Hardcore: Misión extrema es un curioso experimento del cine independiente ruso que tiene la particularidad de brindar una película de acción filmada íntegramente en primera persona. Es decir que la historia se narra únicamente desde la perspectiva del protagonista. Una producción que fue víctima de los elogios exagerados en los medios de comunicación, que generan expectativas elevadas que después no se terminar por cumplir. Si tengo que comparar este film con las secuencias de tiroteos que brindaron en el pasado Sam Peckinpah en La fuga, John Flynn en Rolling Thunder o John Woo en Hard Boiled, Hardcore la verdad que es una propuesta intrascendente. Pero bueno, en estos días cualquier película de la nada enseguida se la califica de obra maestra. Esta producción es un experimento que funciona muy bien en el formato de corto pero resulta más difícil de sostener en un largometraje. Algo que quedó demostrado en este estreno. Al principio el concepto de la cámara objetiva resulta intrigante. Sin embargo, con el desarrollo de la trama el recurso se vuelve monótono y no le aporta demasiado al género de acción. Durante gran parte del visionado de esta historia uno tiene la sensación de estar viendo a una persona que se divierte jugando un video juego de tiros en lugar de disfrutar una película. La ópera prima del director Ilya Naishuller por momentos trae al recuerdo la primera entrega de Crank, una producción que también estaba muy influenciada por los video juegos, y brindaba una propuesta grotesca y delirante. La diferencia es que en este caso la trama es más aburrida y no hay un protagonista carismático que haga llevadero el film. Henry, el personaje principal, es una especie de cyborg que únicamente se dedica a correr y matar gente y el director nunca llega a establecer una conexión emocional con su historia. Resulta un personaje insulso al que nos vemos obligados a seguir simplemente porque la cámara registra su punto de vista. De todos modos, es justo destacar también que el director Naishuller llega a brindar algunos buenos momentos en materia de acción. Sobresale especialmente una escena donde el protagonista escala un edificio que transmite con mucha precisión el vértigo que genera esa situación. El resto de los tiroteos y las persecuciones la verdad que son de medio pelo y el recurso de la cámara subjetiva no enriquece para nada la narración de la trama. Hardcore está plagada de acción pero es una película construida con escenas monótonas que sólo se limitan a brindar imágenes de violencia extrema. Después de 10 minutos de ver lo mismo el film se vuelve algo aburrido. Afortunadamente a lo largo de la historia aparece el actor (y productor del film) Sharlto Copley (Distrito 9), quien tiene un personaje divertido en esta historia y brinda buenos momentos con un rol especial. Reitero, Hardcore es un experimento curioso que se deja ver si te interesa el género pero la propuesta no va más allá de la anécdota de la cámara subjetiva. No está mal, aunque en lo personal prefiero ver una película de acción de verdad.
No tengo recuerdos que un estreno relacionado con una película popular surgiera en estas circunstancias. Avenida Cloverfield 10 es una producción que los estudios Paramount literalmente sacaron de una galera. Nadie conocía la existencia de este proyecto hasta que hace unos meses se difundió el trailer. En abril de 2014 se había anunciado que la compañía de J.J.Abrams (genio del marketing), Bad Robot, comenzaba la producción de un proyecto llamado Valencia que nadie podría imaginar estaba relacionado con Cloverfield La película se filmó en secreto y es notable que los productores lograron que ninguna información sobre esta propuesta se filtrara en los medios. Este film de algún modo expande la historia que conocimos en el 2008 con una propuesta diferente. Cuando vimos el avance por primera vez la verdad que costaba bastante relacionar esta historia con la película original de Matt Reeves. Sin embargo, si uno presta atención, a lo largo de la trama hay algunas referencias muy sutiles que permitirían conectar ambas producciones. Algo que queda claro es que Avenida Cloverfield 10 transcurre en el mismo universo de ficción que se originó en el trabajo de Reeves. La