En el cine como en la vida misma
Life itself, o Al cine como amor, nefasto título local, nos presenta el nacimiento, desarollo y fama de Roger Ebert, uno de los críticos de cine más famosos a nivel mundial.
Cualquiera crería que tratándose de un film sobre un crítico de cine, dicha producción por más biopic que intente ser, incluiría a la gran estrella: la crítica; pero no. Su director, Steve James incluye fragmentos de críticas de películas como Bonnie and Clyde, la polémica Blue Velvet, o Toro Salvaje que se yuxtaponen con escenas y planos de los films en cuestión, pero no aborda directamente los textos producidos por el crítico, ni su visión global del cine.
Un poco antes, James narra los comienzos de un joven Ebert, como columnista del Chicago Sun Times, miembro de ese grupo de escritores alcóholicos, fumadores, noctámbulos, pero en el fondo solitarios; aclarando que no fue él quien pujó por un puesto como crítico de cine, sino que tal plaza estaba vacante y se la ofrecieron aún sin tener demasiado conocimiento, ni habilidades argumentativas en lo referente a la crítica cinematográfica. Sin embargo la simpleza y sencillez con que Ebert logró plasmar sus ideas, sumando los famosísimos pulgares arriba, pulgares abajo que se encargó de popularizar, le valdrían el reconocimiento local, al punto de luego convertirse junto a su archi némesis, Gene Siskel, en presentadores de cine de un programa de tv local durante el prime time.
De cierta forma, por más que hoy lo recordemos como un crítico de cine, en realidad en su momento de auge, muchos lo consideraban tanto a él como a Siskel, como comentaristas televisivos, ya que las verdaderas figuras que encarnaban la crítica eran Pauline Kael, Andrew Sarris, Susan Sontag; todos con una formación diferente, y un poder análitico plagado de erudicción, que en las figuras de tv, si bien estaba presente, se notaba cierta precariedad. Admitiendo estas diferencias, Ebert aceptó estar en la vereda de enfrente, y la guerra estuvo prácticamente declarada; al mismo tiempo que él se autodefinió como un “populista”.
Alternando testimonios de figuras como Scorsese y Herzog, en Al cine con Amor, vemos grandes momentos de truinfo en la vida de Ebert pasando por la obtención de su premio Pulitzer, hasta su casamiento a los cincuenta años; para luego llegar a la etapa más difícil de su vida: la lucha contra un cáncer que finalmente le ganó la batalla por su vida en 2013.
Simple y melancólica, Life Itself sería una gran biopic, si no apuntara al golpe bajo, ayudado de una repetitiva exhibición del cuerpo -particularmente la mandíbula de Ebert- en sus momentos finales. Algo totalmente innecesario, si pensamos que durante su juventud y su vida en general, este personaje siempre manifestó sus ganas de mostrar su mejor imagen posible, independientemente de enfermedades o abusos alcohólicos.