Rose Byrne y Ethan Hawke brillan en 'Juliet, Naked', una película que mezcla sin miedo, los temores de la adultez, la música y el amor.
Cuando uno va al cine a ver una comedia dramática, tal vez no sepa del todo que le va a tocar ver. Esta vez Jesse Peretz, quien dedicó gran parte de su carrera al cine y la televisión de este género, nos trae una adaptación del libro de mismo nombre del escritor británico Nick Hornby; quien ya había logrado la adaptación fílmica de una de sus obras con Alta fidelidad (High Fidelity, 2000) dirigida por el cineasta Stephen Frears.
Annie (Rose Byrne) quien lleva una larga y aburrida relación con Duncan (Chris O'Dowd), quien particularmente está obsesionado con un cantante (olvidado) de los noventa: Tucker Crowe (Ethan Hawke), que luego de un solo álbum decidió desaparecer de la vida pública. Tras la ruptura, Annie logra contactar con Tucker, ambos dándose cuenta de que comparten más de lo que se podrían imaginar, creando una relación amistosa muy poco convencional.