película representa la ópera prima de Dan Trachtenberg quien desarrolló este conflicto a través del thriller psicológico. El director logra mantener la tensión del relato con apenas tres actores y una única ambientación que con el transcurso del tiempo se vuelve un escenario claustrofóbico. Lo mejor de la película pasa por el misterio que se va construyendo a lo largo de la trama y la labor de los actores (especialmente John Goodma), quienes brindan un gran trabajo. El gran atractivo de esta producción radica en el hecho que nunca llegás a predecir lo que va a ocurrir en la historia y este es un gran mérito de la narración de Trachtenberg. Ya de por sí el trailer de Avenida Cloverfield era misterioso y la película logra seguir la misma línea. Durante gran parte del conflicto nunca se sabe que es lo que está ocurriendo afuera del bunker y sólo tenemos la perspectiva del personaje principal, interpretado por Mary Elizabeth Winstead (Death Proof). Creo que el balance general de esta película se verá afectado por el modo en que cada espectador digiera el final de la historia. El supuesto giro sorpresivo que quisieron darle a la trama en mi caso no me convenció demasiado, pero disfruté muchísimo todo el misterio y la tensión que se construyó hasta ese momento. Si te olvidás del monstruo de Coverfield y simplemente la disfrutás por el thriller que propuso brindar el director es un estreno que brinda un buen entretenimiento.
Londres bajo fuego es una continuación completamente superior al film que brindó el director Antoine Fuqua en el 2013. A veces creo que la estupidez en algunos críticos de cine es un estigma crónico que se transmite con las distintas generaciones. Se sientan a ver una propuesta de acción como esta y pretenden analizarla como si se tratara de un drama existencialista de Terrence Malick. Esta es una película que no tuvo más pretensiones que brindar una historia entretenida de acción, donde el foco de la historia no pasa precisamente por desarrollar un thriller político que permita su debate en las universidades. Recuerdo que cuando se estrenó Ataque a la Casa Blanca le di una calificación muy baja porque era un desastre la manera en que se habían arruinado las secuencias de acción con efectos digitales decadentes. La continuación mejoró muchísimo en esos aspectos y el director iraní Babak Najafi trabajó la acción con el estilo de la vieja escuela. Las secuencias de peleas son claras y se entiende bien lo que sucede frente a la pantalla, mientras que las persecuciones automovilísticas y los tiroteos estuvieron muy bien elaborados. Hacia el final el director Najafi presenta un muy buen tiroteo filmado en un plano secuencia, es decir en una sola toma, que probablemente se destaca como el mejor momento de Londres bajo fuego. En términos generales el trabajo del realizador iraní sobresale más cuando la acción es trabajada en menor escala (como las peleas y los tiroteos) que en las escenas más ambiciosas. Cuando la película se propone ser más épica se notan más la falencia de los efectos digitales, como la escena donde los villanos derriban unos helicópteros que no quedó muy bien. No obstante, el motivo por el que vale la pena ver esta película es la interpretación de Gerard Butler, quien tiene momentos desopilantes en el rol del guardaespaldas Mike Banning. Banning es esa clase de héroes conservadores ochentosos a los que no les importa nada en la vida con tal de cumplir su objetivo. Personajes que hoy se convirtieron en figuras políticamente incorrectas dentro de este género. Mike Banning tortura gente y mata villanos a sangre fría sin inmutarse. En este film Butler por momentos trae al recuerdo al desquiciado soldado Gunny Burns, interpretado por Fred Dryer en el clásico de 1987, La muerte antes que la deshonra, que tenía un perfil similar. Una particularidad de Londres bajo fuego es que es una película que no se toma en serio a sí misma y presenta situaciones más graciosas que la entrega previa. Si dejás pasar el ridículo concepto que el presidente de los Estados Unidos y su guardaespaldas corren solos por las calles de Londres mientra un grupo de terroristas tratan de matarlos, la película brinda un pasatiempo entretenido dentro de este género.
