Con el espíritu de El juego del miedo y El cubo, la película Escape Room; Sin salida juega con la atmósfera claustrofóbica y repleta de acertijos que impone la trama para poder escapar con vida de un juego peligroso. Seis desconocidos entre sí se presentan en la sala de espera de un juego tentador que les promete 10.000 dólares de recompensa si consiguen sortear los obstáculos y complicaciones que los obligará a pensar rápidamente para sobrevivir. Este es el comienzo de un film, que acentúa el clima de encierro, que vivirán una alumna inteligente y nerd, el repositor de un supermercado, una veterana de guerra, un exitoso corredor de bolsa, un camionero y un aficionado a los juegos de encierro. El filme irá mostrando por qué ellos -con flashbacks de su pasado- fueron los elegidos para atravesar semejante prueba. Si bien la película resulta entretenida en muchos tramos -una habitación que se incendia, otra invertida y un exterior congelado- va perdiendo el clima asfixiante del comienzo y se encamina hacia una serie de falsos finales innecesarios que le restan efectividad y abren la puerta para una secuela. Cualquier semejanza con las malévolas invenciones de Jigsaw no es pura coincidencia.
Esta comedia, dirigida por Nicanor Loreti (Diablo, Kryptonita y El Club de los 27) y Paula Manzone, está ambientada prácticamente en un único escenario y sostenida por el cruce de personajes durante un sábado por la noche. Los vínculos amorosos alterados constituyen el centro de la película, que está basada en la obra teatral homónima de Manzone. Se traslada a la pantalla grande el espíritu de la idea original, sin grandes cambios y con una puesta que potencia las situaciones inesperadas. Pilar (Gimena Accardi) atraviesa una crisis, permanece en su casa y soporta los llamados telefónicos de su madre (Mirta Busnelli, con voz “en off” al igual que en la obra), entre panzadas de pollo y pochoclos con dulce de leche. Su angustia la lleva a una situación de aislamiento que se ve interrumpida cuando suena el timbre y aparece su novio, Marcos (Benjamín Rojas), cuyas expectativas sobre el presente y el futuro de la pareja chocan con las de Pilar. El caos reinará cuando llegue sin previo aviso su hermana Ema (Valeria Lois), que está en una situación límite con su marido, y Juan (Diego Velázquez), el cuñado de Pilar, que torcerá el rumbo de los acontecimientos. Todo sucede a través de encuentros sexuales interrumpidos y confesiones que dejan al descubierto las relaciones del cuarteto. El clima es claustrofóbico (son contados los exteriores de la calle y el ascensor) y la cámara coloca a sus personajes como si se tratara de un western, con una mirada en la que el duelo parece estallar. Se trata de una comedia de estructura sencilla que sobrevuela el conflicto central sin profundizarlo y lo aborda con sarcasmo. En ese sentido, aportan delirio y humor la verborrágica Ema y Juan, quienes imprimen un tono de locura en medio de una historia que, por momentos, parece no tener mucho más para ofrecer. Aunque lo cotidiano es llevado al extremo y no siempre logra el ritmo de las comedias de puertas, el relato es afable y encuentra logrados momentos, entre complejos y desencuentros sentimentales (es el aniversario de la pareja central) en los que se privilegian las actuaciones. El filme, de escasa duración, se reserva además escenas con gags de rodaje durante los créditos.
El tercer eslabón de la saga de aventuras iniciada en 2010 termina de la mejor manera con una historia que muestra el crecimiento y evolución de los personajes en medio de la eterna lucha entre el Bien y el Mal. La historia del joven vikingo Hipo junto a Chimuelo, su dragón mascota de la raza Furia Nocturna junto a la galeria de simpáticos personajes que los secundan, como su novia Astrid, arriban a un final con bombos y platillos y de la mano del mismo director, Dean DeBlois, tanbién responsable deLilo & Stitch Un relato de supervivencia, liberación, amistad y de respeto a las diferencias es la que se lleva adelante en esta nueva entrega. Los héroes tienen a los dragones como aliados y enfrentan al malvado Grimmel, un cazador que intenta hacerlos desaparecer en medio de combates feroces y vuelos majestuosos ambientados en escenarios naturales con estética futurista. Cómo entrenar a tu dragón 3 sabe amalgamar la aventura, la acción y la emoción en un delicado equilibrio gracias al arco dramático que atraviesan los personajes y la última tecnología aplicada a la animación. Más allá del envoltorio visual, la película logra emocionar -guerreros con cuerpos gigantes y tierno corazón- y entrega un final acorde a lo planteado en los dos filmes anteriores. Hipo arrastra el dolor de la ausencia materna y los recuerdos junto a su padre a través de flahbacks pero su pierna mutilada no parece detenerlo en su lucha para transformarlo en el líder de su tribu. En la trama ocupa un lugar preponderante el romance entre el dragón y una de su misma especia, en una bellísima secuencia desarrollada entre miradas, juegos y seducción. Tanto Hipo como Chimuelo saben que sus caminos tomarán diferentes direcciones y la película aprovecha ese falso final para arremeter con otra secuencia magnífica.
