Inverosímil descenso al infierno
El conocido formato del falso documental, con su cámara inestable y sus giros vertiginosos que tanto pueden generar intriga y angustia en el espectador como marearlo o producirle náuseas, encuentra aquí un escenario especialmente favorable para el terror: el de los antiguos pasillos subterráneos de piedra conocidos como las catacumbas de la capital francesa, donde yacen los restos de millones de parisinos.
A esa macabra y ambiciosa expedición (en busca de la piedra filosofal) nos conducen una especie de Lara Croft arqueóloga, temeraria y obstinada, y su improvisado equipo de aventureros que emprenderán el obligado, trabajoso y macabro descenso colmado de peligros. Hay sobresaltos varios, un elenco pasable y torpes pretextos psicológicos, pero también risas involuntarias y poco para tomar en serio, aunque el ritmo es sostenido.