Una historia de un amor complicado es la que Christian Petzold (Barbara, Triángulo) quiere contar, pero para llegar a la parte del amor entre dos, primero hay que hacer que Nelly Lenz (Nina Hoss) tenga que “morir”, renacer y volver a salir a la vida.
¿Cómo se hace? En la Alemania post nazi Nelly Lenz, una bella cantante, vuelve a Berlín con su amiga Lene (Nina Kunzendorft), con la cara destrozada, esto hace que se tenga que someter a una cirugía plástica que la deja diferente a la mujer que era pero con rasgos muy parecidos. Nelly, después se su rehabilitación decide salir a la calle a buscar a Jhonny (Ronald Zehrfeld) su marido pero cuando lo ve no se anima a decirle quién es y él nota el parecido que tiene con la mujer que cree muerta y la convence para que se haga pasar por ella para así poder cobrar la herencia de la familia de ella, asesinada en el Holocausto.
La película está situada en una Alemania destruida hasta los cimientos, con pocos edificios todavía de pie y con la gente viviendo como podía. Nelly Lenz, tiene que aprender a ser ella, tiene que volver a ser la mujer que era, en un momento llega a decir que está celosa de ella misma, de su vieja vida. Nelly tiene que quererse más pero está cegada por el amor y por el miedo a la verdad.
Christian Petzold, narra con maestría, manteniendo ese suspenso hitchcockiano en cual sabes lo que va a pasar pero no cuándo, con una fotografía e iluminación hermosa y con un clímax excelente de la mano de la gran Nina Hoss (Barbara), una mujer que hasta en silencio demuestra su talento frente a la cámara y sin abusar del tiempo, hace que los 98 minutos de película encajen perfecto en la resurrección del Ave Fénix.