La eterna búsqueda de justicia "El gran negocio está y no se lo toca". Quizás esta frase sintetiza la idea central del documental de Eduardo Schellemberg, que coloca al puente San Roque González de Santa Cruz (une Posadas con Encarnación, Paraguay) en el foco de una tormenta de denuncias e investigaciones. El lazo entre Argentina, Paraguay y Brasil, también se convirtió en un puesto de frontera represivo y corrupto. El silencio del Puente inicia una investigación rigurosa sobre lo que allí ocurre y lo estructura a partir de tres relatos: Aurora Lucena, la viuda de un gendarme que misteriosamente apareció muerto bajo el puente; Eduardo Peta, ex fiscal paraguayo que al enfrentar el contrabando fue destituido de su cargo y, finalmente, la de Ricardo de la Cruz Rodríguez, un abogado de Posadas que defiende a contrabandistas. El film coloca la lupa en el mal funcionamiento de las Instituciones de Estado en esa región de frontera, en el encubrimiento y en la criminalización de la pobreza a partir de tres miradas diferentes pero unidas por un mismo conflicto. Entre la investigación policial, la eterna búsqueda de justicia, caminatas al juzgado, la aplicación de la Ley en perjuicio de los que menos tienen y la impunidad, son los tópicos que dominan el documental que intenta echar luz sobre un tema complicado. La cámara espía los diferentes testimonios y procedimientos policiales, mientras el puente es testigo de la corrupción, del contrabando y de la impunidad. Las luchas contra las mafias sigue su curso.
¿El último tic-tac? "No estás viviendo, estás esperando lo peor" le dice Alfred a Bruce Wayne en un tramo del nuevo film de Christopher Nolan, que sumerge al héroe del título en un exilio que dura ocho años. Impulsado por el desorden y los nuevos peligros que amenazan a Gótica, Batman se ve obligado a volver al ruedo. Batman: El Caballero de la noche asciende resume a lo largo de dos horas y cuarenta minutos una trama compleja en la que entran en juego muchos personajes e instala la paranoia de un gran atentado, resolviendo sobre los minutos finales demasiadas explicaciones. El film no deja nunca de ser un gran espectáculo, por el despliegue de sus escenas y por los climas oscuros que tiene la historia y que acentúan el estilo de un realizador ya consagrado. En este tercer eslabón, que se asegura es el último (al menos con el papel del héroe encapotado), se agrega Selina (Anne Hathaway), una hábil ladrona que se introduce en la mansión de Wayne y que, con el correr de los minutos, demostrará sus aptitudes (aunque no se explica demasiado el por qué) para la lucha. Aunque en la trama nunca se la llame Gatúbela, el personaje está en plena lucha, al igual que John Blake (Joseph Gordon-Levitt), el policía de buen corazón que sigue las órdenes del Comisionado James Gordon (Gary Oldman). Con algunos "mensajes" que se filtran en algunas de las imágenes (las del partido en el estadio), uno de los personajes comienza a tener más peso dentro del relato, aunque no conviene dar demasiados detalles al respecto. La amenaza llega de la mano del villano de turno, Bane (Tom Hardy), un violento enmascarado que da un golpe a la Bolsa de Comercio y se reserva un plan aún mayor para sembrar el terror. La película tiene sus secretos, sus vueltas de tuerca, traiciones y desfilan por la pantalla Marion Cotillard; el reaparecido Matthew Modine (el actor de Alas de Libertad, de Alan Parker) y, otra vez, Cillian Murphy como "El Espantapájaros". Los fanáticos de la saga estarán de parabienes con esta nueva entrega que se toma sus tiempos para plantear lo que luego se transforma en un verdadero campo de batalla, con personajes celebrados y aplaudidos por el público de las entregas anteriores (el Alfred de Michael Caine aparece en los momentos justos) y los nuevos que arrastran sus propios conflictos. Entre tanto enfrentamiento, alianzas, voladura de puentes, motos y aeronaves, Batman los mira a todos desde las alturas, otra vez con su capa flameante y con un tic-tac que avecina el peligro.
