El turista accidental
Amor sin escalas invita al buen cine, a apreciar una buena comedia, con buenos actores, un buen guión y una buena dirección. Amor sin escalas es una buena idea...
Ok, partamos de la base: ¿existen hombres, como George Clooney, con ese tipo de trabajos a cargo? ¿Es el retrato de Clooney fiel a un contexto y a un marco verosímil? No podría asegurarlo, pero con esta interpretación, Clooney me ha hecho olvidar su aura de mega estrella, de carilindo, de heredero del estilo Cary Grant.
Jason Reitman necesitaba a un actor que tuviera todo eso (extra) y que además fuera actor, buen actor. Y Clooney, debo decirlo, aquí termina por consagrarse.
Sí, estaba muy bien en Michael Clayton, o en Syriana, aunque más que bien yo diría distinto, no tan bien, no tan merecedor de un Oscar, pero lo dejamos pasar.
Sin embargo, uno puede pensar que este papel le calzaría bien a un Hugh Grant, o a un Richard Gere, años atrás. Pero se ve que Clooney tiene algo más (¿algo más de talento?), y consigue que, últimamente, todos tengan puesta la mira en él, y las críticas, y los premios, le han respondido fabulosamente.
Pero además, George consigue una química genial con su coprotagonista, la ascendente Vera Farmiga, encantadora, atractiva y absolutamente carismática, mérito tal vez de Reitman, o del mismo Clooney.
Y sumando los elogios, va la tercera punta: Anna Kendrick. Verdadera revelación, fresca, espontánea, con presencia y carácter. Sí, vale, el guión, más que bueno es muy bueno, y estamos ante una película “de actores”/”para actores”.
Evidentemente, Reitman lo tiene claro, y no sólo aquí, pues no olvidemos los elencos que formó en Gracias por fumar y en La joven vida de Juno.
Así las cosas, el combo resulta un éxito. Sumar los tres actores, más dinámica road movie, más ingeniosos y pulidos diálogos, más original planteo y desarrollo… ¡Film sin escalas!