Mucho se habla de este tema, lo sufren famosos y anónimos, pero quizás poco se sabe en profundidad de este avance creciente e irracional del miedo a la muerte. Que suele terminar en agorafobia y espanto. Con ejemplos de casos de personalidades muy conocidas, hilvanados con testimonios absolutamente conmovedores. Con un denominador común. El protagonista no aparece, se recrea su sentimiento. Pero le permite al espectador tomar la dimensión de quienes en general se sienten morir y cuando llegan a la guardia de un hospital, los chequeos certifican que no hay ningún mal físico. Allí sobreviene la vergüenza y la incomprensión, amen de los efectos de los medios. Un trabajo riguroso de Nicolás Ardito, autor del guión y director.
Ataque de pánico: valiosos testimonios El documental de Ernesto Ardito ofrece interesantes relatos en primera persona sobre la experiencia, causas y consecuencias de los ataques de pánico. Las historias resultan conmovedoras y valiosas para entender el miedo, la soledad y la angustia que sienten quienes sufren este padecimiento. Pero la fuerza de estos testimonios queda diluida por la insistencia en cargar la culpa de los ataques de pánico a "la sociedad" o "los medios de comunicación", respaldándose en poco más que lugares comunes. Estas explicaciones están a cargo de una voz en off que a veces peca de lirismo pero funciona bien cuando se dedica a dar datos concretos sobre el tema.
SÍNTOMA DEL SIGLO XXI Entre los trastornos psicológicos “de moda”, el ataque de pánico responde a sintomatologías generadas e inducidas, en gran medida, por la cultura del miedo. Un miedo, a casi todo, que es fomentado a diario por los medios de comunicación y expandido gracias a la globalización. Sociedades conectadas, en constante movimiento y con un alto nivel de competencia generan que, un alto porcentaje de la población, padezca ésta problemática. Entre ellos, el realizador Ernesto Ardito (aquí la entrevista), fue víctima de ataques de pánico, razón que lo llevó a investigar y realizar un documental que alerte a otros sobre un tema, relativamente nuevo, y del que poco se sabe. Desde el fondo negro de la pantalla, el audio de voces de provenientes de un noticiero trasmiten pánico. ¿A qué? ¿A quiénes? Ese clima de paranoia da lugar a los dramáticos testimonios de tres pacientes que sufrieron ataques de pánico. Sus experiencias se enfatizan a través de imágenes que recrean los hechos o que, simplemente, simbolizan su proceso. La música de fondo logra sumar tensión y densidad a las vivencias. No vemos sus caras, los oímos mientras el montaje oscila entre la vorágine de tomas urbanas y planos fijos contemplativos. Ardito guía el relato con una voz en off y toma las herramientas cinematográficas para manipular la imagen y el tiempo a través de una retórica discursiva que no descuida la estética visual. A los testimonios, se suman distintos reportajes a varios especialistas, como los doctores Facundo Manes, Daniel Bogiaizian, Rafael Kichic y la licenciada Cinthia Bellencin, a través de los cuales se va tejiendo un panorama interdisciplinario entre neurología, psicología y sociología, que da respuesta al avance creciente y silencioso de ésta problemática. En busca de explorar las causas, el realizador hace un repaso superficial por los hechos políticos y sociales más traumáticos que atravesó nuestro país, como la dictadura del 76 o la crisis del 2001, a fin de dar cuenta del impacto que tuvo sobre la psiquis y los sentimientos de vulnerabilidad y temor que despertaron en mucha gente. La desaparición, la muerte, y el abandono ante situaciones que no se pueden controlar despierta inestabilidad y fallas en el sistema de alerta, explica el realizador. Ataque de Pánico, reúne nuevamente a Ernesto Ardito con Virna Molina, con quien co dirigió el multipremiado documental Raymundo, sobre la vida de Raymundo Glazer; Corazón de fábrica, Nazión, entre otros. En ésta oportunidad, apela a generar una mayor conciencia sobre los efectos provenientes del neoliberalismo a fin de modificar hábitos y estilos de vida alejados a la inmediatez de los hechos y la comunicación. Filmada en Buenos Aires, Bariloche, Paris y Nueva York, la película se mete de lleno en un tema muy profundo, con muchas capas y varias aristas. El abordaje de sus múltiples causas, llevan al realizador a abarcar un espectro de investigación demasiado amplio para los setenta y seis minutos que dura el documental. Esa urgencia del relato se manifiesta en su afán por contarlo todo sin mediar detalle. Bien intencionada, Ataque de Pánico permite conocer, visibilizar y tratar de prevenir los síntomas de un trastorno invisible y, cada vez, más frecuente en nuestra sociedad. ATAQUE DE PÁNICO Ataque de pánico, Argentina, 2015. Dirección: Ernesto Ardito. Productor: Ernesto Ardito y Virna Molina. Investigación y guion: Ernesto Ardito/ Cámara: Ernesto Ardito y Virna Molina. Sonido y montaje: Ernesto Ardito. Gráfica: Virna Molina. Música original: Ernesto Ardito. Duración: 76 minutos.