El director Jon Favreau brindó la mejor película live action que se hizo hasta la fecha sobre la obra de Rudyard Kipling, El libro de la selva. En adelante, cuando alguien desee conocer las grandes producciones relacionadas con esta obra maestra de la literatura, el trabajo de Favreau se destacará entre las más fieles adaptaciones, junto con la película animada soviética de Roman Davydov (1973) y el animé de 1989, Jungle Book Shōnen Mowgli. Dentro del cine live action ningún otro film le hizo tanta justicia a la creación de Kipling como el director de Iron Man. Su tratamiento de esta historia tuvo un enfoque muy similar a lo que hicieron los japoneses en los ´80 dentro de los dibujos animados. Es decir, dentro de una misma trama Favreau fusionó el conflicto más oscuro e intrigante de la obra literaria con la versión más infantil que presentó Disney en 1967. La primera mitad del film es 100 por ciento Kipling y el relato tiene el tono de los cuentos originales. Luego con la aparición del oso Baloo, interpretado por un brillante Bill Murray, la película se encamina por el terreno de Disney. Sin embargo, Favreau logró encontrar el balance perfecto entre estos tonos tan diversos y el resultado es excepcional. La película incluye algunas escenas musicales con las clásicas canciones de los hermanos Sherman, pero también está presente el conflicto dramático de Mowgli con el tigre Shere Khan. La verdad que El libro de la selva es una propuesta muy difícil de adaptar en el cine porque para desarrollar bien la trama que concibió Kipling es necesario una trilogía de películas. La historia comienza con el nacimiento de Mogly y termina cuando el protagonista se convierte en adulto y forma su propia familia. Es muy complicado adaptar en un film de 105 minutos un conflicto que presenta tantos personajes y subtramas. Por eso es menester destacar la narración de Favreau, ya que logró comprimir la esencia de la historia de Mogly en un conflicto sólido. Obviamente esto no se hubiera podido hacer sin algunos daños colaterales. Por ejemplo, uno de los personajes más querido de El libro de la selva como es la serpiente Kaa, quien fue uno de los grandes maestros de Mogly y no la figura villana que distorsionó Disney, acá tiene una breve participación. El personaje interpretado por Scarlett Johnasson, que sigue la versión de la película animada, se ve espectacular pero apenas llega a destacarse. Esto me lleva a resaltar otra de las grandes virtudes de esta película que son los efectos especiales. El trabajo que hicieron con los animales es realmente brillante y durante el visionado del film te olvidas literalmente que son personajes creados por efectos digitales. Todos los animales cobraron vida de un modo especial. Como hizo con los filmes de Iron Man, Favreau puso la tecnología CGI al servicio de la historia y no al revés como solemos ver a menudo en películas mediocres como Dioses de Egipto. Desde los aspectos técnicos esta producción es impecable. No puedo cerrar esta reseña sin destacar la excelente labor de Neel Sethi en el rol de Mowgly. Este fue su debut cine y brinda un trabajo fantástico donde logra darle vida al personaje de Kipling. Un buen detalle que los realizadores escogieran un niño que proviene de una familia de orígenes indio y Mogly no apareciera como un chico rubio de ojos celestes. No se pierdan El libro de la selva, es una gran película que no tiene desperdicio y merece ser disfrutada en una sala de cine.
