAJE: 5,3
“La Roca” convertido en “esponja” Johnson Basada en hechos reales, El infiltrado nos da un golpe de impacto y de vértigo apenas inicia su narración. Diez minutos de buen ritmo para que luego el film dé vueltas sobre una serie de acontecimientos que rodean al círculo que forma el entretenimiento, por momentos tocándolo y de a ratos rozándolo. La historia de un joven que es engañado por su mejor amigo, el cual le juega una trampa relacionada al narcotráfico de drogas que lo termina viendo implicado en una condena importante. Para reducir los años de la misma, el sistema sólo permite que se mezcle en una especie de complot para contactar a un traficante y hacerlo caer en una farsa del mismo estilo de la que sufrió él. Su padre, Dwayne “The Rock” Johnson, hará todo lo posible para inmiscuirse en este tipo de enredos con total de ayudar a su hijo y conseguir que la sentencia sea menor. Como la mayoría de los relatos inspirados en eventos verídicos, posee un arma de doble filo: por un lado, la sensación que puede experimentar el espectador de tensión; y, por el otro, la adaptación a la pantalla grande de las circunstancias, las cuales pueden resultar no del todo amenas o incluso poco acertadas. Johnson sorprende para bien mostrando una faceta de hombre común y corriente, aislado de todo aquello que lo involucre en romper costillas y sacar a relucir su carácter de tipo duro. Aquí interpreta a un padre preocupado, novato para lidiar con gente que se mueve en el mundo de las drogas, siendo esa falta de tacto uno de los puntos de nerviosismo fundamentales en el andar de la película. El infiltrado está bien rodada, es una buena cinta cuyo género oscila entre el drama y el thriller, con más del primero que del segundo rubro, cumpliendo una performance disfrutable pese a no enlazar de lleno al público con lo que está observando. LO MEJOR: la actuación de The Rock Johnson, esta vez en un rol atípico. El comienzo del film. LO PEOR: no conecta por completo. Decae en dinámica. PUNTAJE: 6,2
Una calesita con una sortija difícil de atrapar El director de Trainspotting nos sumerge en este thriller de andar enredado y sumamente original, volcando todas las fichas en sus modernos y extravagantes planos, manejos de cámara y en la peculiaridad de marear a más no poder al espectador con mil vueltas de tuerca. James McAvoy se hace cómplice de una banda criminal para robar una obra de arte de un valor millonario y, desde su relato en off, comienza la historia narrándonos qué es lo que no se debe hacer en este tipo de atracos. Cuando la operación se lleva a cabo, un potente golpe en la cabeza lo tumba y pierde la memoria, despertándose sin recordar dónde dejó la pintura y siendo sometido a agresiones físicas por parte de los implicados. Cuando notan que las torturas no generan respuestas, contratan a una hipnoterapeuta (Rosario Dawson), quien con sus particulares métodos escarba en la mente del protagonista intentando resolver la incógnita. A partir de allí, la película gira (como volverá a suceder en innumerables situaciones más) y, así como Nolan exploró el mundo inconsciente del cerebro humano y los secretos que una persona guarda en estados mentales en Inception, Danny Boyle le da un sentido parecido desde la hipnosis a la que se somete a McAvoy. Pero al reconocido realizador de Slumdog Millionaire parece no bastarle con estos psicodélicos juegos y trucos cinematográficos que merodean en la psiquis del público y va apostando con el correr de los minutos a más y más giros, los cuales nos tendrán por momentos en un nivel de mareo y confusión tal que ya no podremos elaborar una hipótesis firme sobre lo sucedido hasta la escena final. Potente y estilísticamente loable, En trance nos mete de lleno en una hora y media repleta de vértigo, enredos, traiciones y surrealismo, con dosis de violencia y una libido a flor de piel en determinadas secuencias por parte del trío actoral principal. Interesante y distinta, la cinta es buena pero no pasa a escalas mayores que la ubiquen en las grandes ligas de cine del 2013. LO MEJOR: la filmación, la banda sonora, la idea y cómo se plasma. Los giros. Se pasa en un abrir y cerrar de ojos. LO PEOR: algunas incongruencias en ciertas secuencias. Hay tantas vueltas de tuerca que pueden generar una no agradable sensación de confusión en el espectador. PUNTAJE: 7,2
Delicado drama del cine alemán Bárbara nos sitúa a finales de los ´70, en Alemania Oriental. Allí transcurre la historia de la protagonista en cuestión, encarnada minuciosamente por Nina Hoss, en el papel de una doctora que estuvo presa en Berlín Occidental y, en la actualidad del film, tras su libertad, es removida a un hospital de un pequeño pueblo. Christian Petzold, responsable de esta fina película de andar sumamente manso y pausado, nos sumerge de una forma tan natural como poco ofensiva en la realidad de la época, a la vez que deja volar y potenciar a esta gran actriz que se muestra en su papel como una mujer fría, retraída y fuerte a la vez. El director sabe cómo enseñarnos hechos duros sin ahondar o rozar siquiera los más mínimos excesos, y esto lo logra con eficientes cortes de escenas y planos inteligentemente utilizados. Incluso perezosa y de a ratos soporífera por su falta de dinámica, la cinta provoca una suerte de concentración meticulosa en el espectador, teniendo que ver probablemente esto con la calidad técnica y visual de la proyección. De trasfondo una historia de amor que parece ir construyéndose lentamente a base de miradas y de una particular química entre los personajes principales, que si bien no emociona genera algún tipo de movilización o sensación de inquietud en el público. Difícil de puntuar, Bárbara resulta aceptable especialmente para todo aquel que tenga una buena paciencia para un género al cual suele faltarle ritmo en todo momento. LO MEJOR: la actuación sobria de Nina Hoss. La calidad del film y la forma de narrar los hechos. LO PEOR: no parece cambiar de marcha nunca. Da la sensación de que le falta algo para enlazar un poco más al espectador. PUNTAJE: 6
Tiros y explosiones con un presidente de rehén en el medio En Ataque a la Casa Blanca no hay nada que no se haya visualizado en films con este tipo de temática. Y eso es un problema para el público que busque aunque sea un toque de distinción en alguna escena. Pero, probablemente para el target pochoclero y fanático de la acción, sea un pasable entretenimiento. Y no más que eso. Tras un accidente de autos que deriva en la muerte de la esposa del presidente, Gerard Butler (cumpliendo otra buena actuación) es removido de su cargo de Jefe de Seguridad del máximo mandatario para ocupar un cargo menor. El punto crítico y eje central de la película radica en la captura del mencionado gobernante a manos de un servicio norcoreano áspero y con buen respaldo de armamentos. Con un comienzo atrapante y con un dramatismo bien logrado, todo parecía indicar que la cinta portaba un buen relato, pero inmediatamente después de dicha secuencia, todo recae en un sinfín de explosiones y disparos, acompañados de las típicas banderas estadounidenses flameando a la par de un nacionalismo exacerbado ya percibido en otras tantas historias de esta índole. Exagerada, previsible y bastante inverosímil en sus resoluciones, Ataque a la Casa Blanca cumple en lo que respecta a entretener, pero lejos queda de siquiera acercarse a otorgarnos un despliegue narrativo diferente o recordable. LO MEJOR: los primeros diez minutos. Butler cumple. LO PEOR: todo el tiempo nos da la sensación de que no veremos un giro distinto. Típico film en donde sabemos el final hora y media antes de que termine. PUNTAJE: 5,5