Los espectadores volvemos a trasladarnos a un Estados Unidos distópico, país en el que una noche al año, toda actividad criminal, incluído el asesinato, es legal. “12 Horas para Sobrevivir: El Año de la Elección” (The Purge: Election Year) es la tercera entrega de la saga de terror y ciencia ficción conformada por “La Noche de la Expiación” (The Purge, 2013) y “12 Horas para Sobrevivir” (The Purge: Anarchy, 2014).
James DeMonaco (guionista de los filmes “Masacre en la Cárcel 13” y “El Mediador”) vuelve a ser director y escritor del libreto de esta nueva película que toma lugar en el año 2025. El personaje central es el ex Sargento de la policía Leo Barnes (Frank Grillo), a quien conocimos en la segunda parte, que se desarrolló en el 2023. En aquella oportunidad, él estaba en busca del hombre que mató a su hijo en una “Depuración” anterior.
Ahora, Barnes se ha convertido en el jefe de seguridad de la senadora Charlene Roan (Elizabeth Mitchell), candidata para la próxima elección presidencial y con altas chances de ganar debido a su compromiso para eliminar “La Purga”. Ella, fue la única sobreviviente de la masacre de su familia durante una de las purgas, 18 años antes.
Claro que “Los Nuevos Padres Fundadores de Norteamérica”, cuyo principal candidato es el retorcido ministro Edwidge Owens (Kyle Secor), no quieren que la señora logre abolir la medida con la que el oficialismo elimina a las personas más pobres y sin hogar. Por eso, a diferencia de otros años, esta vez nadie esta exento de la misma, ni los privilegiados ni los políticos… eso la incluye a la rubia senadora.
En la noche de lo que debería ser la purga final, una traición desde adentro del entorno de Barnes (muy buen desempeño de Grillo como héroe de acción), obliga a él y a Roan a salir a las calles de Washington D.C, donde éste debe protegerla a toda costa y así lograr sobrevivir durante 12 horas. Recordemos que la medida rige desde las 7 PM del 21 de Marzo hasta las 7 AM del 22 de Marzo. Simplemente tensionante.
Durante la noche, la dupla se cruza con un hombre de raza negra que quiere proteger su pequeño negocio, Joe Dixon (Mykelti Williamson), y sus protegidos, un joven inmigrante mexicano llamado Marcos (Joseph Julian Soria) y una muchacha a la que considera su hija, Laney Rucker (Betty Gabriel Betty Gabriel), una paramédica que hace recorridos atendiendo víctimas de la violencia y la locura de la población que desea “expiar y purificar” sus almas. ¡Hasta viajan turistas desde el exterior para participar!
También se encontrarán con un grupo revolucionario que busca acabar con el gobierno por la vía violenta mientras la senadora pretende ganarles a estas bestias en las urnas.
En esta oportunidad, la película -cuya trilogía plantea una trama realmente perturbadora (así lo ha hecho en sus dos entregas anteriores, un poco menos violentas que ésta)- sube la apuesta y ahonda en el contexto político y social de esta historia concebida por DeMonaco, que ha sido efectiva, sólida y fuera de lo común.