Después de la inmensa Moon, Duncan Jones dirige otra gran película de ciencia ficción de bajo presupuesto. El hijo de David Bowie vuelve a apoyarse en la repetición como eje central de una historia, pero esta vez no hay clonación sino que se recrean los últimos 8 minutos antes de un ataque terrorista en un tren mientras Jake Gyllenhaal busca al responsable. Si Moon estaba saborizada con el Kubrick de 2001, 8 minutos antes de morir está sazonada por el cine de Hitchcock, sin ese mágico toque del hombre común en una situación extraordinaria, pero con el aura romántico de Hechizo del tiempo.