50 Primaveras, film de Blandine Lenoir sigue la via de Aurore (la magistral Agnès Jaoui), una mujer de cincuenta años que se encuentra atravesando muchos cambios y que no tiene mucha certeza sobre como abordarlos.
Desde lo laboral su presente se altera a causa de un molesto jefe y de una carrera laboral asociada a su ex pareja; mientras que desde lo familiar se entera que pronto será abuela. Estos cambios apuntan esencialmente al paso del tiempo y a como lidiar con él, a la vez que Aurore intenta una y otra vez resolver sus problemas mientras otros nuevos sugen. Para colmo de males, a su encuentro con la vejez se le suma la aparición de un antiguo amor adolescente, ese primer amor intenso que de alguna manera, colaboró para que Aurore sea la mujer que es hoy.
Si bien la trama es bastante trillada tanto por los conflictos que la protagonista debe sortear, como por sus desenlaces; 50 Primaveras narra un interesante recorrido por los conflictos de esta mujer, pero esencialmente aborda el encuentro de esta mujer con su deseo, con aquello de esta búsqueda que la lleva a cuestionarse y a continuar buscando nuevas oportunidades, resultando así un film ameno e interesante -que claramente apunta a un tipo de espectador adulto y cercano a ese ciclo vital-.