La brujería a través de los tiempos
Si nos sinceramos podríamos decir que Actividad Paranormal 4 (Paranormal Activity 4, 2012) es una propuesta entretenida aunque mediocre que pretende satisfacer sólo a los fanáticos acérrimos de la saga, dejando afuera del convite a cualquier otro espectador circunstancial. De hecho, esta “línea de montaje” orientada a construir secuelas infinitas a partir de moldes prefijados funciona como un mecanismo estándar dentro del terror industrial desde la década del 50, así el público a captar reconoce de inmediato un producto de bajo costo, sincero en su planteo, limitado al extremo y con altos márgenes de ganancia.
El problema específico de la franquicia de las puertas movedizas y las sombras espectrales pasa por un doble cansancio conceptual que abarca tanto el encadenamiento temporal ininterrumpido (una película por año termina suprimiendo toda posibilidad de sorpresa) como los resortes propios de los llamados “falsos documentales” (prácticamente el único subgénero que le interesa al Hollywood actual dentro del horror). La saturación mediante réplicas eficaces hasta cierto punto pero a la vez triviales a nivel dramático puede resultar contraproducente en términos comerciales y acortar la vida de la triste ola de “dinero fácil”.
Repasemos un poco dónde estamos parados narrativamente: el film original se centró en los padecimientos de Katie (Katie Featherston), la segunda parte en el martirio de su hermana Kristi (Sprague Grayden) y la tercera fue una especie de “precuela” que presentó a las susodichas de niñas y el consiguiente nacimiento de lo que a esa altura giró hacia los feudos de la brujería y los aquelarres infernales. Dejando de lado la paupérrima rip-off japonesa, hoy los directores reincidentes Henry Joost y Ariel Schulman ofrecen el regreso de Katie a través del punto de vista de unos vecinos que cuidan a Hunter, el hijo raptado de Kristi.
Si bien la anterior había constituido una importante mejoría con respecto a la segunda, a decir verdad la realización minimalista de Oren Peli sigue siendo imbatible en lo que a sustos cronometrados y desarrollo formal se refiere. Actividad Paranormal 4 recupera el tono profesional de la tercera, trabaja con humor algunos detalles generales y hasta incluye un inesperado homenaje a El Resplandor (The Shining, 1980). Aún así la ausencia de novedades significativas le juega muy en contra y ya comienza a cansar la estrategia de “tirar hacia adelante” la materialización concreta de la ceremonia de iniciación satánica…