El mundo se derrumba La saga de James Bond cumple 50 años con el estreno de este filme que parece ser una vuelta a las raíces. Una película con un agente más humano que atrapa y entretiene. El agente 007 vuelve a los cines. Como hace dos entregas (Casino Royale, 2006; y Quantum of solace, 2008), Daniel Craig vuelve a encarnar a James Bond. Y Judi Dench es, por séptima vez en su carrera la enigmática M. Las chicas Bond de turno son Naomi Harris y Bérénice Marlohe. Mientras que el villano es Javier Bardem. Ese elenco es el que da vida a Operación Skyfall (a nivel mundial, simplemente Skyfall). El filme es dirigido por Sam Mendes (el de Jarhead y Belleza americana), quien parece haber sido influenciado por Christopher Nolan y la nueva trilogía de Batman: Skyfall es una vuelta a las raíces, tiene más psicología y muestra a un 007 más humano, que hasta por momentos está más cerca del retiro que del servicio activo. Ese fue un acierto de Mendes, quien así logró una trama más entretenida y realista. Otro fue que, en una época con tantos efectos especiales y posibilidades técnicas, le esquivo al estilo de G.I Joe y equipó a Bond con lo básico, nada de autos invisibles ni relojes multifunción, solo una 9mm.. El resultado son dos horas donde se renueva la fórmula de Iam Fleming y se la hace más creíble: persecuciones, mujeres hermosas, paisajes paradisíacos, mucha acción y una pizca de humor -un poco británico, un poco negro- que James utiliza para distender la trama. Esos elementos son los que esquivan al aburrimiento, y se les suma una trama más compleja, donde el título no es el nombre de un satélite o un arma de destrucción masiva. Además, Bardem encarna a Silva, un villano terrible porque parece el lado B de Bond. La frutilla del postre, como no falla en la saga, es la banda sonora -esta vez representada por el tema homónimo de Adele- que musicaliza la tradicional presentación. La voz de la británica acompaña cinco minutos de imágenes extrañas, surrealistas que parecen ser un sueño (¿premonitorio?) de Bond: armas, cuchillos, cementerios, mujeres, agua... En definitiva, Skyfall es digna de pertenecer a la saga y hasta de compararse con su época dorada, con un Daniel Craig que mejora día a día en su rol de súper agente.
El final de una saga Culmina la trilogía de las películas inspiradas en las novelas de Stephenie Meyer. Una película como las anteriores, sin novedades, y con un comienzo muy aburrido. Ya queda poca gente, si es que queda, que no conozca cómo termina la saga Crepúsculo. Al menos en lo que respecta a la novela de Stephenie Meyer. Pero la adaptación a película es otro tema. Bajo su propio riesgo, sigan leyendo este breve comentario del filme, que puede tener uno que otro adelanto. Amanecer, parte 2 es el tan esperado cierre del ciclo, a cargo del director Bill Condon, el mismo de la parte anterior. Y con el elenco de siempre: Bella es Kristen Stewart; Edward, Robert Pattinson; Jacob, Taylor Lautner; y así completando con todo el clan Cullen y todos los Vulturi. Desde un comienzo, el filme se enfrenta a un dilema: cómo adaptar el final de una novela donde el drama es lo primordial y donde la que acción es mínima -no abundan los desmembramientos, las batallas épicas ni las persecuciones sin fin-. (Alerta adelanto) Es quizás por eso que, para justificar el gasto y la película en sí, Stephenie Meyer, en su rol de guionista, agrega una escena, casi al final, que no pertenece al libro, y que se sentirá como una traición para los seguidores de los libros. En especial por el elemento con que la cierra. Para los que ya vieron miles de veces algo así, el recurso pasará como cómico, absurdo. Más allá de esa transgresión, la película, en lo argumental, transcurre de maneral normal y se asemeja a un resumen para niños de la saga escrita. Esta segunda parte es la de una Bella hecha una vampiresa, con una hija mitad vampiro, mitad humana. La neófita tendrá que convencer al poderoso clan de los Vulturi de que ni ella ni Edward rompieron ninguna regla, y que no hay razón para ser sentenciados a muerte. Al lado de la pareja, como siempre, estarán la familia Cullen, esta vez nutrida con miembros de diversos lugares, y las manadas de lobos. Como se intuye, es una producción más que gira en torno al tema de armar un ejército de notables para pelear contra el enemigo. Y no se sale de eso: los minutos son dedicados a la búsqueda de los nuevos combatientes, a presentarlos y a mostrar sus poderes. En el medio está la historia de amor de Bella y Edward que ahora son padres de una niña muy especial. Pero es mínima. En lo visual, la película no innova en nada, siguen siendo los mismos efectos y los mismos maquillajes que las entregas anteriores. Para peor, hay unos 5 minutos, al principio y al final, que están de más, aburren. La presentación es confusa, monótona y le falta dinámica. En definitiva, es una película que, si se vieron las anteriores, hay que ver, por lo menos para cerrar la historia.
