Si no es fácil adaptar un libro o una obra de teatro, menos lo es un videojuego. El estudio y las compañías productoras involucradas en este proyecto dieron un verdadero “salto de fe” al decidir adaptar a la pantalla grande “Assassin’s Creed”, la exitosa franquicia desarrollada por Ubisoft y creada por Patrick Désilets, Corey May y Jade Raymond. Ahora… ¿el resultado fue bueno? Mmm… más o menos… El argumento no es su fuerte.
Tal y como lo hizo en “Macbeth” (2015), el director Justin Kurzel vuelve a trabajar junto a Michael Fassbender y Marion Cotillard en esta producción que toma todos los elementos de las distintas entregas para desarrollar una historia alternativa centrada en un personaje creado especialmente para esta ocasión; aunque no tanto, ya que está basado en Desmont Miles. Los gamers se darán cuenta de ésto.
El protagonista es Callum Lynch (Fassbender), un criminal condenado a muerte que, tras su ejecución, es “rescatado” por Industrias Abstergo y obligado a participar en el Proyecto Animus, una tecnología revolucionaria que libera su memoria genética. De esta manera es capaz de experimentar los recuerdos de su ancestro, Aguilar de Nerha, un miembro del Credo de los Asesinos durante la inquisición española (bien por Fassbender que dice muy bien sus líneas en español).
Esta compañía biotecnológica con base en Madrid es la encarnación moderna de la Orden de los Templarios. El objetivo de Alan Rikkin (Jeremy Irons) y su hija Sophia (Marion Cotillard) es descubrir dónde se halla escondido el “Fruto del Edén” en la actualidad, un artefacto que contiene el código genético del libre albedrio y así controlar a la humanidad y eliminar la violencia.
Conforme Lynch continúa conectándose a la máquina Animus, no sólo comienza a comprender su pasado traumático y su papel en el conflicto entre ambas facciones en disputa desde hace siglos (Asesinos y Templarios) sino que adquiere las habilidades de un Maestro Asesino.
El desarrollo de la película se produce en dos períodos, la actualidad y la España de 1492, cada uno con su propio conflicto que interconecta una idea principal. Pero es durante los fragmentos de la época de la Inquisición donde se suceden las mejores escenas de acción y efectos visuales.
Pero sin dudas, la historia tiene algunos puntos flojos, ya que faltaría ahondar un poco más en el desarrolo de alguno de sus personajes secundarios y dar un poco más de información acerca del enfrentamiento entre asesinos y templarios. Por desgracia, Charlotte Rampling, Brendan Gleeson y Michael Kenneth Williams aquí están bastante desaprovechados.
Queda claro que el objetivo de los realizadores es dejar contentos a los fans del juego e invitar al cine a nuevas audiencias que no están familiarizadas con el mismo. “Assassin’s Creed” no está mal, tiene sus momentos y es un buen prólogo para lo que viene, ya que deja al espectador con un final abierto para lo que serán sus próximas entregas (al parecer, una trilogía).