Certeza o Locura
Amanda Seyfried conocida por su papel en Mamma Mia! (2008) protagoniza 12 horas (Gone, 2012) un thriller dirigido por Heitor Dhalia. El film sabe recrear el ambiente que envuelve a una película de suspenso, sobre todo en su fotografía y en la construcción del personaje de Jill (Amanda Seyfried) bordeando el thriller psicológico.
Desde el comienzo se plantea el tema del acecho que irá cobrando intensidad a medida que avance la trama. Jill (Amanda Seyfried) fue víctima de un secuestro y, a partir de la desaparición de su hermana Molly (Emily Wickersham), no solo deberá enfrentarse a sus recuerdos sino ante la posibilidad que sea el mismo asesino.
Si hay algo que caracteriza al género de suspenso es la creación de un ambiente que genere tensión, es en este sentido donde la representación del espacio se vuelve primordial, no sólo como el lugar donde se desenvuelve la historia sino sobre todo como ese lugar extraño que atemoriza a los protagonistas. La ciudad de Portland pero principalmente el parque Forrest representan ese espacio del acecho y es allí donde la fotografía de Michael Grady logra su cometido.
La trama gira ante la dualidad del personaje de Jill, ¿Es cierto lo que le sucedió o fue todo producto de su mente? esta caracterización es lo que lleva a la película a un costado más psicológico. La contra-cara de la protagonista es la policía que pone en tela de juicio su salud mental.
Aunque justificado por el argumento, algunos puntos rozan lo inverosímil. Los personajes se pierden un poco en la historia, sobre todo el papel del detective Hood (Wes Bentley), pasando a ser un personaje que sólo acompaña con muy poco desarrollo. Aún así, 12 horas logra generar desde la imagen y desde el ritmo del relato, un ambiente acechante.