Con el relato de tres pacientes y con los testimonios de varios profesionales, este jueves se estrena Ataque de pánico, documental dirigido por Ernesto Ardito y filmado en Buenos Aires, París y Nueva York. El documental cuenta la historia de tres pacientes: Leandro, 30 años y empleado público, que asegura que todo comenzó cuando vio la muerte de un amigo; Estela, 41 años y redactora publicitaria y Graciela, 41 años y docente, quienes afirman que todo empezó en la época de la dictadura militar. A lo largo del film los tres pacientes cuentan los diferentes síntomas que padecieron: taquicardia, dolor en el pecho, opresión torácica, sensación de pérdida de control y miedo a morir. De hecho, Leonardo relata que se sentía muerto en vida. Además el documental cuenta con los testimonios de diferentes profesionales: Rafael Kichic, doctor en psicología; Cynthia Bellencih, psicóloga; Daniel Bogiaizian, psicólogo y Facundo Manes, neurólogo. Ataque de pánico cuenta con la narración en off de Lucas Finocchi que acompaña todo el relato y explica qué son y cómo ocurren los ataques, datos históricos y estadísticos y diferentes hipótesis que hay con respecto a la enfermedad. El documental indaga en el tiempo histórico -la crisis del 2001 o el atentado a las Torres Gemelas- y muestra cómo las condiciones políticas, económicas y culturales están directamente relacionadas con el aumento de casos que hubo en los últimos años. Desde planos frenéticos hasta una música instrumental tétrica, desde imágenes de archivos que muestran la crueldad de la sociedad hasta el sonido ambiente que deja escuchar las fuertes lluvias. El film logra mostrar de forma eficaz lo que padecen estas personas. Ataque de pánico no sólo informa acerca de esta grave enfermedad sino que además deja en evidencia cómo la sociedad en la que se vive hace que los casos aumenten cada vez más.
MIEDO A LO INCONTROLABLE “La muerte no viene pero sí su helada presencia”, así comienza el relato del documentalista Ernesto Ardito en Ataque de pánico. Todos los síntomas descriptos son exactos para quienes atraviesan o fueron víctimas -entre la que me incluyo- de esta patología psico-orgánica y mental que coquetea con el miedo a la muerte. Si bien este trastorno cobra más porcentaje de víctimas en nuestros tiempos, la enfermedad se observa desde la misma existencia del hombre. Paradójicamente el famoso científico inglés Charles Darwin, responsable de la teoría de la evolución de las especies, sufrió de esta sensación de ahogo y alteración de frecuencia cardíaca. Claro que los tratamientos que recibió fueron en vano y jamás pudo saberse a ciencia cierta el stress que lo aquejaba. En la actualidad existen tipo de terapias especiales para los ataques de pánico. Sin embargo, son pocos los doctores que realizan un correcto seguimiento en sus pacientes. Muchos de ellos caen en la medicación ansiolítica -la cual no es incorrecta en primera instancia- como única respuesta. Lo que es un arma de doble filo si el paciente se vuelve dependiente y el doctor no le interesa en profundizar en esta dificultad. Lo cierto es que por el lado del padeciente existe mucha vergüenza y desconcierto al atravesar síntomas que se asemejan a un paro cardíaco con mucha tensión muscular. Mientras que por el otro lado, la sociedad y algunos profesionales minimizan la situación o acusan de algún grado de locura de la persona. La agorafobia, que es el título clínico a este trastorno de ansiedad, es explicada por Ardito a través de diferentes testimonios como el miedo a no poder controlar lo incontrolable. Las diferentes voces que entornan al relato explican cómo fueron víctimas de la autosobreexigencia ya sea desde ocupar cargos laborales o asumir roles de autoridad dentro de un seno familiar. Sobreexigencia que también estas personas vincularon con momentos históricos de mucho estrés como lo fue la crisis argentina del 2001, la última dictadura militar o fallecimientos de familiares y amigos cercanos. Pero también el documental apunta a que los ataques de pánico son cada vez más frecuente en el adulto medio laboralmente activo que consume el bombardeo de los medios de comunicación. Y ni qué hablar del poder de esta sociedad consumista donde las personas parecen valer por el materialismo que los rodea. Contando de una forma seria y con el rigor de los documentales informativos/investigativos de aval médico, sin embargo Ataque de pánico mezcla imágenes de archivo u otro tipo de escenas artísticas de manera frenética y oscura. Lo que lo vuelve un producto novedoso con miedo y misterio para transmitir impecablemente los sentimientos de la enfermedad. La banda de sonido acompaña la pieza con música alarmante y que estresa. Hasta la incorporación de una locución masculina que guía el relato al estilo sugestivo de aquel programa televisivo La historia del hombre. Ardito logra contenido y a la vez forma. Una forma que incomoda, que es efectista y no deja indiferente al espectador. Una obra necesaria porque profundiza sobre la temática y ayuda a conocer de qué trata esta patología.
