Anomalisa

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Charlie Kaufman vuelve a dirigir e incursiona en el stop motion con Anomalisa, película nominada como Mejor Película Animada a los próximos Oscars.
El punto de partida para esta curiosidad del cine animado de este último año puede que sea tan simple que funcionara en un cortometraje. Michael Stone es su protagonista, un hombre casado, exitoso, con un hijo, pero que se siente solo y alienado. Ve a todos con las mismas caras, escucha a todos con las mismas voces. Es así que va dejando un rastro de personas lastimadas en el camino, personas a la que abandonó, porque no pudo evitarlo.

Pero en esos 90 minutos que dura Anomalisa, ahora nominada en la categoría de Mejor Película Animada de los próximos premios Oscars, Kaufman trata con profundidad temas como la monotonía, la rutina, la soledad. La búsqueda de algo que no sabemos qué es pero que parece ser esencial para nuestras vidas.

Recuerda un poco a Perdidos en Tokyo de Sofia Coppola (incluso algún plano a la ventana del hotel y el reflejo en ella parece inspirado en esa película) pero también tiene algo surrealista como en trabajos previos de guionista como Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos o ¿Quién quiere ser John Malkovich?.

Un relato tierno, dulce, conmovedor, triste. Todo junto, porque así son las cosas más reales y más allá del virtuosismo del stop motion (probablemente Duke Johnson haya colaborado más en ese aspecto, donde radica su experiencia) todo en Anomalisa se siente muy verídico. Por ejemplo, en un momento decide retratar una escena de sexo y lo hace de tal manera que, más allá de estar protagonizada por muñecos, se percibe muy real especialmente en esos minutos que le dedica a tal. Y es que, claro, no es una película para niños.

Sólo tres voces se escuchan a lo largo del film y cada una de ellas funciona. Jennifer Jason Leigh, la única voz de mujer en el film (aunque no la única mujer que aparece) llena con su voz de ternura y tristeza a su personaje, esa Lisa que sabe que es diferente, que no se considera linda ni inteligente, pero también por eso es especial, una Anomali(s)a.

“Algunos muchachos tienen a una chica hermosa y la esconden del resto del mundo. Yo quiero ser de las que caminan en el sol. Las chicas sólo quieren divertirse”, canta ella en una de las escenas más hermosas y desoladoras del film. Porque Lisa encandila a su protagonista por sonar diferente al resto del mundo, el problema es qué va a pasar cuando eso que parece diferente se va a tornar normal para él y todo vuelva a empezar.

Extraña, agridulce, Kaufman financió Anomalisa gracias a Kickstarter, porque la gente no pudo dejar de confiar en él. Y es que la historia puede haber sido contada muchas veces, pero como dijo Jim Jarmusch alguna vez: “No hay nada original, todas las expresiones humanas son variaciones infinitas, hay un número limitado de historias que puedes contar, pero hay un número ilimitado de formas de contar la misma historia”.Kaufman sigue aportando cosas nuevas al cine.