Spencer Aimes (Ashton Kutcher) es un asesino a sueldo que decide abandonar su trabajo cuando se casa con la mujer de sus sueños (Katherine Heigl). Pero la felicidad dura poco porque alguien ha puesto precio a su cabeza y Spencer deberá confesar todo a su esposa para juntos averiguar quien es el misterioso personaje que quiere verlo muerto.
La poca química de la pareja central se suma al desconcierto de Heigl, quien está un par de revoluciones por encima del nivel recomendable. El film sólo gana algo de comicidad en la segunda mitad, cuando la cacería en pos de la recompensa se hace continua, generando momentos desopilantes.