En regreso con gloria el director Jay Roach (Austin Powers) presenta una muy buena biografía sobre el guionista Dalton Trumbo. Problablemente uno de los mejores escritores que tuvo el cine hollywoodense en los años ´40, cuya carrera se vio afectada por sus creencias polìticas. Trumbo estaba asociado con el Partido Comunista y esto lo convirtió en un enemigo del gobierno estadounidense y de algunos artistas conservadores como John Wayne que contribuyeron a su persecución. El artista se vio obligado a seguir trabajando en el cine con pseudónimos donde brindó historias excepcionales. Entre ellas 30 segundos sobre Tokio (1944), La princesa que quería vivir (1953), The Brave one (1956), por la que ganó un Oscar con el pseudónimo de Robert Rich, ya que estaba prohibido en Hollywood, y Espartaco (1960) que representaría su gran regreso al cine norteamericano. Esta es una película ideal para cualquier espectador a que le interese la historia del cine por la manera en que el director Roach retrató este período oscuro de Hollywood. Luego de su labor en Breaking Bad, Bryan Cranston finalmente consiguió un gran papel protagónico donde se pudo lucir a lo grande. Su interpretación de Dalton Trumbo es fabulosa y en esta película tiene muy buenos momentos junto a Helen Mirren, Diane Lane y John Goodman, quienes también se destacan en el reparto. La trama de Regreso con gloria por momentos pierde su fuerza cuando el conflicto se enfoca demasiado en la vida doméstica de Trumbo que es mucho menos intersante que la lucha que emprendió por la libertad de expresión en los Estados Unidos. No obstante no deja de ser una muy buena película del director Jay Roach, quien construyó su carrera filmando comedias como las sagas de Austin Powers y La familia de mi novia y en este caso cambió de género para brindar algo diferente. Aparentemente el realizador se entusiasmó con este cambió ya que el mes que viene estrenará otra película dramática protagonizada nuevamente por Bryan Cranston. En ese caso se trata de una producción para HBO que narra la historia del presidente norteamericano Lindon Johnson luego del asesinato John F.Kennedy.
La bruja fue una de las películas más elogiadas en el Festival de Cine de Sundance del año pasado y representa la ópera prima del director Robert Eggers. Con una producción de bajo presupuesto logró hacer ruido en el festival y la repercusión de su trabajo en los medios eventualmente le abrió la puerta en Hollywood. Por estos días el director se encuentra trabajando en la remake del clásico Nosferatu. La bruja es una película de terror que puede ser disfrutada si tenés bien claro lo que vas a encontrar en el cine. De otro modo, probablemente vas a maldecir que gastate una entrada en esto. El director Eggers presenta un cuento de terror relacionado con la brujería que le escapó a todos los clichés burdos que hoy estamos acostumbrados ver dentro del género. La narración de la historia retoma el espíritu que tenía el cine de horror en los años ´70, donde la atracción de la propuesta pasaba más por las ambientaciones y las atmósferas que creaba el director y el conflicto se enfocaba en los aspectos pscológicos de los protagonistas. Una película como La bruja la podríamos asociar con clásicos como Let´s Scare Jessica to Death (1971) o Dont Look Now (1973), con Donald Sutherland, que hoy podrían ser consideradas películas lentas por el publico más hiperkinético que necesita una escena de susto cada cinco minutos. Para una asociación más moderna, el film de Eggers está en la misma sintonía que The House of the Devil (2009), de Ti West. Es decir que se trata de una propuesta que requiere cierta paciencia del espectador. La película tiene un comienzo lento y en los primeros 20 minutos no sucede nada relevante. Sin embargo, una vez que Eggers establece el conflicto la historia se vuelve mucho más interesante. El film te sumerge por completo en un pueblo de Nueva Inglaterra en el siglo 17, donde una familia puritana se ve amenazada por una fuerza maligina cuando el hijo menor desaparece. Que en pleno 2016 un film de este género logre que la oscuridad de un bosque te de miedo es algo notable. El director hizo un trabajo estupendo a la hora de convertir locaciones naturales en ambientes aterradores que se destacan en algunas de las escena más intensas de la historia. También es muy interesante el modo que abordó el tema de la brujería y el fundamentalismo religioso que tienen un fuerte peso en el conflicto. Esta es una película que toma su tiempo para desarrollar los personajes y brinda algunos momentos aterradores gracias al talento del director para constuir situaciones de tensión y suspenso. La interpretaciones del elenco son excelentes y contribuyeron a darle también un enorme realismo a la historia. Obviamente si tu parámetro del cine de terror son la continuaciones de Actividad paranormal y Anabelle seguramente La bruja te va a parecer un bodrio infumable. También hubo cierta manipulación del espectador al vender esta propuesta en los trailers como las películas del género de la actualidad, cuando la historia va por otro lado. Eso podría generar cierta confusión. Por eso digo que hay tener cierta noción de lo que ofrece este film para no salir decepcionado del cine si este tratamiento del género no es de tu agrado. En lo personal me pareció un buen film de terror que logró engancharme con la temática que trabaja, algo que no me ocurría hace mucho con los estrenos de este estilo que llegaron a la cartelera en el último tiempo.