Una constante provocación Aquellos espectadores que hayan visto los trabajos de Sacha Baron Cohen saben que encontrarán un humor directo, provocativo y políticamente incorrecto. El actor no tiene términos medios. Después de Borat y Bruno (que en nuestro país salió en DVD), el intérprete regresa de la mano del realizador Larry Charles con El Dictador, Sacha Baron Cohen se mete esta vez en la piel del almirante Haffaz Aladeen, un líder absolutista opuesto a la cultura de Occidente, que hará lo imposible para que la democracia no llegue a su país, la República de Wadiya. Traicionado por los suyos en un viaje a los Estados Unidos (camello incluído por las calles de Manhattan) y reemplazado por un doble, el disparate está servido. Con ecos de El gran dictador, la película de Charles Chaplin que caricaturizaba a Hitler y toda la ideología nazi, este relato no ahorra chistes pesados para mostrar el accionar de este personaje siniestro que ostenta poder, molesta a sus interlocutores y manda a matar sin piedad a aquellos que piensan diferente. La película es más divertida al comienzo (va perdiendo fuerza con el correr de los minutos) pero logra una visión ácida y políticamente incorrecta sobre el mundo de las relaciones diplomáticas. El tema del "doble" como blanco de los atentados y el armamento nuclear también dicen presente en esta historia que incluye el cameo de la infartante Megan Fox, como una de las amantes del mandatario (entre las fotos de las personas que pasaron por su cama se ve a Arnold Schawarzenegger!) y de Edward Norton, en medio de un ajustado reparto integrado por Ben Kingsley y Anna Faris, como la mujer que cambia la vida del protagonista. Los toques escatológicos (la escena del parto y la masturbación) pueden incomodar al espectador, pero forman parte de un humor despiadado que se convirtió en un sello del actor. En Borat fue un viaje que servía como excusa para filmar un documental que mostraba los prejuicios de la sociedad norteamericana; en Bruno, la burla sobre el mundo de la moda. Y ahora es el turno de la política y sus líderes despóticos. Cabe recordar que Sacha Baron Cohen tuvo papeles secundarios en Sweeney Todd y en La invención de Hugo.
El amor es más fuerte Interesante y polémico el planteo que hace esta comedia que explora los sentimientos de treintañeros que están cerca de pasar la barrera de una nueva década con todo lo que ello implica. Plan Perfecto (Friends with Kids) hace foco en Jason y Julie (Adam Scott y Jennifer Westfeldt, también realizadora), dos amigos que ven cómo cambia la realidad de sus amigos más cercanos con la llegada de los hijos. Quizás la llegada de un niño también de nuevos aires a sus vidas pero ellos llevan adelante una relación sin compromisos que escapa a los dramáticos días que atraviesan sus allegados. El "plan perfecto" está en marcha, tienen un bebé, y ambos lo comparten mientras disfrutan con sus respectivas relaciones: él con una bailarina encarnada por la infartante Mega Fox, y ella, conoce a un recién divorciado, papel a cargo de Edwards Burns. El relato tiene gags y situaciones logradas que se apoyan básicamente en diálogos que transforman una situación dramática en una aguda y encantadora mirada sobre la pareja, las relaciones, el sexo, la fidelidad y la paternidad. Los protagonistas Adam Scott, quien viene de la serie Parks and Recreation, y Jennider Westfeldt (la serie 24) entregan dos interpretaciones ajustadas a sus personajes cambiantes y amoldados a una relación sin ataduras. Pero el amor es más fuerte. CALIFICACIÓN: BUENA
Aquellos buenos tiempos Las producciones animadas de Manuel García Ferré se caracterizaron siempre por el tono ingenuo y efectivo impulsado por personajes que marcaron a varias generaciones. Por ese motivo, resulta inexplicable la visión de Soledad y Larguirucho, película que combina acción en vivo (con dirección de Néstor Montalbano) y los dibujos de García Ferré, montados sobre fondos reales. El film funciona como una forzada guía turística que promociona diferentes escenarios de la provincia de San Luis insertos en medio de un guión inexistente y situaciones carentes de buenos gags. La cantante Soledad Pastorutti llega a la ciudad para brindar un concierto mientras que la bruja Cachavacha, El profesor Neurus y Pucho (Serrucho tambien!) elaboran un plan maquiavélico que altera la paz del lugar y la apacible vida de campo que lleva Larguirucho. La película está concebida como una sucesión de sketches de fallida resolución y permite el cameo de figuras como El Chaqueño Palavecino, Natalia Pastorutti, Carlitos Balá, Pablo Codevilla, Diego Capusotto y Gillermo Andino. En Soledad y Larguirucho falla la historia y las situaciones que se presentan con actores (Montalbano viene de los éxitos Soy tu aventura y Pájaros volando) mientras que los dibujos intentan mantener el espíritu de aquellos viejos tiempos. Atrás quedaron el tono nostálgico y artesanal de Petete y Trapito, Ico,el caballito valiente y Mil intentos y un invento. "Hablá ma´fuete que no te ecucho" es quizás la mejor frase que acuña el personaje central a lo largo de este olvidable cuento que contrasta bondad y alegría (Soledad y la casita de campo) con la lúgubre cabaña que habita la Bruja Cachavacha.