¿¡Estás loco?! Una comedia británica, plagada de humor negro, tiroteos y buenos actores. Para ir, prestar atención y divertirse. Llega una nueva película que sigue la línea de Snatch y Pulp Fiction, pero con más acento en la comedia. Se trata de 7 Psicópatas, de Martin McDonagh, que, con las películas nombradas, tiene un par de similitudes: una trama con varias historias (en capas), un elenco de estrellas, mucho humor negro y abundantes escenas de acción delirante. El argumento de 7 Psicópatas es el siguiente: Marty (Collin Farrel) es un escritor alcohólico que no sabe cómo terminar su guión, de cual lo único que escribió es el título: Siete psicópatas. Billy (Sam Rockwell), es su mejor amigo y hará lo que sea por ayudar a Marty con su guión (literalmente, lo que sea). Hans (Christopher Walken), es un hombre religioso compañero de andadas de Billy. Y Charlie (Woody Harrelson) es un gángster que está buscando desesperadamente a su amado perro, que fue secuestrado por Billy y Hans. A partir de allí surge una trama entretenida, con mucha violencia y chistes duros, algunos grises, británicos. Pero no todo es violencia, en el fondo, Martin MdDonagh lleva al extremo los arquetipos de los gánsters para criticarlos con ingenio. También hay una exploración del mundo sentimental de los gánsters: ellos también son personas (no todos son psicópatas). A su vez, hay dos temas más que rondan a 7 Psicópatas: uno, es la crítica a que a las mujeres, en una película de acción, nunca se les da un rol importante (o mueren, o son objetos de deseo, nada más). Y el otro, es una búsqueda de la paz, donde no todo son peleas interminables a lo cowboy. En definitiva, 7 psicópatas no sólo entretiene, si no que tiene un mensaje más allá de las balaceras. Con un Walken magistral, un Farrel natural y un Rockwell psicópata, no se podía esperar otra cosa que una buena película.
Más de lo mismo Una película que atrasa, en la que los cinéfilos encontrarán algunas escenas creativas y otras algo efectivas. Es interesante para conocer cuáles directores integran la actual camada del género de terror. MÚSICA PANTALLAS VIDA REAL Pantallas Cine, estreno: "Las crónicas del miedo" Más de lo mismo Una película que atrasa, en la que los cinéfilos encontrarán algunas escenas creativas y otras algo efectivas. Es interesante para conocer cuáles directores integran la actual camada del género de terror. 06.02.2013 | Por Juan Göttling jgottling@clarin.com 0 Compartir Enviar Imprimir Imágenes Video 1 de 3 < > "Las crónicas del miedo" Ampliar "Las crónicas del miedo" "Las crónicas del miedo" Ampliar "Las crónicas del miedo" "Las crónicas del miedo" Ampliar "Las crónicas del miedo" El género del terror sigue haciendo agua. Hay pocas ideas nuevas y los directores siguen apelando a recursos conocidos e historias que ya fueron contadas. Tal es lo que sucede con Las crónicas del miedo (2012). La película llega a la Argentina unos meses después de su lanzamiento oficial en los Estados Unidos. Es un compilado de historias (seis en total), que fueron dirigidas cada una por un director distinto: Adam Wingard, Simon Barrett, Ti West, Glenn McQuaid, Joe Swanberg y el colectivo Radio Silence. De las seis tramas, hay una que las engloba y su argumento es el siguiente: un grupo de jóvenes delincuentes deben entrar, por encargo, a una casa para buscar una cinta de VCR. Su sorpresa es grande cuando se dan cuenta que el dueño del lugar es un coleccionista de videos caseros. Por curiosidad, los jóvenes se pondrán a ver las cintas, que son las otras cinco historias que contiene el filme. Esos relatos no son nada fuera de lo común, algunos parecen leyendas urbanas, otros cuentos de terror, otros de horror. Es más, toda la película da la sensación de ser un especial de alguna serie del tipo Cuentos de la cripta, tan popular en los '90. Sólo falta el cadavérico cuentacuentos de aquella serie. Las crónicas del miedo está grabado en su totalidad en baja calidad, como si en verdad se estuviera viendo un videocassette. Es como un tributo al soporte, el VCR, que dio películas como El proyecto Blair Witch, que creó un subgénero del terror que, en la era digital, tiene ejemplares como Actividad paranormal o REC, por nombrar algunos. Lo que se puede rescatar por un lado, es que el colectivo de directores proporciona historias para todos los gustos. Por lo menos una de las seis historias llegará a gustar. Por otro lado, es que Las crónicas del miedo no sólo reflota un viejo formato (el de las antologías) si no que además, le da lugar a directores que quizás de otra manera no llegarían a los cines.