La resurrección de Cristo es una película que tuvo la buena intención de trabajar el género de historias bíblicas desde un enfoque diferente. El director Kevin Reynolds, quien el pasado brindó muy buenas propuesta de aventuras como Robin Hood (Kevin Costner) y El conde de Montecristo en este caso abordó la historia tradicional de la Pasión de Jesús desde el género policial. La primera parte de este film, que es la más atractiva e interesante, tiene como protagonista a un comandante romano, interpretado por Joseph Fiennes, a quien le encargan investigar los rumores de la resurrección de Jesús, días después de su ejecución. A través de un tratamiento narrativo diferente el director Reynolds trabaja el conflicto desde la perspectiva de un soldado que se obsesiona con descubrir que pasó realmente con el cuerpo de Jesús. Luego, hacia la mitad del film, Reynold cambia el registro de su narración y la trama se dedica a desarrollar el viaje de introspección espiritual que genera para el protagonista la investigación de estos hechos. Joseph Fiennes brinda un buen trabajo dramático en esta historia pero el actor más destacado del reparto es Cliff Curtis (Fear the Walking Dead), quien encarnó probablemente la versión más realista que brindó el cine hollywoodense de Jesús. En esta película podemos ver al personaje retratado como un hombre común de Oriente Medio, cuyo aspecto no tiene nada que ver con esa imagen de modelo publicitario, rubio y de ojos celestes, que vimos en otras películas similares. Las escenas donde interviene Cliff Curtis ofrece algunos de los mejores momentos del film. Otro punto favorable de la película de Kevin Reynolds es que ofrece un relato acerca de la fe pero en ningún momento se abruma al espectador con una predica religiosa densa, como ocurría en esa mala película que fue Hijo de Dios. En resumen, una interesante propuesta para ver una historia clásica desde una perspectiva inusual que no tenía antecedentes en este género.
Perdón Gal Gadot. Prometo no volver a escribir que eras la Mujer Maravilla anémica de DC. Me tapaste la boca en este rol y Diana Prince está en muy buenas manos. No es el modo más elegante de comenzar esta reseña pero necesitaba expresar esto porque la verdad que la más grande heroína de la historieta (junto con Miss Marvel) es una de las cosas que más me gustaron de este estreno. Disfruté de esta película en el cine y creo que en términos generales es una propuesta pochoclera decente. Sin embargo, luego de unas horas de digerir el film me pasó algo muy particular. Me di cuenta que Batman Vs. Superman me gustó más por las cosas que puede llegar a ofrecer el universo DC en los próximos años que por la película concreta que ofrece Zack Snyder. Me hubiera encantado ver un film que trasladara en la pantalla grande una fiesta comiquera como es el cómic Superman/Batman pero me encontré con un trailer extendido de dos horas y media del próximo film de la Liga de la Justicia. Esta producción sigue el perfil de realismo extremo que había tenido Man of Steel donde todas y cada una de las situaciones son solemnes, dramáticas y depresivas. Por momentos inclusive se me hizo algo aburrida la historia. Me parece noble la idea que los realizadores intentaran encarar con más profundidad a los personajes, pero con el tratamiento de Superman creo que Zack Snyder fue demasiado lejos. Al menos que el director cambie un poco el perfil del Hombre de Acero en la futura película de la Liga, el superhéroe está destinado a ser completamente opacado por la Mujer Maravilla y Aquaman. La verdad es que en la pantalla grande hoy Superman es una piedra. Snyder lo convirtió en un personaje insulso, frío y desapasionado que no transmite nada y se aleja de las cualidades naturales del héroe de la historieta. En esta misma película Batman te saca unas cuantas sonrisas, Aquaman aparece 10 segundos y lo querés ver en acción, la Mujer Maravilla te emociona cuando se incorpora en el conflicto. El