Una cumplidora remake norteamericana de la comedia francesa Intouchables, que también tuvo la versión local, Inseparables, protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Amigos por siempre lleva adelante la fórmula de las "parejas desparejas" que vienen de realidades opuestas y tiene como objetivo plasmar una historia de amor, amistad y de segundas oportunidades. Con dirección de Neil Burger -Divergente, El ilusionista- el relato reúne a Phillip -Bryan Cranston-, un millonario cuadripléjico de Manhattan y a Dell -Kevin Hart-, el desempleado afroamericano que arrastra antecedentes penales y que, a pesar de resultar el peor candidato para convertirse en su asistente personal, consigue el trabajo, bajo la atenta mirada de Yvonne -Nicole Kidman-, la mano derecha de Phillip. Manteniendo la estructura cíclica del filme original y agregando situaciones, la película funciona gracias a la química generada por la dupla actoral: tanto Cranston -Breaking Bad- como Hart, quien viene del terreno de la comedia, atraviesan con versatilidad las diferentes escenas dramáticas. Paseos nocturnos, momentos de aseo personal, visita al teatro, lectura de correspondencia privada y las subtramas con personajes secundarios que aparecen para ¿acomodar? un presente caótico son algunos de los obstáculos que deberán sortear los personajes en esta propuesta que si bien no sorprende, sobrevuela la amistad con humor y emoción, entre la opera y Aretha Franklin.
La nueva película de Ana Katzluego de Mi amiga del parque,sumerge a una familia en tiempos vacacionales, en los que afloran nuevos sentimientos y deseos en un escenario distinto al cotidiano. Sueño Florianópolis está ambientada en 1992, cuando Lucrecia -Mercedes Morán- y Pedro -Gustavo Garzón- parten junto a sus hijos adolescentes Flor y Julián rumbo a un nuevo sueño, aunque no todo lo que brilla es oro. Ya en la ruta el auto se queda sin nafta y reciben la ayuda de un brasileño que termina alquilándoles su casa para pasar sus vacaciones. Este es el punto de partida de un relato que va exponiendo los deseos y vínculos de cada uno de los integrantes del clan a través de toques de humor -cuando intentan hablar portugués o cuando quieren llegar a la casa ubicada en una zona poco accesible- y los permisos que deciden darse para poder estar mejor. Lucrecia y Pedro son dos psicoanalistas que postergan la decisión de separarse luego de 22 años de matrimonio porque llegan las vacaciones, pero ambos encontrarán sorpresas: ella con el casero Marco y él con la ex mujer de éste- mientras que su hija Flor conoce a César, el hijo del lugareño, y Julián su otro hijo prefiere otras playas para poder divertirse con gente de su edad. Entre encuentros, una convivencia forzosa y desencuentros amorosos, la trama sigue el periplo de la pareja con situaciones reconocibles y amores de verano. Esta radiografía de la clase media es quizás la película más lograda de su directora -quien también se guarda un divertido cameo en la playa- que atrapa con una historia bien llevada por sus intérpretes. Ni los que están el el paraíso y ni los que llegan del infierno de la urbe parecen encontrarse con ellos mismos, aunque sea sólo por unos días, entre arena, sol, caipirinhas y una Florianópolis anti turistica.
