Nada más que pericia técnica
Una banda de asesinos ninjas comete unos crímenes. Una detective los rastrea por Europa y se vuelve, al mismo tiempo, su blanco. Después aparece un ninja renegado que la quiere salvar y hay peleas. Eso es todo lo que presenta este segundo largo como director del realizador James McTeigue, que realizó las únicas secuencias potables de las dos continuaciones redundantes) de Matrix y un film que crece en la memoria, el gran V de Venganza.
Exhibición de pericia técnica, aquí sí –a diferencia de otros films blockbusters mal acusados de lo mismo– se notan los lugares comunes de la historia, especialmente porque la pirotecnia impide todo el tiempo que los personajes tomen suficiente carnadura como para que creamos en ellos. Así, la falta de originalidad de la historia termina dejando al espectador fuera de la sala. Se destacan entonces ciertas coreografías y la precisión del montaje, poca cosa que, en el fondo, no implica que este film sea completamente cine sino, sólo, que usa algunas de sus herramientas. Cuando no hay algo humano, la lucha carece de sentido.