Cada familia es un mundo. Y el mundo de las familias disfuncionales (que en realidad yo creo que todas lo son) siempre le resulta interesante al cine. En este caso, primero fue el teatro.
Tracy Letts escribió esta obra de teatro que ya fue traída a los escenarios de nuestro país protagonizada ni más ni menos que por Norma Aleandro y Mercedes Morán, y ahora tuvo la oportunidad incluso de guionar su propia versión cinematográfica.
La labor de dirección recayó en John Wells, director de algunas series de tv que además dirigió el film The Company Men. En este caso, el elenco es de lujo. Meryl Streep y Julia Roberts encabezan un reparto que acompañan Ewan McGregor, Juliette Lewis, Chris Cooper, Benedict Cumberbatch, Dermot Mulroney y hasta Sam Shepard en una breve pero importantísima aparición, que luego deriva en desaparición.
Porque después de algún plano abierto exterior conocemos a este matrimonio compuesto por Violet y Beverly en un prólogo donde quedan al descubierto la problemática relación entre dos personajes rotos y además se presenta un nuevo personaje, alguien que viene a ayudar a la casa, éste hombre desaparece. Y su desaparición deriva en una reunión familiar como hacía años que no sucedía.
Y las reuniones familiares en las que se encuentran y reencuentran personas que son afines por lazos sanguíneos pero tienen miles de diferencias y sueños y modos diferentes de ver la vida nunca se dan bien. La obra, y la película, ponen en la mesa miserias, sueños frustrados, celos, amores prohibidos y demás elementos digno de un culebrón de canal de aire a las 3 de la tarde.
Agosto es una película donde ningún personaje es atractivo y por lo tanto es imposible empatizar con alguno. A simple vista parecería ser que las mujeres son las peores, y probablemente lo sean.
Pero mientras el personaje de Chris Cooper parecería ser diferente al resto, mostrándose afectuoso con su hijo, es quien después no tiene problema en burlarse del vegetanearismo de la más joven de la familia, creando una situación tan incómoda como lo es toda la película. Lo peor de todo el film sea quizás que ni siquiera los actores la salvan, ni siquiera una Meryl Streep afeada y venenosa logra destacarse en este film tan opaco, todos sobreactúan y se dejan llevar por un guión aburrido y previsible.
En lugar de ser un film satírico, termina siendo un culebrón, tal como mencionaba previamente. Mientras la primera parte del film apuesta a un humor negro todo eso se va perdiendo hasta la resolución aburrida y esperada.