El director hindú M. Night Shyamnalan -Sexto sentido-, cierra la trilogía iniciada con El protegido y continuada en Fragmentado con Glass, una película que juega con los laberintos de la mente y los superpoderes y está directamente conectada con las dos anteriores. Por eso, es necesario el visionado de ambas para tener más claro el panorama en cuanto a los detalles de la trama se refiere. David Dunn -Bruce Willis- busca a la figura animal de La Bestia -James Mc Avoy- luego de la desaparición de unas adolescentes. En la sombra, Elijah Price -Samuel L. Jackson- surge como la figura clave que conoce los secretos de ambos en esta trama que si bien no tiene el suspenso de la anterior se propone a explicar el origen de los personajes. Este tercer eslabón se centra en un pabellón psiquiátrico donde los tres están confinados bajo estrictas normas de seguridad y cámaras que controlan sus movimientos. Acá se conocerá por qué Dunn fue el único sobreviviente de la tragedia del tren ocurrida en El Protegido,mientras lucha junto a su hijo para castigar a adolescentes que cometen robos gracias a su fuerza sobrehumana. En tanto, el trastorno de personalidad disociativa de Kevin Wendell Crump -un magníficoMcAvoy que brinda versatilidad y matices a cada una de las 23 criaturas, desde el niño de nueve años, pasando por Patricia o La Bestia- emergen durante su encierro bajo la mirada atenta de la psiquiatra Ellie -Sarah Paulson-. La trama traerá nuevamente a Casey -Anya Taylor-Joy-, la sobreviviente del film anterior que era ofrecida como sacrificio a La Bestia: a la madre de Elijah y al hijo de Dunn -Spencer Treat Clark, el actor que repite el mismo rol de El protegido casi viente años después-. La cámara de Shyamalan ofrece encuadres y movimientos frenéticos en esta película que analiza el comportamiento sobrehumano con un Elijah Price/Mr. Glass, el asesino en masa y teorizador de comics, que dará luz a los misterios que encierra la trama. El film ofrece momentos atrapantes y otros confusos con varias vertientes narrativas que se van abriendo como las personalidades del enigmático Kevin. Es un cierre de los traumas, la locura y los miedos infantiles y, a la vez, un nuevo comienzo. Todo tan extraño como la filmografía de Shyamalan, entre la violencia y la fragilidad de sus personajes.
La continuación del film de 2015 encuentra golpes certeros en esta historia que une, una vez más, deporte y drama familiar. Creed 2: Defendiendo el legado es una película que no pierde tiempo y va a lo seguro con personajes que el público fanático de la saga conoce como la palma de su mano. Adonis -Michael B. Jordan- acepta la propuesta de enfrentar a Viktor, el hijo del legendario boxeador ruso Iván Drago -Dolph Lundgren- en un combate feroz. Aunque su estrenador, Rocky Balboa -Sylvester Stallone- da un paso al costado, Adonis se sube al ring para combatir con el hijo del hombre que mató a su padre, Apollo Creed. La historia es efectiva dentro y fuera del cuadrilátero y expone las rivalidades personales, el pasado glorioso y el presente cambiante con la esposa de Adonis, la cantante Bianca -Tessa Thompson-, que está esperando una beba. Detrás de los luchadores están Balboa y Drago como entrenadores, y también fueron dos viejos rivales que llevan adelante técnicas y motivos diferentes a la hora de subir a sus deportistas al ring. Con algunos toques de humor -Creed le pregunta a Balboa qué se hizo en el cabello- y el rencor que se adueña de los antagonistas de turno por la pelea pasada, el filme habla de la soledad después de la fama y de las segundas oportunidades para comenzar de nuevo. Con el peso de su padre Apollo Creed sobre sus espaldas, Adonis se cae y se levanta, y entrena en el desierto bajo la severa supervisión de Balboa para levantar el título de Campeón de Peso Pesado. El director Steven Caple Jr. rinde -a partir del guión de Stallone - un buen tributo a la saga Rockyexpandiendo a los personajes con sus dramas personales, familiares y entregando tensión en el desenlace por más que el espectador sepa cómo terminará la historia. Y para los nostálgicos hay una pequeña participación de Brigitte Nielsen como la esposa de Drago.