Aquí vive el horror Otra vez una película de género concebida con el registro de "cámara en mano" y "falso documental" que dio tan buenos réditos en las sagas Actividad Paranormal y REC y, por qué no afirmarlo, también cansó al espectador por el abuso de estos recursos narrativos. Como una suerte de Poltergeist made "in casa", el film español está escrito y producido por Rodrigo Cortés (Enterrado) quien delegó la dirección a Carles Torrens. Un grupo de investigación paranormal llega a un departamento, despliega su arsenal de cámaras y dispositivos para estudiar los extraños fenómenos que alteran la vida de una familia: un padre que ha perdido a su esposa en un accidente, su hija adolescente y su pequeño. Las cámaras se convierten en testigos de los sucesos paranormales que van desde llamados telefónicos y sombras hasta objetos que se mueven solos. Donde habita el diablo (Emergo) echa mano a impactos de sonido que se imponen a la fuerza de las imágenes. El espectador debe -y sabe que tiene que hacerlo-esperar para ver lo poco que sucede en esta historia que combina fantasmas, apariciones, levitación y posesión. Varios detectores de movimiento registran actividad para este espíritu errante que evidentemente no se ha elevado para seguir su camino, generando pánico entre los seis (que numerito) mortales que se encuentran entre cuatro paredes. Con ecos de Aquí vive el horror y la mencionada película de Tobe Hopper, el relato quiere conformar con poco y peca de ser aburrida con un largo monólogo del padre de familia intentando explicar la suerte que corrió su esposa. Los gritos y las contestaciones de su hija sólo lo inquietan a él, olvidando a un espectador que realmente quiere asustarse.
Regreso triunfal con onda verde Todo vuelve en materia cinematográfica y el superhéroe arácnido no es la excepción. Esta cuarta aventura cambia de protagonista (Andrew Garfield en lugar de Tobey Maguire) y también de director (afuera quedó Sam Raimi y ahora es Marc Webb), pero el espíritu del comic de Marvel está presente en cada fotograma. El sorprendente hombre araña hace honor a su título con una historia que comienza de cero, desarrolla correctamente los personajes centrales y hasta espera la hora de proyección para que haga su aparición triunfal el superhéroe en cuestión encarnado por el actor de La red social. Si la intención de Marc Webb (500 días con ella) fue dotar a sus criaturas de conflictos personales y familiares lo logra a partir del guión de James Vanderbilt (el mismo de la inminente Robocop), sin olvidarse del costado espectacular del relato. Peter Parker es abandonado de niño por sus padres, dos agentes secretos, quienes lo dejan en manos de sus tíos (Sally Field y Martin Sheen) y la película retrata su transformación de estudiante enamorado (esta vez de Emma Stone, la actriz de Tierra de zombies e Historias cruzadas) a superhéroe luego de ser mordido por una araña expuesta a la radiación. La trama incluye al ex.compañero de trabajo de su padre, el Dr. Curt Connors (Rhys Ifans), quien está experimentando con la metamorfosis de lagartos. La historia dispara telarañas hacia varias puntas y ofrece entretenimiento puro (la secuencia del puente colgante) que crece, al igual que los poderes del protagonista, en la segunda mitad del film. El tema de la doble identidad, el enfrentamiento con criminales de poca monta y el motor de la venganza se encienden en este regreso triunfal con un 3D que aporta algunas tomas de atrapante resolución en las alturas. La aparición de la criatura monstruosa (como en las películas japonesas a las que se refiere el jefe de policía interpretado por Denis Leary) amenaza con destruír la ciudad y continúa la onda de "El duente verde" de las realizaciones anteriores.
Un violento juego del "cine dentro del cine" El eterno juego del "cine dentro del cine" enciende la mecha de este violento producto que fusiona ficción y realidad a partir de la afiebrada imaginación de un guionista contratado por un director para contar una historia de gángsters. El escritor principiante (y "free-lance" según su definición) discute con el director para ver cuál es la mejor manera de mostrar a Dylan, el héroe de ficción de una Pompeya que se transforma en el epicentro del combate entre bandas rusas y coreanas, Con una cámara que no para de moverse (al igual que los personajes) y un montaje frenético, la directora Tamae Garateguy construye esta historia de climas lúgubres y violencia extrema. El espectador se encontrará con un producto que tiene acción, toques de humor, tortura y hasta una inagotable vuelta de tuerca que sorprende llegando al desenlace. Por la pantalla desfilan referencias a Perros de la calle y despiadados seres del bajo mundo: un hermano sordomudo; un amigo mujeriego y una "femme fatale", todos enredados en una vorágine de sexo, corrupción y muerte. Con algunos minutos de más y reiteraciones, el relato hace gala de una estética propia, desprojija, que crea la atmósfera necesaria para las diferentes situaciones que presenta. Pompeya no es otra cosa que un viaje al infierno y un auspicioso trabajo de la directora de Upa!.
