Café Society:
"Café Society, otro viaje woody-allenesco hacia un pasado nostálgico"
El film Café Society (2016), escrito y dirigido por Woody Allen, propone un viaje nostálgico a los Estados Unidos de los años 30 embebido en el jazz y el cine clásico. No obstante, el relato será mucho más que eso, también nos recordará lo inigualable del primer amor.
Por Denise Pieniazek
La última película del reconocido Woody Allen,Café Society (2016) está ambientada en el Estados Unidos de los años´30 y narra el encuentro amoroso entre un joven neoyorquino Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg) y Vonnie (Kristen Stewart), una joven nada inocente. El encuentro tiene lugar en la impactante California -sede dorada de los estudios de cine-, a la cual se ha mudado Bobby para pedirle trabajo a su tío Phil Stern (Steve Carrel), un prestigioso productor de dicha industria.
Woody Allen utiliza su voz en off para ser el mediador del relato, como un gran demiurgo de ese universo diegético. Es interesante hacer un paralelismo entre Allen y Bobby, ya que es posible que éste último funcione como alter-ego del creador, incluso la postura corporal del personaje de Bobby remite al tono corporal de Woody. Ambos son de origen judío y neoyorquino, y gustan de la música del jazz. Jesse Eisenberg, cuya interpretación es acertada aunque suele repetir ciertos tics que posee usualmente, posee algo de torpe pero inteligente muy similar a Allen cuando actúa. Podría decirse que Eisenberg es como un “mini Woody” sobre todo al decir: “La vida es una comedia, escrita por un cómico sádico”. Bobby es un joven muy apegado su familia, la cual está compuesta por sus padres, su hermana (la cual ya ha formado una familia) y su hermano mayor un gánster, que es el mecenas económico de todos. Como es habitual en el director, la familia Dorfman posee elementos característicos judíos -que Allen sabe explorar muy bien a través de la comicidad y el sarcasmo- y otros que los hacen personajes únicos. Para reforzar esta idea es un estilema del director la presentación en paralelo de los diversos y múltiples personajes.
En relación a dicho aspecto, la presencia de la familia judía y el mundo de los gánsteres en New York, es muy interesante puesto que expone la multiplicidad cultural de la ciudad de aquellos años compuesta principalmente por italianos, judíos, irlandeses y afroamericanos, entre otros. Esta observación puede ser acentuada por el tratamiento que Allen le da a los clubes. En el “Café Society” un lugar elegante y de élite los músicos que tocan jazz son blancos, mientras que en los clubes “under” el jazz es tocado por negros.
Retomando la caracterización de los protagonistas, en cuanto a Vonnie es una joven muy independiente que ha pasado de un pueblo a la gran ciudad, pero sin embargo no se ve deslumbrada por ella. A diferencia de lo que sucedía en las películas de cine clásico donde las jóvenes eran corrompidas por ese nuevo mundo cosmopolita. Sin embargo, Vonnie es muy audaz, puede conquistar a un joven ingenuo como Bobby o a un hombre mayor como Phil. No es casual, en dicho sentido, que su actriz favorita sea una femme fatale como Barbara Stanwyck. Así como tampoco es casual que el actor preferido de Phil Stern sea icono de masculinidad y romanticismo como Rudolph Valentino.
Aquí aparece otro tópico frecuente en la filmografía de Allen: el romance entre una mujer muy joven y un hombre mayor, muchas veces comprometido tal como sucede en esta ocasión casado. Este triángulo amoroso entre Bobby-Vonnie-Phil, y sus respectivos enredos permiten vincular al film con el género clásico de la screwball-comedy.
“Cafe Society” es el nombre de un club que da vida nocturna y elegante a la Nueva York de aquellos años, en el cual Bobby es “dueño y señor”. En Cafe Society es fundamental la mirada nostálgica e idealizada del pasado, que también trabajaba el director en películas como La Rosa Púrpura del Cairo (1985), Días de radio (1987) y Medianoche en París (2011). En dicha película hay una idealización constante a la época de oro del cine clásico de Hollywood. Algo que también está presente en otro largometraje estrenado este año; ¡Salve, César! (2016) de los hermanos Coen, pero ellos lo hacían ese homenaje en forma de parodia afectuosa.
Cafe Society es una película entretenida y entrañable, si bien no es lo mejor de Allen, tampoco pertenece a esa pequeña porción de su filmografía poco lograda. Es un gran film que merece ser visto, ya que su creador entiende lo que entendían los hacedores del cine clásico norteamericano que él tanto admira: lo fundamental del guión y sus diálogos. Woody sabe otorgarle realismo a sus diálogos y profundidad psicológica a sus personajes. Cafe Society tiene la audacia de evitar el happy-end y a pesar de ello dejar satisfecho al espectador, con la nostalgia de la intensidad del primer amor.
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