Si hay algo que aprendimos a lo largo de los años es que cuando queremos ver una gran comedia hay que buscarla en España.
Siempre el argentino tiende a reírse de los españoles y el estereotipo que tenemos presente es el de bruto y divertido, pero no hay nada más divertido que un español que puede reírse de sí mismo y puede hacer una comedia romántica muy de género que divierte constantemente.