El Rati Horror Show:
El título de este documental y el nombre de su director nos anticipan un film de denuncia, en este caso contra la Policía Federal, específicamente en un hecho puntual ocurrido en 2005 que la prensa denominó como “la masacre de Pompeya”. Durante estos lamentables sucesos, Enrique Piñeyro nos demostrará que el único imputado en esa causa, de apellido Carrera, que está en prisión desde ese año hasta la actualidad, no solo es inocente, sino que recibió 8 balazos durante su “detención”, y lejos de morir fue acusado injustamente por robo, fuga y asesinato, tal vez, porque su auto blanco era solamente de similar tamaño que el de unos ladrones en fuga que la policía equivocó en la persecución.
Hasta acá un completo drama de la vida real, un caso más de la fuerzas de seguridad fallando junto al sistema judicial que solo empeoró la cosa.
Volvemos una vez más a ser partícipes de la voluntad de este director de cambiar “para bien” la realidad que nos rodea. Como el mismo Piñeyro nos comenta en persona al final de la proyección de su película, hacer una película de un expediente judicial es de lo más aburrido, y en su afán de no aburrir en el relato, busca permanentemente captar la atención del espectador, cosa que logra mediante efectos visuales, reconstrucciones virtuales, pruebas de tiro y pericias en pantalla, y a él mismo editando el documental a medida que lo armaban y descubrían relaciones entre evidencias fotográficas y archivos de noticias, cosas que por momentos nos hacen sentir que estamos ante un detective investigando un caso.
A este respecto podemos decir que el documental presenta la característica de ser un film que todo el tiempo está conciente de su propia realización por lo que nos animamos a decir, que es un “gran backstage”.
Desconocemos si las realidades pueden cambiar a partir de una película, pero lo que ocurrió en la sala al término de la misma, como estar el abogado del propio Carrera presente agradeciendo al director por su “valentía” o la esposa del mismo Carrera agradeciendo también a los presentes, son cosas que sin duda motivan y motivan mucho, a quienes por una tarde se dispusieron a “ver” esta película, que en un mundo perfecto, no tendría razón de ser.
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