En París se la pasa bomba.
Michael Mason (Richard Madden) es un habilidoso carterista norteamericano que se encuentra en París hurtando a turistas distraídos. Una noche roba un bolso que parecía no contener nada interesante y lo deja abandonado en la calle, pero apenas se aleja unos metros el bolso explota.
La explosión deja cuatro muertos y varios heridos; de la noche a la mañana Michael -todavía aturdido por el hecho y sin saber qué pasó- se convierte en el hombre más buscado de Francia.
Sean Briar (Idris Elba), un agente que colabora con la CIA en París, es el único que cree en la palabra de Michael y ambos deben buscar a los verdaderos culpables del atentado, pero al hacerlo no solo deben enfrentar a los terroristas de siempre, sino también a un entramado de policías y políticos corruptos.
Con prolijas y coreografiadas escena de acción, una atrás de la otra, el filme no tarda en convertirse en una buddy movie donde el experto agente y el joven al margen de la ley deben ayudarse uno al otro para atrapar a los malos y limpiar su nombre. La fórmula es efectiva, pero en este caso no funciona porque a pesar de que ambos actores son muy talentosos, la química entre ellos es inexistente.
El filme cuenta con no pocos elementos para ser un tanque de acción, pero no lo logra, todo lo que sucede es una predecible sumatoria de clichés, con terroristas musulmanes, franceses mala onda, y norteamericanos que a los tiros y sin pedir permiso arreglan todo lo que la policía francesa no puede arreglar.
"Atentado en París" es un filme de acción prefabricado, con un director prolijo que ha construido muy buenas escenas de acción con numerosos extras y efectos especiales, pero que no ha desplegado ni un poco de creatividad para distinguir a este filme entre muchos otros similares.