Amada inmortal
Ví Crepúsculo (2008), de Catherine Hardwicke; Luna Nueva (2009), de Chris Weitz; Eclipse (2010), de David Slade (la mejor de todas); y ahora Amanecer - Parte 1 (2011), de Bill Condon. Cuatro películas -de cuatro directores diferentes- para una saga de vampiros (y lobos), adolescentes y enamoradizos, dominada por un inmenos puritanismo, una tremenda solemnidad y serios problemas de casting. Pero... ¿a quién le importa? Una saga literario-cinematográfica sostenida por el marketing que funciona ¡y cómo! Una máquina de recaudar mucho en poco tiempo (aquí arranca con 205 copias que gracias al interlocking se multiplicarán en más pantallas todavía).
Soy de los (pocos) que creen que para (intentar) comprender a los adolescentes de hoy y sondear de qué va la cosa en la industria del cine hay que "comerse" cosas como Amanecer - Parte 1. Mis colegas y amigos se ríen. "Ni en pedo" invierten horas de sus vidas en las nuevas historias de Bella Swan (Kristen Stewart), Edward Cullen (Robert Pattinson) y Jacob Black (Taylor Lautner). Allá ellos...
Luego de "histeriquear" de lo lindo con el vampiro Edward y el lobo Jake, la humana Bella se decide por el primero y en esta cuarta entrega (iba a ser la última, pero -al mejor estilo Harry Potter- dividieron el libro final en dos partes) Edward y Bella se casan (primer tercio de película), se van de luna de miel a una paradisíaca isla cerca de Río de Janeiro donde finalmente tienen el tan demorado debut sexual a los 18 años (segundo tercio), ella queda embarazada y se irá convirtiendo en una vampiresa inmortal, lo que genera unos cuantos riesgos e incógnitas que mejor no develar (tercer tercio).
Que Pattinson es un "paquete", que todo aquí es hiper conservador, que el film peca de frío y artifical... Todo eso ya se ha dicho aquí y en miles de otros medios. Rescato de este cuarto film algunas secuencias arriesgadas desde lo narrativo y lo visual (como el parto extremo de Bella) y ciertos pasajes en los que las CGI están al servicio del relato y no del regodeo.
De todas maneras, nada ni nadie logrará que un fan de la saga (el tercer film vendió más de un millón de entradas en los cines argentinos) deje de consumir Amanecer - Parte 1, ni tampoco que algún desprevenido vaya a ver qué onda. Ya sé, esta reseña es no sólo inocua sino también contradictoria y, en definitiva, inservible (desechable). Creo que mis escépticos colegas tenían razón.