Luego de Z: La ciudad perdida, el cineasta James Gray y el actor Brad Pitt (quien fuera productor) vuelven a verse las caras, esta vez por Ad Astra: Hacia las estrellas, una nueva película sobre los viajes al espacio.
Hacer una película sobre el espacio es una apuesta difícil (menos a nivel marketinero, que ahí siempre funciona). Más si tenemos en cuenta la existencia de 2001: odisea del espacio, del mítico Stanley Kubrick. La vara quedó muy alta y prácticamente ninguna otra película de esta índole pudo siquiera acercase (aunque, en este punto, podemos destacar la gran labor que hizo Christopher Nolan con Interestelar). James Gray consigue dar un par de vueltas de tuerca y presenta una propuesta bastante interesante.
Brad Pitt se pone en la piel de Roy McBride, un reputado astronauta que debe emprender un viaje ultraconfidencial hacia Marte. Esto porque se cree que su padre, el comandante Clifford McBride, quien se consagró como el astronauta más importante de la historia tras liderar una misión espacial que tenía como objetivo buscar vida inteligente más allá de Neptuno, está enviando una serie de rayos cósmicos contra la Tierra. El objetivo del joven McBride es claro: contactar con su progenitor (a quien creía muerto) para solicitarle que detenga estos ataques que amenazan con destruir la vida en el planeta.
James Gray envía al personaje de Brad Pitt a un viaje tanto externo como interno. Roy McBride no deberá hacerle frente sólo a la soledad del espacio, sino a la suya propia. Pese a casi no haber tenido relación alguna con su padre, imitó cada paso que éste dio (incluso abandonar a quienes más ama y dedicarse de lleno al espacio). Es así que Ad Astra: Hacia las estrellas, finalmente, nos hará viajar como espectadores entre la infinidad del espacio y el drama interno del protagonista.
Gran parte del peso de la película cae sobre los hombros de Brad Pitt. El actor se muestra cómodo en su papel. Su actuación es acertada y creíble. En todo momento logra transmitirnos los sentimientos por los que está atravesando su personaje: alguien duro, que no quiere que los otros vean su verdadero ser, pero que, por mucho que lo intente, no puede ocultar cómo le afecta la posibilidad de que su padre esté vivo. Por momentos nos dejará ver, con sólo una mirada, lo que pasa por la cabeza de Roy.
Los climas que logra generar Ad Astra: Hacia las estrellas son su punto fuerte. En todo momento logra mantenernos tensos ante los acontecimientos que se van dando. La incertidumbre y el desconcierto, latentes de principio a fin, generan que uno como espectador esté siempre atento e interesado en la trama (pese a la presencia de varias escenas que no aportan nada a la película y que sólo suman un par de minutos innecesarios)
Ad Astra: Hacia las estrellas logra dar una vuelta de tuerca a las ya “quemadas” películas sobre el espacio. Los climas que logra son acertados y mantienen atento e interesado al espectador. Brad Pitt se siente cómodo en el papel y brinda una actuación eficaz.