Superman Pantriste de Snyder es un héroe desangelado y denso que nunca termina de enamorar. El problema no es Henry Cavill, que es un buen actor y tiene el look perfecto para el rol, sino la manera en que está escrito el personaje. Superman necesita volver a la luz y demostrar por qué es el más grande superhéroe de DC y el líder de la Liga de la Justicia. Tampoco pido que transformen al Hombre de Acero en la Garrapata de Patrick Warburton o que el héroe se dedique a bajar gatitos de un árbol. No quiero volver al Superman de Brandon Routh que resolvía conflictos de bienes raíces, pero esto que presenta Snyder no es el personaje que yo disfruté por años en el cómic. El Superman de Cavill aburre y necesita ser encarado con un poco más de onda. Con respecto a las nuevas incorporaciones, Ben Affleck brindó una interpretación digna de Batman que supo estar a la altura de las circunstancias. No creo que sea ni por asomo el mejor hombre murciélago del cine (el tiempo se encargará de confirmarlo), pero no encuentro motivos sólidos para desmerecer el trabajo que hizo. Disfruté al actor en este film. El Bruce Wayne de Affleck tal vez carece de la intensidad que tenía la versión de Christian Bale, pero al menos presenta un personaje que uno puede reconocer en el cine. La representación de Batman tal vez es algo más polémica. Por momentos el Batman-Rambo de esta película está más cerca de El Fantasma de Lee Falk que el héroe tradicional de DC. Me hizo ruido que el personaje mate tantos villanos sin inmutarse, cuando el exceso de violencia siempre fue uno de los principales conflictos internos de Bruce Wayne. La intención de darle vida al Batman de Frank Miller es noble pero no sé si cuadra demasiado en este universo de ficción. Por otra parte, Gal Gadot que generaba tantas dudas, se adueñó por completo del personaje y la verdad que demostró ser una gran Mujer Maravilla. Cuando entra en acción la rompe y le da vida a la heroína que siempre conocí en los cómics. No se puede decir lo mismo del lamentable papel de Jesse Eisenberg en el rol de Luthor que terminó siendo peor de lo que auguraban los avances. A lo largo de film uno puede ver Batman Vs. Superman y otra película completamente diferente que interpreta el actor. Luthor es un villano acartonado que por momentos está más cerca de los filmes de Batman de Joel Schumacher que del mundo ultra serio que concibió Snyder. Intentaron darle complejidad al personaje y lo convirtieron en un payaso irritante que genera rechazo por la continua sobreactuación de Eisenberg. No deja de ser una curiosa paradoja que en la serie Daredevil de Netflix, Vicent D´Onofrio ofrece una interpretación más cercana al verdadero Luthor de DC que esto que hizo Eisenberg. Luthor no es el Guasón. Un detalle que aparentemente nunca entendieron los guionistas. Se trata de un villano interesante que lograr ser un gran antagonista de Superman sin la necesidad de tener poderes sobrenaturales y acá se lo retrata como un psicópata trillado que parece salido de un serial de los años ´40 y carece de una motivación concreta para odiar a Superman. De Batman Vs. Superman me quedo con algunos diálogos emotivos que tienen los protagonistas hacia el final del conflicto y la realización de algunas secuencias de acción que involucran a Batman que están bien logradas. La película está plagada de referencias comiqueras que seguramente serán apreciadas por el público más fanáticos de estos personajes. Batman Vs. Superman no me apasionó como hubiera esperado, teniendo en cuenta que era la primera reunión de estos héroes icónicos en el cine, pero es una película que merece ser disfrutada en la pantalla grande. Especialmente en el formato 3D que estuvo muy bien aplicado. Creo que a medida que aparezcan otros directores que empiecen a trabajar estos personajes con una visión que se aleje del mundo depresivo de Zack Snyder, el universo DC en el cine empezará a cobrar forma con matices más interesantes.
