Hacer una película, sin importar su magnitud, de por sí es toda una empresa. Y más cuando se rueda en territorios lejanos y diferentes. El detrás de cámara de Apocalpyse Now (1979) es un caso legendario (y extremo) de una iniciativa de esas características.
Estrenada en 2015, Los Dioses de Agua es una de las películas que Pablo César suele realizar en el continente africano. En este caso, Angola, lo que significó la primera coproducción entre Argentina y ese país.
El documental Amasekenalo, de Paulo Pécora, funciona como un diario de rodaje de esta inusual producción, tanto por el paraje donde de llevó a cabo el rodaje como por ser una de las últimas películas filmadas en 35 milimetros.
La cámara sigue a César y a su equipo desde su llegada a tierras angoleñas y se extiende a la búsqueda de locaciones, la visita a programas de televisión, los ensayos, el traslado de equipos, las sorpresas, las dificultades, “Acción”, “Corte”… Si bien hay algunas entrevistas a integrantes de Los Dioses…, como el actor Juan Palomino, Pécora evita caer en el típico backstage y se encarga de mostrar la relación entre dos culturas muy distintas, unidas por el cine, y también una geografía fascinante, poco o nada familiar para los argentinos. El choque de culturas es habitual en la filmografía del director: sus largometrajes El Sueño del Perro (2008) y Marea Baja (2013) presentan a personajes de la ciudad que llegan a un ámbito alejado del mundo conocido, lo que les permite vivir una nueva clase de experiencia.
Amasekenalo es un muy interesante y valioso documento del rodaje de una película, que a su vez funciona como una excusa para adentrarse en una parte del mundo poco vistas por estos lados.