Casi una película argentina
Un filme español reúne un casting soñado para cualquier producción nacional: Rodrigo de la Serna, Joaquín Furriel y Luciano Cáceres conforman una banda de delincuentes que roban nada menos que un banco
Las coproducciones del cine nacional con España son cada vez más comunes en los últimos años y de esta manera han llegado a las pantallas locales éxitos como El Secreto de sus Ojos, la más reciente El Clan, Metegol y , entre otras, pero también decepciones como Séptimo, Corazón de León, El Desafío, y un largo etcétera que demuestra que a gran presupuesto no hay nada garantizado.
Cien Años de Perdón, que se estrena esta semana, viene a poner algo de equilibrio en estas dos listas.
Por un lado tenemos un reparto multiestelar compuesto por tres actores argentinos de primera línea como Rodrigo de la Serna, Joaquín Furriel y Luciano Cáceres, y por el otro un filme que parece quedarse en buenas intenciones.
Vayamos por partes: No es que las actuaciones de los ya mencionados -a los que se les suma el local Luis Tosar- sean malas ni mucho menos; ni que la dirección sea errada (nada más lejos de la realidad) sino que lo que nos están vendiendo es una película española disfrazada de argentina.
La historia del filme narra como una banda de delincuentes liderados por El Uruguayo (De la Serna) toma por asalto un banco con la intención de saquear las cajas de seguridad y escapar por las alcantarillas (toda similitud con el "Robo del Siglo" liderado por el también oriental Luis Mario Vitette Sellanes en 2006 es pura coincidencia o quizá un robo con 100 años de perdón) hacia una estación de subte abandonada.
Pero... ¡oh! Resulta que el día elegido para dar el batacazo es una suerte de convergencia de desgracias: una lluvia torrencial ha inundado el túnel, la gerenta del banco ha sido despedida y planea su propio golpe y los políticos de turno parecen muy interesados en una caja de seguridad en particular.
En definitiva, la primer media hora de película resulta por demás interesante pero luego la cosa deriva en un filme de negociaciones que se vuelve pesado e interminable con el paso de los minutos, cortesía del guionista que estáacostumbrado a productos de este tipo. No es que sea su culpa.
De todas maneras, la producción tiene sus muy buenos momentos de tensión, de acción y hasta de humor de la mano del personaje de Joaquín Furriel que en esta ocasión no desperdicia ninguna de sus apariciones en pantalla y deja una imagen más que positiva.
De la Serna cumple como siempre con un personaje memorable, mientras que Cáceres hace lo propio con una suerte de contrapunto con el personaje de Furriel, con bastante efectividad.
En definitiva, si elige esta semana Cien Años de Perdón no se arrepentirá aunque con tantos buenos productos en pantalla que la entrega del Oscar nos dejó, será sólo una opción más entre varias.