Conexión Marsella es una propuesta que recrea una de las crónicas policiales más famosas de fines de los años ´60 que hasta la fecha ya brindó tres películas en el cine. Contacto en Francia 1 y 2 (con Gene Hackman) y El Juez (una fallida producción europea de 1984), que narraron el desmantelamiento de la famosa "Conexión Francesa", una importante red de narcotráfico que durante años se encargó de introducir heroína en los Estados Unidos. Esta película del director Cédric Jimenez se podría decir que presenta la otra cara de los hechos que se narraron en los filmes protagonizados por Hackman en los años ´70. La trama se centra en la cruzada que lidera el juez de instrucción Pierre Michel, interpretado por Jean Dujardin (El artista), para desbaratar la red de narcotráfico de Marsella. El film de Jimenez claramente tomó como referencias cinematográficas a Contacto en Francia, de Willliam Friedkin, y Fuego contra fuego, de Michael Mann, a la hora de narrar este thriller policial que logra ser entretenido por la historia que presenta. Desde los aspectos visuales Conexión Marsella evoca el cine de género de los años ´70, algo que sobresale principalmente en la fotografía y el tratamiento de la acción que es bastante cruda y realista. La película también incluye una obvia referencia a la obra maestra de Michael Mann, donde los protagonistas, Dujardin y Gilles Lelouche, tienen un momento parecido al histórico duelo entre Robert De Niro y Al Pacino en la famosa escena del restaurante. Si bien la historia es conocida, el film de Jimenez consiguió brindar un buen drama policial que logra ser interesante por el conflicto que se trabaja y la labor de los protagonistas. Me pareció una muy buena película dentro de este género y definitivamente la recomiendo.
La tercera película de Kung Fu Panda presenta una historia más atractiva de lo que daban a entender los avances promocionales. Si bien los trailers estuvieron enfocados en las situaciones humorísticas, el argumento del nuevo film mantiene el drama y el misticismo de las artes marciales que convirtieron a esta propuesta en una serie muy especial. Una característica que distinguió a las aventuras del panda es que brindaron historias divertidas para los más chicos, pero los conflictos además incluyeron conceptos interesante relacionado con la filosofía del Kung-fu . Recuerdo que para el momento en que se estrenó Shrek 3 la saga había decaído por completo porque los directores de esos filmes se limitaban a repetir la misma fórmula argumental. Kung Fu Panda resultó un personaje mucho más cuidado y los realizadores se encargaron de desarrollar un aspecto diferente de la personalidad del oso que fue evolucionando en cada capítulo. En la entrega anterior el protagonista alcanzó la paz interior luego de descubrir la historia de su origen. Po ya está consolidado como maestro de Kung Fu y en esta historia debe lidiar con la responsabilidad que acarrean sus habilidades especiales. La particularidad de este episodio es que los directores disminuyeron el contenido dramático del conflicto para centrarse un poco más en el humor. Por consiguiente, Kung Fu Panda 3 podría ser considerada la película más débil que presentaron los estudios Dreamworks hasta el momento en la saga. Esto no quiere decir que sea decepcionante, sino que esta vez los realizadores no lograron superar los filmes previos que fueron brillantes. Uno de los elementos más atractivo de esta historia pasa por la relación que tiene Po con los Cinco Furiosos y el Maestro Shifu, quienes en la nueva producción quedaron relegados a un plano muy secundario. En esta aventura se los extraña bastante. La película desarrolla más la relación del protagonista con su padre biológico, pero el personaje nunca llega a tener el mismo atractivo que los compañeros tradicionales del oso como para hacer más interesante la película. De todos modos el conflicto luego levanta por completo en el segmento final donde el drama y la acción vuelven a cobrar protagonismo. Desde los aspectos visuales, Kung Fu Panda 3 se destaca entre las mejores producciones de Dreamworks. Los detalles de los escenarios y las coreografías de artes marciales son brillantes y el formato 3D estuvo bien aprovechado especialmente en las secuencias de peleas. Kunf Fu Panda tal vez se ubica un escalón por debajo de las películas previas, pero no deja de ser una muy buena producción de este género que merece su visión en el cine si te enganchaste con la saga.