Supongo que hay personajes que terminan convirtiéndose en importantes en la vida de uno. Y sobre todo creo que el hecho de que pertenezcan a una saga ayuda, porque los vemos crecer, en definitiva, los vemos vivir. En la saga que dirige Richard Linklater y protagonizan Ethan Hawke y Julie Delpy, el tiempo es fundamental para la historia, o las historias que se quieren contar.
Me gusta la forma en que lo definió el propio Ethan: "La primer película es sobre lo que podría haber sido. La segunda, sobre lo que debería haber sido. Y Before Midnight, sobre lo que es".
Mientras en Before Sunrise ellos eran dos jóvenes, hacía no mucho que habían dejado la adolescencia, y juegan a ser adultos y racionales y así es que terminan separándose, en Before Sunset parecían lamentarlo, al fin y al cabo sus vidas separadas no habían salido del modo en que ellos lo esperaban, y, como dice Celine, todo lo romántica que podía ser se quedó en esa noche hacía nueve años.
Pero el final de esta segunda entrega, era una de las escenas más simples y memorables y perfectas del cine de estos últimos tiempos. Dos palabras, "I know", eran suficientes para saber, o al menos imaginar, qué podía pasar después.
Pero nueve años después ellos nos dan la sorpresa y tras haber filmado secretamente esta tercer entrega, vuelven con "Before Midnight". Ya desde el trailer (como pasó también con la segunda) nos adelantan imágenes que algunos podrían considerar spoilers, pero creo que en películas como estas, por lo menos a mí me sucede así, no me arruina nada el saber que sí, que finalmente decidieron darse una oportunidad juntos, sino, todo lo contrario, esto aumentó mis expectativas.
Con Grecia como escenario esta vez, Jesse y Celine ya no son jóvenes, y tienen dos hermosas niñas llamadas como Nina Simone y Ella Fitzgerald. Mientras Jesse lidia con la relación a distancia que tiene con su primer hijo y con su vida como escritor, Celine está más abocada a su papel de madre aunque intenta no dejar su lado como activista, aunque a veces no pueda evitar sentirse un poco frustrada.
Before Midnight es la menos romántica, la más graciosa pero también la más agridulce de las entregas. Escrita por sus protagonistas junto al director, se centra en el final de unas vacaciones en Grecia, que van a ser definitivas para la pareja. No hay un deadline, el tiempo ya corrió lo suficiente, pero se percibe que aquella noche en que se ven casi forzados a pasar la noche a solas en un hotel va a generar algo importante. Y es que todo lo que antes era una fantasía, ahora se tornó real. Y al tornarse real, imperfecto.
También se diferencia de las otras dos, en que acá aparecen unos personajes secundarios. No sólo sus hijos, sino la gente que los alojó en Grecia, un escritor veterano, una joven pareja... Y son precisamente estos últimos los que se van a encargar de marcar algo importante que jugó en contra de la pareja que no fue pareja hasta muchos años después: la tecnología.
Mientras antes, por no pasarse un número telefónico, no pudieron reencontrarse sino hasta nueve años después, y gracias al libro que Jesse escribió no sólo para no olvidarla, sino para poder encontrarla, hoy en día la parejita joven se comunica por Skype. Y es que otra hubiese sido la historia si ellos se hubiesen conocido en este siglo, pero no, por suerte, ellos se conocieron en los 90s.
Pero así como el tiempo, la época y la situación marca ciertas diferencias, también tiene similitudes. Y la principal es lo bien trabajado que están los diálogos. Más cínicos esta vez, pero la película tiene esas pequeñas líneas que te dicen todo en pocas palabras. Pero para que ustedes puedan descubrirlas en la sala, decido abstenerme de empezar a citar.
También los largos planos secuencia que siguen a sus protagonistas y son testigos de esas conversaciones que pueden ser tan superfluas como profundas. Y la química entre Delpy y Hawke se mantiene intacta, en ningún momento parecería que estuvieran actuando, y creo que eso también contribuyó a que los sintamos tan parte de nuestras vidas.
Resumiendo, no podría decir si es la mejor de las entregas, cada una funciona tanto por separado como unidad y tiene imágenes que quedan grabadas en nuestra retina, y líneas con las que nos podemos sentir muy identificados. Pero sí es diferente. Más agria. No obstante, necesaria. Para no quedarnos con la fantasía, y comprobar que Jesse y Celine se parecen a nosotros mucho más de lo que creíamos.