Cuando el mundo que nos rodea se vuelve agobiante, a veces lo mejor es escapar, al menos por un tiempo. Alejarse de la gente, de la rutina, de nuestros demonios, de todo. Por lo menos, eso es lo que hizo Cheryl Strayed en la vida real, lo que inspiró un libro sobre su hazaña y, más recientemente, la película Alma Salvaje.
Cheryl (interpretada por Reese Whiterspoon) decide caminar más de mil kilómetros a lo largo de la Pacific Crest Trail, un recorrido que abarca de la frontera con México hasta las montañas de Oregon. Atrás deja un matrimonio fallido, asuntos familiares de delicada aspereza, excesos varios (sexo casual, drogas). Va equipada para la aventura (mochila, carpa, víveres), aunque pronto descubrirá que no se asesoró como correspondía, lo que le traerá más de un inconveniente en el trayecto. Sin embargo, Cheryl no se detendrá ante nada. Podrá padecer hambre, podrá sangrar de los pies, podrá ser atormentada por su pasado, pero ella no dejará de ir para adelante, en busca de sí misma.
La caminata de Cheryl es contada de manera cronológica (títulos sobreimpresos van indicando el número de días), siguiendo sus desventuras, sus aprendizajes, sus encuentros con diferentes individuos, desde gente amigable que le brinda ayuda hasta potenciales psicópatas propios de Deliverance. En cuanto a su vida previa, la conocemos a través de flashbacks que surgen de manera repentina, anticonvencional y fragmentaria, como partes de un rompecabezas que el público deberá ir armando por su cuenta.
Tras la muy premiada El Club de los Desahuciados, el director canadiense Jean-Marc Vallée vuelve con otra obra dura, a veces simpática, pero siempre honesta y real. Resulta difícil no pensar en Hacia Rutas Salvajes, ya que aquí hay otro largo recorrido a través de diferentes parajes alejados de la ciudad, aunque en ambos casos se trata de viajes de autodescubrimiento. Sin embargo, la forma de contar es distinta. En la película de Sean Penn, el punto de vista se desviaba de Christopher/ Alexander Supertramp (Emile Hirsch), el protagonista, para centrarse en su familia. Aquí, en cambio, nunca nos apartamos de Cheryl y logramos conocerla bien de un modo menos explicativo y más crudo y directo. Un acierto de Vallée y del talentoso guionista Nick Hornby. No obstante, salvando el encuentro de la chica con una posible amenaza de dos cazadores, las situaciones se vuelven repetitivas y la película termina haciéndose larga y densa.
Aunque no venía eligiendo roles ni películas especialmente memorables, resulta imposible discutir el talento de Reese Whiterspoon. Toda una joven veterana de Hollywood, sabe lucirse en comedias como Legalmente Rubia y en dramas de la talla de Johhny y June: Pasión y Locura, que le permitió ganar el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto. El de Cheryl Strayed es otro de los papeles de su carrera con un compromiso físico y emocional tan impactante que justifica su reciente nominación como Mejor Actriz. No menos destacada es la participación de Laura Dern: unos pocos minutos en total bastan para componer a la madre de Cheryl, una mujer sufrida, difícil y luchadora, que deberá enfrentar una difícil experiencia.
Alma Salvaje es Reese Whiterspoon. Como la enorme mochila que lleva todo el tiempo, se carga la película (de hecho, también es productora), y eso, más el trabajo de Vallée y de Hornby en detalles muy puntuales, convierten a la película en una experiencia por sí misma.