Nominado al Oscar al mejor guión adaptado, este debut en la dirección de una de las plumas más prestigiosas del cine y la TV tiene a Chastain como una irresistible (anti)heroína.
Aaron Sorkin, uno de los mejores guionistas de Hollywood, debuta como director de cine con esta entretenida película basada en la historia real (y la novela) de Molly Bloom, una mujer joven que manejaba una multimillonaria red de póker clandestino primero en Los Angeles y luego en Nueva York, de la que participaban ricos y famosos, y que fue arrestada y acusada de tener vínculos con la mafia rusa.
Jessica Chastain irradia la inteligencia, fuerza y vulnerabilidad que el papel requiere. Los diálogos rápidos e ingeniosos que son marca registrada del autor de películas como Hombres de honor, Mi querido presidente y Red Social, y de series como The West Wing, Sports Night y The Newsroom brillan aún más en las escenas que comparte la actriz con Idris Elba, quien interpreta a su abogado defensor. Pero el mejor momento del film es un encuentro entre Molly y su padre -encarnado por el gran Kevin Costner- con quien tiene una relación muy complicada. Las palabras de Sorkin y la interpretación de estos talentosos actores convierten a esta escena en antológica.
Y también es antológico el comienzo del film con una secuencia de pura lógica Sorkin, rápida y repleta de inteligencia y humor. Apuesta maestra demuestra que el celebrado guionista puede llevar lo que escribió a la pantalla con eficacia y total control sobre la puesta en escena. Pero también parece subrayar que el gran talento de Sorkin es la escritura y su marca de autor sigue estando en el papel.