Del supervisor de efectos visuales de la trilogía de El Hobbit: Una viaje inesperado, Christian Rivers, y con el guión de Peter Jackson, llega esta mega producción que toma elementos prestados de títulos como La guerra de las galaxias, Terminator y Mad Max: furia en la carretera en un mix estético y narrativo al que le falta corazón. La película está basada en la novela del mismo nombre de Philip Reeve, que trae a una Londres convertida en una máquina monstruosa y movible que avanza sobre territorios áridos y que fue construída con el resto de viejas civilizaciones. En ese sentido, el comienzo del filme tiene potencia visual y una persecución que impacta en una trama retro-futurista que se irá mecanizando hasta su desenlace. El eterno enfrentamiento entre ricos que habitan la urbe y pobres que escapan para no ser cazados, es el motor de la historia que enciende la venganza de Hester Shaw -Hera Hilmar-, quien arrastra un trauma de la infancia cuasada por el asesinato de su madre y su unión con Tom -Robert Sheehan-, un joven historiador y recoletor de objetos de la ciudad para poder enfrentar a las fuerzas del Mal, encabezadas por el actor Hugo Weaving. El diseño de arte y los efectos visuales son lo mejor de la propuesta: desde la ciudad móvil que tiene hasta un museo con las "deidades norteamericanas!, los Minions! hasta los vehículos terrestres y las naves que surcan los cielos. Una idea que tenía potencial para explotar con su galería de personajes y una subtrama que cobra preponderancia -Hester escapa del robot que la crió y que ahora quiere destruírla- y que parece salida de una película de superhéroes. Demasiados elementos que no logran una cohesión narrativa y no explotan al máximo los resortes de la aventura a pesar de su poderosa artillería visual.
"Siempre encuentro la manera de levantarme" asevera la narración en off de esta película de animación que trae al personaje arácnido en su cuarto intento por reflotar la franquicia luego de los protagónicos de Tobey Maguire, Andrew Garfield y Tom Holland. El filme ganó el domingo el Globo de Oro a la "mejor película animada", cobra fuerza gracias al tratamiento visual a través de una historia ingeniosa que no se agota sino que retroalimenta el universo creado por Stan Lee -con cameo incluído- y Steve Ditko. Spider-Man: Un nuevo universoimpone la figura del adolescente latino Miles Morales, quien no está a gusto con su nuevo colegio y menos con que su padre policía lo lleve hasta las instalaciones. Cuando es picado por una araña, Miles adquiere superpoderes y enfrenta al villano Wilson Fisk que con el "super colisionador" trae a una versión alternativa y abandonada de Peter Parker, quien ha muerto, y a su vez tratará de enseñarle a Miles como ser un mejor superhéroe. Una narración dinámica que tiene el recurso de la pantalla dividida y remite a las viñetas clásicas del comic, mientras aprovecha para reflexionar con humor sobre la familia, la amistad y la fama -hay autorreferencias del personaje central con el merchandising correspondiente- a través de las aventuras que vivirá Morales junto a la versión arácnida de su grupo de amigos en la lucha contra el Mal. El resultado es un bienvenido producto multirreferencial que transmite frescura, acción y una mirada nostálgica sobre el nuevo superhéroe atrapado entre secretos y un villano que intenta recuperar a su familia con su peligroso invento de realidades paralelas. Quizas el desenlace se extiende más de lo debido pero no opaca el accionar del chico latino como el nuevo Hombre Araña.
Después de cinco películas abrumadoras con el sello de Michael Bay, el cambio en este relanzamiento de la franquicia navega entre el aire fresco y nostálgico que se necesitaba. Ahora con la dirección de Travis Knight -Kubo y la búsqueda del samurai-, Bumblebee funciona con spin off y hasta como precuela de la historia ya conocida en la eterna lucha entre Autobots y Decepticons, los robots del planeta Cybertron. Con aire ochentoso y música que acompaña a la perfección Optimus Prime envìa a Bumblebeea la Tierra y encuentra refugio en un depósito de autos en una pequeña ciudad en la costa californiana. Quien encuentre al auto amarillo que se transforma en robot es Charlie -Hailee Steinfeld-, una adolescente que busca su lugar en el mundo y lucha por componer la situación familiar con madre enfermera que tiene su nueva pareja y un amigovio que la acompañará en su aventura. El peso del relato descansa en ella y en los divertidos personajes secundarios que funcionan bien dentro del contexto de luchas, persecuciones y una Tierra que corre peligro. La película tiene el espíritu ochentoso de títulos como ET o la más reciente Gigantes de acero, poniendo el acento en la relación de amistad entre una humana y una máquina que cree que es capaz de esconderse en la arena o asustarse como un niño, causando alboroto a su alrededor. Entre destellos de acción, reconstrucción afectiva y una adolescente que encuentra en el robot del título al mejor compañero para combatir a las fuerzas enemigas, se construye esta película pensada para consumo familiar que no resulta ni tan cansadora ni abrumadora como las anteriores de la franquicia. Es más clara en su concepto y divertida en su desarrollo, sin otras pretensiones que las de entregar un producto ameno respaldado por generosos efectos visuales.