En un breve prólogo, vemos el momento en el que los Warren toman posesión de Annabelle para encerrarla en su cuarto de entidades malignas. Y es así como da comienzo esta cinta que funciona indirectamente como tercera parte por partida doble: tanto de la saga de los Warren (comenzada con El Conjuro) como la de la perturbadora muñeca. Traer de regreso a Vera Farmiga y Patrick Wilson, aunque sólo sea por un puñado de escenas, ha sido una jugada brillante. Con ambos vuelve el encanto de las películas iniciales de este universo maligno que con su expansión fue sufriendo reveses creativos y resultados desparejos.