Conectándose con el otro
Este año hemos visto en la cartelera local varias producciones israelíes que presentan una mirada crítica sobre la familia. Desde el duelo (Una semana y un día), desde el conflicto con Palestina (Entre dos mundos) o desde la mirada existencial (Personas que no son yo). Asuntos de familia (Omor shakhsiya - Personal Affairs, 2016) retoma todos estos temas desde una mirada generacional.
Una pareja de ancianos de Nazaret no está nada bien: él parece obsesionado con la internet buscando información en su notebook mientras que ella se evade con las telenovelas. Los discursos esbozados en la TV o en la web repercuten en su vínculo sentimental en crisis. Por otro lado están sus hijos: Uno vive en Suecia y espera ser visitado, mientras que el otro vive en Ramala, al otro lado de la frontera. Su nombre es Tarek, es director de teatro y está en crisis con su novia por las mismas carencias afectivas que sus padres. También tienen una hija embarazada mientras que su marido es tentado a protagonizar un film. El problema antes todos es el mismo: la rígida estructura social que espera conductas de ellos que no van con sus anhelos personales.
Esta película que participó de la sección Una cierta mirada en el festival de Cannes, es de esos films en donde absolutamente todo lo que sucede funciona como un espejo de las relaciones entre los personajes. Tanto es así, que aquello qué pasa en la obra de teatro, en la película que va a protagonizar el yerno, en la anécdota que cuenta la abuela o en la frontera, pone en evidencia conflictos de índole internos de la trama.
La guionista y directora Maha Haj utiliza en su ópera prima planos simétricos para encuadrar a sus personajes. Esta composición geométricamente perfecta expresa la rígida estructura social que contiene las libertades de los individuos. Una manera de trabajar desde la forma el contenido.
Asuntos de familia no se presenta original en la visión desesperanzada de los ciudadanos israelíes, hecho que hemos visto representado en otras películas. Sin embargo, es esa mirada abúlica e incisivamente crítica sobre su falta de conexión con la felicidad aquello que genera un reflejo en el espectador en constante insatisfacción existencial.