El subgénero coming of age suele deparar bellas sorpresas. Estados Unidos sabe dar cátedra mediante exponentes ya clásicos, con John Hughes como abanderado indiscutido. Sin embargo, cada rincón del mundo tiene sus propias historias de madurez protagonizada por chicos y adolescentes (incluso por personas con un poco más de edad). La francesa Le Nouveau es un ejemplo, incluso la más reciente Llámame por tu nombre, que le valió el Oscar a James Ivory por el guión adaptado. Argentina tampoco se privó de los suyos. Crónica de un niño solo, de Leonardo Favio, entra en esa categoría, aunque es más fácil rememorar Glue, de Alexis Dos Santos, y la más próxima Un viaje a la luna, dirigida por Joaquín Cambre.
Amor urgente abraza su condición de coming of age, y lo hace con un estilo particular.
Agustina y su madre (Paola Barrientos) se mudan a Resignación, un pueblo alejado de la ciudad. Allí reside, entre otros, Pedro, un adolescente tímido que siempre necesita ser hiperventilado antes de afrontar algún momento importante. Agustina y Pedro se conocen y empiezan, de a poco, un noviazgo. Ella está preocupada por el debut sexual y decide que él la ayuda con eso… pero estando dormida mediante somníferos. Pedro no pretende hacerlo de ese modo, pero le hará creer que sí ocurrió. Así comienzan una serie de enredos y mentiras que
El director Diego Lublinsky ya había dirigido Tres minutos y, junto a Álvaro Urtizberea, Hortensia. En este film ya se valía de una estética retro que en Amor urgente lleva más a los límites: los fondos de Resignación están compuestos mayormente por proyecciones de un pueblo verdadero. Aunque nunca se especifica el año ni la década en la que transcurre la acción, el arte y el vestuario, más los rituales de los personajes, contienen elementos de los ’70 y ’80, dejando en claro que aquella parte del mundo compone un microcosmos con sus propias reglas, detenido en el tiempo. Lublinsky y su equipo logran que este recurso funcione en todo momento y le dé a la película un encanto irresistible. La música de Poncho es otro factor clave para ese efecto.
Y también los responsables de su encanto son los actores. Los jóvenes Paula Hertzog y Martín Covini son exactos para los roles de Agustina y Pedro, respectivamente. En el caso específico de Covini, parece haber nacido para estos papeles y para esta clase de largometrajes. También entre los jóvenes aparece Miranda de la Serna, hija de Érica Rivas y Rodrigo de la Serna, que viene siguiendo, de manera firme, los pasos de sus padres. Paola Barrientos se saca el jugo a una madre que busca construir una nueva vida para ella y Agustina, aún cuando puede resultar algo pesada. Fabián Arenillas también aprovecha cada minuto en pantalla para darle vida al carismático intendente de Resignación. Mención especial para Gonzalo Urtizberea como el ginecólogo que asesorará a Pedro con las mujeres.
Amor urgente habla del primer amor, de la primera relación sexual, de madurez, y lo consigue a través de un relato tierno y divertido.