Hace ya más de una década que El proyecto Blair Witch popularizó el falso documental que daba julepe a partir del found footage (filmaciones encontradas). J.J. “Lost” Abrams produjo Cloverfield y transformó a la técnica en un producto a la medida de Hollywood. Ahora le toca a Actividad paranormal, película berreta de “apenas” unos cuantos miles de dólares que se centra en el registro de las atribuladas noches que pasa una joven pareja. Ella siente una presencia demoníaca por las noches y él cayó con una camarita para registrar el fenómeno. El problema es que al ente en cuestión no parece caerle nada simpática la posibilidad de convertirse en una figura mediática. Con muy poquitos recursos y sin derrochar ideas, Actividad paranormal consigue meter miedo y traslada al intimismo y la comodidad del hogar todos esos ruidos aterradores que se creían más efectivos en un bosque. ¿O el encierro en casa era todo un facilismo de producción? Seguro, pero al menos esta vez hay que reconocer que la artimaña funciona.