Al diablo con las noticias

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

El amo de la sátira

Segunda entrega de un relato que supo conquistar a muchos amantes de este peculiar estilo de hacer humor. Adam McKay engendró en el 2004 la primera parte de la historia del carismático y desternillante presentador de noticias Ron Burgundy, bajo la interpretación de Will Ferrell. En aquella oportunidad, todo tenía lugar en los años setenta; mientras que aquí, nuestro protagonista se ubicará en la etapa ochentosa.
Ron y Veronica Corningstone llevan adelante, desde la conducción, uno de los noticieros más importantes y afamados del país. Una dificultad surge en la relación cuando a Veronica la ascienden y a Ron lo despiden, desvalorizándolo. A partir de allí, a Burgundy le cuesta encontrar y retomar el rumbo, hasta que lo convocan de una flamante cadena denominada GNN. El canal innova al lanzar la metodología de 24 horas diarias de noticias. Ron ve la oportunidad de volver a ser y acepta la propuesta, lógicamente citando a su conjunto de audaces compañeros para formar un equipo intrépido, extravagante y alocado para desparramar información con su característico y chispeante tono.
Anchorman 2: The Legend Continues tiene un target bien definido. Constituye ese apartado de comedias absurdas que tanto gustan a un cúmulo de personas y al que tan poco sabor le encuentran determinados paladares cinéfilos. El film porta la energía y el desenfreno necesario para desenfundar una serie continua y casi infinita de bocadillos, uno tras otro y, como marca registrada de la casa, cada gag más disparatado que su precedente. La tendencia aquí, en el espectador que disfruta de estas jugosas y singulares historias, es la de descostillarse de risa por el simple hecho de lo delirante y poco lógico que pueda tornarse o plantearse una situación, respuesta o secuencia. En el film, todo puede suceder: podemos presenciar al personaje de Steve Carell dar un discurso en y de su “propio velorio”, a Will Ferrell alimentando a un tiburón con un biberón e, incluso, en apetitosos cameos, ver coincidir en escena a Will Smith, Jim Carrey y hasta al propio Liam Neeson, todos desde la lógica caricaturesca y sarcástica que prima en la cinta.
¿Algo tiene sentido en Al diablo con las noticias? Prácticamente nada, y de eso se trata, puesto que, valga la redundancia, ese es el sentido o eje movilizador de la proyección, el de disparar y ejecutar una broma tras otra desde el delirio que acarrea de antemano cada circunstancia. Si bien no todos los momentos tienen el mismo nivel de gracia y algunos pecan de repetitivos, el recurso a la sátira hacia los medios masivos de comunicación y a los programas dispuestos a sacar al aire y desvirtuar cualquier información con total de reinar en el rating es válido, dinámico y gozoso.

LO MEJOR: el sinsentido propio de las situaciones para hacer reír al espectador. El reparto, las carcajadas de Carell, las caras de Will Ferrell. El tono satírico de la narración y los cameos hacia el final.
LO PEOR: quizás más extensa de lo que debiera ser un film de este tipo. En instancias abusa de la iteración de chistes.
PUNTAJE: 7,5