Olas sangrientas con muchas sospechas Un policial nacional con buena factura técnica que se articula a partir de una serie de asesinatos de prostitutas cometidos en la ciudad de Mar del Plata. El director Gonzalo Calzada (quien antes había filmado Luisa con Leonor Manso) sigue al pie de la letra los códigos del thriller, basándose en la novela de Carlos Balmaceda que, a su vez, se apoya en hechos reales que pusieron en jaque a la policía. En La plegaria del vidente entran en juego varias situaciones y personajes que se ven acorralados por las dudas y el misterio. El Vasco (Gustavo Garzón), un policía de pasado oscuro y presente incierto, comienza la investigación del caso junto a su compañero (Fabio Aste) y Riveros (Vando Villamil), un periodista de policiales. En la trama también aparecen una médica forense (Valentina Bassi) y Mauro (Juan Minujín), un ciego con videncias que vive aislado en una casona de la playa y presagia lo peor. Completan el elenco de este sombrío rompecabezas Guillermo Marcos, como el jefe de la policía; Victoria Carreras, en el rol de una prostituta que corre peligro; y Rodolfo Ranni, ícono del género nacional de los años ochenta con sus films El Desquite, En Retirada y La búsqueda. El relato hace gala de un montaje ágil, feroz por momentos, para mostrar la situación de desprotección de las víctimas luego de la aparición del primer cadáver del llamado "Loco de la Ruta". Si hay algo atrapante en el film es el foco de las sospechas que recaen sobre todos, ya que el Vasco no sólo enfrenta a un despiadado asesino serial, sino que también sufre las presiones de políticos y de su propio departamento para descifrar el misterio. Con una fotografía lúgubre que retrata los fantasmas personales del protagonista, un constante juego entre figura y fondo que sirve para desdibujar la identidad del criminal y cruerpos que hablan, el Vasco intentará desentrañar, junto al espectador, las pistas que lo conducirán a la identidad del villano de turno. Por momentos, la película abruma al espectador con muchos detalles y datos a partir de una trama que esconde varias vueltas de tuerca y cabos sueltos, pero el resultado es positivo y arriesgado (el espectador sabrá por qué) en este policial made in Argentina que genera incertidumbre, miedo y dolor. Las olas sangrientas vienen con fuerza y muchas sospechas.
Antes y después del embarazo Una lograda comedia francesa que juega con una historia de amor desarrollada antes y después de la llegada de un bebé. Barbara (Louise Bourgoin) es una estudiante de filosofía y Nicolas (Pio Marmai) atiende un video club. En su primer encuentro él hace lo imposible para seducirla y hasta el ofrece títulos como Atrápame si puedes y Un hombre y una mujer. La trama, plagada de referencias explícitas a diversas películas, cuenta la intimidad de un encuentro entre estos dos jóvenes. Un situación de enamoramiento que podría ser perfectamente la que le ocurre a cualquiera y de la manera menos pensada. Un Suceso Feliz plasma sin solemnidades la relación de pareja y también cómo cambia todo ese mundo idílico cuando llega un bebé al hogar. La transformación del cuerpo de la mujer cuando queda embarazada y la falta de sexo durante la convivencia. Las situaciones están bien planteadas e impulsan este emocionante relato que incluye además el reencuentro de Bárbara con su madre (una siempre convincente Josiane Balasko) que no ve con buenos ojos la llegada del bébe, y con un padre que siempre estuvo ausente. Entre cochecitos de bebé, juegos en la Play, comidas y pesadillas en líquido amniótico, Un Suceso Feliz juega de manera íntima con las luces y sombras de una relación que atraviesa trodos los estados imaginados.