Diversión bajo cero Con el vertiginoso inicio de Scrat, la ardilla que persigue eternamente a la bellota, se enciende la mecha del cuarto capitulo de las aventuras protagonizadas por Manny, Sid y Diego, inmersos ahora en constantes cambios que se producen en la Tierra. La Era del Hielo 4 separa a Manny de su familia cuando queda a la deriva junto a sus amigos sobre un gran bloque de hielo. Con ellos tendrá que ver la manera de reencontrarse con los suyos en medio de un mundo que los pone en peligro. Este eslabón incluye a Shira, una bella tigresa que cumple las órdenes del tirano Capítán Tripa (en la versión original con voz de Peter Dinklage, el enano de Muerte en un funeral) y una tripulación que sucumbe bajo su poder y maldad. Los mayores aciertos de esta producción de animación en 3D pasan por los momentos en los que la Tierra comienza a desplazarse y pone en riesgo la vida de los personajes. El éxodo animal y la supervivencia en medio del mar son, sin dudas, las secuencias más logradas de esta nueva entrega. que también juega con la rebeldía adolescente de la hija de Manny (la cabellera del mamut sorprende por su gran realismo) y con sus acertados gags. Todo queda preparado para una quinta parte mientras el ingenio y la comicidad no se agoten. El film sube un escalón con respecto a la anterior, pero corre peligro de que su fórmula también se derrita como el hielo. Antes de La Era de Hielo 4 se proyecta Un día en la guardería, cortometraje animado protagonizado por Maggie Simpson, en su debut protagónico para la pantalla grande. Mientras los padres no están presentes, el lugar es dominado por la maldad de un chico que, martillo en mano, destroza mariposas.
La maldición según Tim Burton Si hay algo que caracteriza al cine de Tim Burton es su atmósfera oscura y sus personajes que buscan, de alguna u otra manera, su inclusión en el mundo. Su último trabajo, Sombras tenebrosas, tiene muchos elementos de sus realizaciones anteriores, sobre todo de El joven manos de tijera, La leyenda del jinete sin cabeza y El cadáver de la novia. El film está basado en la serie de televisión norteamericana emitida entre 1966 y 1971 que tuvo al personaje Barnabás Collins, como eje de varias historias impulsadas por vampiros, hombres lobo, zombies, monstruos, brujas y hechiceros. Sombras tenebrosas no es lo mejor de Burton pero resulta una película entretenida que tiene un muy buen comienzo y un desenlace atrapante que deja la puerta abierta para una continuación. El humor del que hace gala el cineasta durante el desarrollo de la trama perjudica, quizás, el clima general de una historia que se fragmenta y dispersa. De todas maneras, Burton se las ingenia para mantener el interés hasta el final a través de una serie de curiosos personajes que forman una familia disfuncional, atravesados por un toque setentoso (con un tema de Los Carpenters). La acción comienza en 1752, cuando la familia Collins deja Liverpool y llega a América para construír su futuro en un pueblo de pescadores. La fortuna les dura poco porque son asesinados y su hijo, Barnabás (Johnny Depp) crece entre riquezas y un amor imposible. Pero comete un error: rompe el corazón de Angelique Bouchard (Eva Green), una bruja que lo maldice y entierra vivo. Dos siglos más tarde, Barnabas es liberado de su tumba y aparece en la mansión que supo habitar. sorprendiendo a los sucesores de los Collins, una familia (con Michelle Pfeiffer a la cabeza) muy parecida a Los locos Addams que esconde complicaciones y secretos. El hombre millonario devenido en una criatura de la noche sedienta de sangre encuentra en Sombras tenebrosas buenos momentos que tienen que ver con el choque de culturas: un vampiro que se topa con los progresos de la década del sententa y con una maldición que se extiende por los siglos de los siglos. El desenlace acumula enfrentamientos y recuerda a La muerte le sienta bien, de Robert Zemeckis, en medio de una atrmósfera multicolor que incluye a una psicóloga enamoradiza (Helena Bonham Carter); un capitán (el legendario Christopher Lee); un asistente monstruoso (Jackie Earle Haley, el último Freddy de Pesadilla en lo profunfo de la noche ) y una adolescente rebelde (Chloe Moretz, de Kick-Ass) que también tendrá su turno. Quizás demasiados elementos para una sola película que se mueve en varias direcciones, pero que termina como comienza, con el tono lúgubre que hace de Burton un sello propio, distintivo y potente desde lo visual. En tanto, Johnny Depp aparece pálido, juega al vampiro extravagante y se divierte con su personaje entre transfusiones de sangre y un amor fantasmal que reclama atención.