El eslabón podrido:
El pueblito de los horrores
El Eslabón Podrido, un cuento pero no de esos que se cuentan antes de dormir sino de esos que te hacen dejar la luz prendida durante la noche, llega antes al público en el marco del festival.
En el marco de la 18va edición del BAFICI, se pre estrena la nueva película del director Valentín Javier Diment, responsable de Parapolicial negro y La memoria del muerto, y que protagonizan Marilú Marini, Luis Ziembrowski y Paula Brasca, entre otros.
La película comienza desde un punto medio del largometraje, cuando ocurre un hecho tragicómico que marca un quiebre en el relato y de ahí en más el director comenzará un recuento de los sucesos que llevaron a este cruento desenlace para luego continuar.
Luis Ziembrowski demuestra nuevamente su capacidad actoral como Raulo, un hachero deficiente mental que reparte el producto de su trabajo entre la gente del pueblo. A través de este personaje, el espectador irá conociendo a un variopinto grupo de personajes que, entre mate y mate, dan vida a un pueblo que podríamos ubicar en lo más profundo de la provincia de Bs. As.
En el elenco también se destacan muy particularmente Paula Brasca como Roberta , la hermana prostituta de Raulo y Marilú Marini como Ercilia, la madre, curandera y con demencia senil. Es precisamente Ercilia quien, ante la proximidad de su muerte, le insiste a Roberta con una amenaza: si llega a tener relaciones con todos los hombres del pueblo, ella morirá.
Solo queda un hombre en El Escondido con quien no estuvo: Sicilio (Germán de Silva), que a su vez es el marido de la otra prostituta, y está muy enamorado de Roberta pero si su esposa se entera que estuvo con ella no dudaría en asesinarlo.
La película cuenta con un estilo narrativo basado ligeramente en las viejas películas de Sam Raimi, con cámaras adosadas a diferentes objetos que van contando una escena desde ese punto de vista; y una puesta en escena que deja al espectador "indefenso" ante lo que pueda venir de tal o cual lugar de la pantalla.
A pesar de contar con un lento devenir, la película no es aburrida en absoluto gracias a su humor negro, escenas de sexo entre lo patético y lo surrealista, violencia sexual y de todo tipo, y mucho ingenio a la hora de derramar sangre por todo el pueblo de El Escondido. Estos elementos se combinan y hacen de El Eslabón Perdido un cuento de terror que deambula entre H. C. Andersen, pasando por la Irreversible de Gaspar Noé y Delicatessen , de Jean-Pierre Jeunet.
De entre las muchas escena destacadas, haremos una mención especial a la del Cumpleaños de Raulo, una pintura conmovedora, donde queda demostrado el fuerte vinculo emocional que une a esta familia disfuncional.
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