El comienzo del fin En 1979 el director Ridley Scott sorprendía con Alien, película que revolucionó el género de terror espacial y que tuvo tres secuelas e imitaciones. Treinta y tres años después, arremete con Prometeo, esta precuela (aunque él niegue el término) que recupera el universo creado en Alien e instala algunas vueltas de tuerca interesantes en la historia. Antes fue la nave Nostromo (o después según desde donde se mire) que llegaba a un planeta desconocido y encontraba una extraña forma de vida que iba aniquilando a toda la tripulación. En Prometeo, un equipo de exploradores descubre una pista sobre los orígenes de la humanidad en la Tierra, lo que los lleva a una travesía emocionante por los rincones más oscuros del universo. Las similitudes con Alien no son casuales y hay que aclarar que el personaje que encarna Noomi Rapace (de la saga Millennium), Elizabeth Shaw, no es el mismo que interpretó Sigourney Weaver en el film original y en sus sucesoras. Una mujer de ciencia que acá se ve vapuleada por su fe y creencias. La nueva historia también incluye a un robot (para rememorar los tiempos de Blade Runner y el replicante que hizo Ian Holm en el film de 1979) que todo lo sabe y va un paso adelante que el resto. El irlandés Michael Fassbender se roba la película y su personaje tiene mucho peso. El reparto se completa con Charlize Theron, como la enviada de la corporación Weyland que controla y saca tajada del descubrimiento; un irreconocible Guy Pearce; además de Kate Dickie, Logan Marshall-Green, Idris Elba (en el puesto de Yapeth Kotto), Sean Harris y Kate Dickie. Si hay algo que no se puede negar es que Scott sabe contar historias y hace que la nave llegue a buen puerto. Acá entrega un eficaz planteo (el comienzo con presencia extraterrestre) y una atmósfera envolvente desde su concepción visual que continúa los pasos del relato original. A la hora de proyeccción comienza quizás lo que el espectador espera y sólo en los minutos finales se muestra los orígenes de la criatura alienígena que tanto espantó al público. Temas como el origen de la humanidad y la eterna lucha entre ciencia y fe, están expuestas con tecnología de punta (las esferas rojas que trazan un mapa del lugar desconocido) que siempre está al servicio de la historia. Es cierto también que el 3D sólo se aprecia en algunas secuencias, pero está de moda, y es la primera de Scott en este formato. Si el espectador busca inspiración mitológica (Prometeo es el benefactor de la Humanidad), dosis de intriga, terror y una mesa quirúrgica que opera con la rapidez de un rayo láser, los encontrará en este realización que hace gala de un misterio que abre sus puertas (y estómagos) para una nueva entrega.
El planeta de los simios Nuevamente el género documental llega de la mano de Disneynature con esta producción rodada en Africa y destinada al público familiar. El film no tiene criaturas generadas por computadora ni animales amaestrados, simplemente se trata de grupo de realizadores que coloca su cámara en el momento exacto para captar la vida animal. El protagonista es Oscar, una cría de chimpancé que tiene una vida apacible hasta que queda en medio de un enfrentamiento entre familias de monos. Solo en un territorio hostil, Oscar debe sobrevivir. Cuando un simio enorme aparece y lo adopta, su vida cambiará para siempre. Los responsables son Alastair Fothergill (Felinos de África y La Tierra) y Mark Linfield (La Tierra), hábiles y arriesgados realizadores (en los créditos finales se ven sus proezas) que captan las maravillas de la naturaleza a través de bellísimas tomas aéreas y acercamientos a las criaturas que se encuentran en su ambiente. Luego vendrá el argumento porque el film es más un relato dramático que un documental. Su pericia narrativa transforma el material en una verdadera historia de amor y superación. Por momentos, el relato en off quiere dar espectacularidad a imágenes que hablan por sí solas, pero la propuesta es una verdadera monada.
Comedia ambientada en el competitivo mundo del fútbol en la que un joven deportista pasa a convertirse en el "botín" más disputado de las negociaciones. Fuera de Juego, una coproducción con España dirigida por Davis Marqués, deja al descubierto las contrataciones de figuras del mundo del fútbol a partir del momento en el que un ginecólogo (Diego Peretti) se hace pasar (por pedido de un tío infartado encarnado por Ricardo Darín) por un representate del nuevo valor Gustavo-César (Chino Darín) y debe viajar a España para una posible contratación del joven. Sin embargo, al llegar las cosas se complican porque también aparece en escena Javi (Fernando Tejero, lejos lo mejor del film), un pseudo representante y fabulador que parece más el típico "chanta argentino" que un español con ganas de hacer dinero y, hasta deja en un segundo plano a su mujer Ana (Carolina Peleritti). El ingreso al Real Madrid puede cambiar sus vidas para siempre. Con algunos gags que hacen gol, esta comedia está impulsada por la típica pareja-despareja de personajes que deben afrontar obstáculos de todo tipo (hasta se hacen pasar por paramédicos) para lograr su cometido. Fuera de Juego se desarrolla entre Argentina y España, en una trama que navega además entre mentiras, apariencias y frustraciones, El film cuenta con la participación de Martín Palermo. Iker Casillas y otras figuras del ámbito futbolístico. A pesar que le sobran varios minutos que la colocan en "offside", toca el silbato a tiempo.
