ALICE IN CHAINS
Esta secuela innecesaria de la película de Tim Burton de 2010, basada en la eterna historia de Lewis Carroll pone a un nuevo director a la cabeza (James Bobin de las recientemente revividas películas de los Muppets). Sin embargo, esta secuela repite muchos de los mismos errores que la Alicia de Burton. Ambas películas favorecen las enormes posibilidades visuales de los efectos por encima del desarrollo de los personajes y la intriga narrativa.
Una corriente de girl-power, atraviesa la película -Alicia ahora es capitana de su propio barco- y eso es algo que se agradece y acomoda la historia a los tiempos que corren. Pero la película carece de magia, un elemento fundamental es este tipo de cuento, toda esta excursión resulta aburrida, desde su construcción hasta sus escenarios, que ya hemos visto en esta y en otras sagas, así -paradójicamente- esta Alicia no maravilla.
Caótica y sin brillo. Linda a la vista, pero sin substancia y con un humor que se limita a una serie de puns acerca del tiempo -el personaje de Sacha Baron Cohen es el tiempo- la película corre desenfrenadamente pero permanece en el mismo lugar, estancada en su medianía. Tal vez el problema es que no hay suficiente Carroll y hay demasiado Disney.