La segunda muerte:
¿Qué hay de malo en morir?: además irse al infierno. Y esta es La segunda muerte que relata Fernández en su film, basado en un pasaje del Apocalipsis bíblico, con una trama compleja pero bien desarrollada en la que los personajes se ven envueltos en la misteriosa y sistemática muerte de toda una familia que aparece quemada.
Una mezcla de ateísmo, fe, exorcismo, esoterismo y magia logran crear una atmósfera de misterio y terror religioso, intensificada por el tratamiento verdoso de la imagen, que no llega a ser blanco y negro, pero que da una idea de lejanía espacio-temporal. Además de un excesivo uso del sonido grave del suspenso que anuncia la aparición de alguna imagen espeluznante.
Un buen experimento de Fernández con la conjugación de los elementos que él y su equipo parecen haber elegido al azar, para dedicarse más a la impecable hilación de la historia en la que ninguno es inocente. Es por eso que en esta película se ven errores técnicos como desenfoques, fallas de sonido y discontinuidades en el color. No obstante logra la atención del público, y a sus personajes se les cree, cuando están enojados, confundidos y asustados.
Definitivamente, una creativa historia de pueblo abandonado en el que suceden cosas inexplicables para la ciencia y que expone ciertos argumentos sobre la fe, sin perder su objetivo de evangelizar. Un film con mucho potencial que deja un final abierto con posibilidad de segunda parte, que ojalá sea más cuidada para que el director no sufra una segunda muerte.
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