Drama y suspenso poco creíbles "Nos van a devolver todo" dice uno de los ingenuos personajes de este relato situado en la época del corralito argentino. Un jubilado (Federico Luppi) necesita el dinero para poder aplicarse insulina, toma una granada y se encierra en un banco para reclamar lo que es suyo. Acorralados juega con una época caótica alternando algunas imágenes de archivo con personajes afectados por el desastre económico: una familia que necesita sus ahorros para poder operar a su pequeño hijo; un directivo del banco (Gabriel Corrado) presionado por una de sus empleadas y un matrimonio en crisis. Ni el modo de abordar el tema, ni la manera de hacer suspenso se tornan creíbles a lo largo del metraje a pesar de la presencia de Federico Luppi y de Gustavo Garzón, en el rol del jefe de policía. Entre el tono costumbrista (con una Esther Golris cercana a Esperando la carroza) y el espíritu de denuncia, el film acumula actuaciones y diálogos lavados, la trama avanza como puede. Tampoco resulta verosímil cómo los personajes quedan atrapados a merced del anciano dentro del banco (¿una puertita de hojalata que ni siquiera tiene candado impide que los manifestantes la rompan?). La música subraya los momentos de más emoción y le quita clima al desenlace de la historia basada en eventos reales. Esta película comenzó de la mano del director Juan Carlos Desanzo, pero luego recayó en Julio Bove.
La fragilidad de un "sex symbol" Una cita ideal para conocer el ajetreado rodaje de El Príncipe y la corista, la película que protagonizó Marilyn Monroe junto a Lawrence Olivier en Inglaterra en la década del cincuenta, donde el actor también ofició de realizador. Mi semana con Marilyn se convierte en la excusa para espiar el mundo íntimo y la fama del "sex symbol" de la pantalla grande que tantos suspiros sigue despertando cincuenta años más tarde. La película está construída a partir de la mirada de Colin Clark (Eddie Redmayne), un joven inexperto (y perseverante) que se convierte en el tercer asistente de dirección de Lawrence Olivier (Kenneth Branagh) durante la producción de la película. La llegada de la exitosa Marilyn Monroe (Michelle Williams) al set causa revolución y pone los pelos de punta de todo el equipo: sus llegadas tarde, su adicción a las pastillas y sus inseguridades como actriz. Sólo Colin parece entenderla, protegerla y termina enamorándose de ella. El film está basado en su novela y en la experiencia que tuvo durante los siete días de rodaje. El director Simon Curtis, quien viene de la televisión, logra una película redonda que conmueve y deja ver la faceta más frágil de una mujer que tuvo tres casamientos (llega a Inglaterra junto a Arthur Miller), una infancia ligada al abandono y un presente exitoso que no la hace feliz. Entre el glamour que encierra el número musical del comienzo y los avatares emocionales a lo que se expuso (y la expuso la industria del cine), se va conformando Mi semana con Marilyn, un mundo de celuloide en el que confluyen estrellas (y estrellados) y que también integran Julia Ormond, en el papel de Viven Leigh; Dougray Scott, como Arthur Miller; Judi Dench (una actriz de gran presencia) y Toby Jones. El relato cuenta con una impecable Michelle Williams (ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz) que acierta con su tono ingenuo y vulnerable, mientras Kenneth Branagh aporta su impactante transformación, al igual que el buen desempeño que lleva sus hombros Eddie Redmayne, en rol de Colin. Todos contribuyen para que la mirada nostálgica del relato diga presente en la pantalla grande.
Universo oscuro y misterioso El oscuro mundo del escritor Edgar Allan Poe tuvo más de doscientas adaptaciones realizadas para el cine y la televisión debido al material atrapante de sus historias. El cuervo, del director James Mc Teigue (el mismo de V de Vendetta), plasma una atmósfera inquietante a partir del momento en el que un asesino serial va dejando cadáveres, muchos interrogantes y su sello, inspirado en las novelas del autor, encarnado aquí por John Cusack. Un joven detective de Baltimore (Luke Evans) se une a él para desentrañar el misterio y evitar la muerte de Emily Hamilton (Alice Eve), la novia del creador de "El corazón delator", que ha sido secuestrada y se encuentra en algún lugar remoto de la ciudad. La película concentra el clima de La leyenda del jinete sin cabeza y el accionar metódico y perverso de un criminal que está suelto, al mejor estilo de El silencio de los inocentes. Sin llegar al nivel de excelencia de estas dos producciones, el film atrapa al espectador con sus cuotas módicas de suspenso (desarrolladas en los túneles da la ciudad) y truculencias varias (cadáveres que esconden pistas). Al vértigo de las persecuciones que depara la trama (con tomas que parecen haber sido preparadas para el formato 3D) se suma la lista de sospechosos que incluye hasta al mismo escritor. El cuervo tiene su clima de misterio y envuelve en las brumas de la duda al público gracias al buen desempeño de notables actores como John Cusack, cuyo personaje navega entre la locura y el alcohol; y el siempre convincente Brendan Gleeson, en el rol del Coronel Charles Hamilton. El relato no tiene fantasmas, salvo los que habitan la mente afiebrada del desdichado personaje central, pero sí varios cuervos que traen señales de malos augurios.