La teoría del miedo Hoy el ataque de pánico es uno de los males que dominan a la mayoría de las personas. Sus síntomas son diversos y van desde dolor en el tórax, taquicardia, problemas para respirar hasta la sensación de desmayo. Todos regidos por una fuerte sensación a morir. Ernesto Ardito, quien pasó por esa sensación durante mucho tiempo, propone a través de testimonios de aquellos que lo sufrieron, médicos, psicólogos y sociólogos, deconstruir las causas y orígenes de porqué hoy el ataque de pánico es una enfermedad que afecta a gran parte de la población mundial. Ataque de pánico (2017) es un documental de investigación médica, un ensayo sociológico, una película política. En síntesis un hibrido que combina una serie de elementos y temas que lo corren de todos los lugares comunes. Ardito recurre a tres testimonios de personas víctimas del ataque de pánico no solo para mostrarlos como casos testigos sino también para entablar conexiones con las posibles causales. Causas que más allá de algunas cuestiones personales están directamente relacionadas con la teoría del miedo. El documental analiza como los sectores de poder construyen el miedo y los medios de comunicación son los encargados de poner en escena ese mismo miedo. Filmado en Buenos Aires, Bariloche, Paris y Nueva York, visualmente Ardito juega con las imágenes. Ataque de pánico no es el clásico documental de entrevistas donde el cine está ausente. Detrás de la cámara hay un autor preocupado por la forma tanto como por el contenido. Voces que se entremezclan con imágenes en diferentes formatos que en un primer momento parecieran desconectadas pero que a medida que los minutos avanzan se relacionan de manera directa o indirecta. Un rompecabezas visual que impacta tanto como las palabras. El relato lo lleva adelante un locutor jugando con la típica estructura del documental médico, aunque conceptualmente en nada se le parece. Es un guiño que funciona. En un país donde más del 50 por ciento de la producción corresponde al cine documental, donde en la mayoría de los casos se prioriza el contenido por sobre la forma, sin ideas claras y poca noción de cine, que aparezca Ataque de pánico es una bocanada de aire puro para un género que muchas veces parece carente de ideas.
Angustia, dolor en el pecho, taquicardia, ahogo, sentir que se van a morir, son los síntomas característicos que sufren las personas que padecen esta enfermedad mental llamada ataque de pánico. El director de este documental, Ernesto Ardito, además investigó, consultó a profesionales de la salud y entrevistó a 12 personas, entre el 2012 y 2014, para poder realizar este filmy acercarnos una idea más acabada de lo que es esta enfermedad En los últimos años hemos escuchado o leído de gente famosa, tanto argentina como extranjera, que sufrieron estos ataques, y uno no comprende bien que es lo que les sucede, así, de repente, sin una señal de alerta previacomo para que lo reciban de otra manera, más preparados. A estos entrevistados les sucedió lo mismo que a los famosos, repentinamente sufrieron un desequilibrio mental, entraron en una gran crisis y quedaron atrapados en un laberinto que les cuesta salir. Porque el diagnóstico certero se da hace unos 10 años, antes se los medicaba erróneamente, o los médicos no lo comprendían bien, y el resultado era empeorarles la salud a los enfermos. El director toma las narraciones en off de los pacientes para relatarnos sus sufrimientos, luchas, tanto de ellos con la enfermedad como ellos con sus familiares, matizados con imágenes de archivo, o también ficcionadas, que logran amenizar y ayudar a comprender un poco más de que se trata todo esto. Porque le puede pasar a una parte importante de la población, porque cuanto más informados estemos, más fácil será comprenderlos y ayudarlos, porque no diferencia a las clases sociales, ni a hombres o mujeres, porque ataca tanto a los que les va bien económicamente y familiarmente como a los que les va mal. Porque no todos son capaces de recibir la presión interna y externa de esta vida, y como resultado de esto, estallan como pueden, perdiendo el control de todo lo que lo rodea, por todo esto, da como resultado que este documental es una herramienta necesaria para informar a la población en general, y crear conciencia de que nadie está exento de nada.