A escasos días del 60° aniversario del fallecimiento de Evita, no debería sorprender el estreno de Atraco!, una película en donde la adoración, el patriotismo y el amor incondicional hacia esta figura son el principal impulso de toda la trama.
Uno de los mayores logros de esta producción es su buen trabajo de arte, el que transporta al espectador a 1955 y la película llega a tomar ese tono de policial negro que tanto definió a los films de la época. Al hablar de Atraco!, entonces, se hace difícil no recordar a La Señal de Ricardo Darín y Martín Hodara, que se sitúa en el mismo tiempo, con una Evita en agonía y la acción trasladada a la Argentina. Un género en común, Eva Perón, dos protagonistas, un robo y un final predecible, potencian la comparación entre dos films distanciados por escasos cinco años.
El guión parece tener una historia consistente, basada en un famoso robo ocurrido en ese período, y suma otra capa cuando se decide cruzarle el camino a la historia argentina, tras el derrocamiento del ex presidente Perón, siendo básicamente esto último lo que no termina de funcionar.
Atraco! cuenta con las buenas actuaciones de un sólido Daniel Fanego (Landa, mano derecha del ex presidente) y Guillermo Francella (Marello, un jefe de seguridad que venera al General), a quien se le adjudica el desarrollo de la trama a través de sus ojos y devoción. En contraposición recurre también a Nicolás Cabré (Miguel, otro peronista de corazón), quien podría haber funcionado perfectamente como el compañero joven e inocente del experimentado Marello si no lo hubieran hecho abusar de los chistes y clichés que desarrolló en el último tiempo en la televisión.
Dentro del marco del policial, se desarrolla un romance entre Miguel y la joven enfermera Teresa (interpretada por la española, Amaia Salamanca) que se constituye como otra de las fallas de la realización. Sucede que los vínculos que el director Eduard Cortés pretende formalizar a lo largo del metraje, nunca se terminan de reforzar. De hecho, durante la pesquisa, aparecen dos detectives que se presentan como los antagonistas, y si bien se pensaría que por la similitud con los protagonistas (se trata también de un novato y un veterano) podrían darle otro impulso a la película, su vínculo no excede lo meramente investigativo.
A fin de cuentas, Atraco! es un trabajo bien establecido en la época, con actuaciones respetables y un desarrollo de la trama fluido con escenas de interés, pero al no dedicarse por completo a profundizar el policial negro que en algún momento propuso o enfatizar el progreso de las relaciones de ciertos personajes importantes, influye negativamente en su resultado final.