Con espíritu circense Los animales de la selva son perseguidos más que nunca en esta nueva aventura que se pasea por diversos escenarios europeos. Alex, el león; Marty la cebra; Gloria, el hipopótamo y Melman, la jirafa, escapan de África y quieren volver al zoológico de Nueva York. Sin embargo, sus planes se alteran y quedan varados en Monte Carlo, en medio del vértigo de la ciudad y en una aventura que los une a un circo ambulante que perdió su brillo (y sus estrellas), y que pasa por Roma y luego llega a América, lo que constituye la última oportunidad para regresar a su hogar. El film, que lleva el sello de los mismos realizadores de las entregas anteriores, tiene un ritmo endemoniado que no da respiro al espectador. A diferencia de otras producciones de animación, Madagascar 3: Los fugitivos aprovecha al máximo los recursos del 3D, no sólo potenciando figuras que salen de la pantalla, sino también aprovechando el vértigo en las alturas. El nuevo pilar del relato es, sin dudas, la villana de turno, la Capitán Chantel DuBois, una policía cazadora de animales que hace que Cruella De Ville parezca un poroto. En este nuevo personaje y en la "troupe" del circo itinerante que forman el Tigre Zaragoza (en su rutina ya no puede pasar por el aro); Gía, el jaguar y Stefano, el lobo marino, se encuentran los momentos más disfrutables de este tercer eslabón cinematográfico que juega a recuperar el espíritu festivo y mágico del circo. Los gags que acumula la trama dan en el blanco, entre robos de diamantes y persecuciones policiales, trapecios y una osa que cautiva al público. ¿Qué más se puede pedir?.
Un inspirado y lúgubre cuento infantil La tendencia de reciclar cuentos clásicos es una apuesta arriesgada y los ejemplos más recientes fueron Alicia en el país de las maravillas, La chica de la capa roja y Epejito, Espejito, ésta última con una versión fastuosa pero poco atrapante. Blancanieves y el cazador marca el debut en la dirección de Rupert Sanders y el resultado es altamente gratificante. En primer lugar, el realizador conserva los elementos originales del cuento infantil pero agrega sus cuotas de fantasía, violencia y magia que lo hacen mucho más sombrío. El film amenaza con convertirse en una nueva trilogía y la historia se desarrolla en un clima de persecuciones constantes cuando el cazador del título (Chris Hemsworth, el actor de Thor) se convierte en el protector de Blancanieves (Kristen Stewart, la joven intérprete de Crepúsculo) mientras escapan del ejército de la Reina diabólica que la quiere ver muerta. Esta impactante aventura sobre la ambición, el poder y la traición incluye castillos, un bosque (realmente) tenebroso habitado por extrañas criaturas y, como no podía ser de otra manera, suma la troupe de enanos que viven en el bosque. Estos pequeños seres, impulsados por magníficos actores como Bob Hoskins, Ray Winstone, Nick Frost, Eddie Marsan, Toby Jones, Johnny Harris y Brian Gleeson, luchan a brazo partido para defender a la heroína y terminar así con el reinado de terror. Para que una película de estas características funcione se necesitan buenos personajes pero también un buen villano. En ese sentido, la actuación de Charlize Theron (que no tiene problema en "afearse" como en Monster) en el rol de la bruja Ravenna es excelente, cargada de matices, y a ella se agrega un hermano diabólico (Sam Spruell) que tampoco se queda atrás. Un placer encontrarse con el mejor espíritu de la aventura que alcanza en esta superproducción una lograda inspiración visual (por momentos similar a la de Burton) y da rienda suelta a las andanzas de caballeros, princesas y guerreros con espada en mano.