Durante el esplendor del denominado Nuevo Cine Argentino, surgido a fines de los ´90, apareció una película con un talento prometedor: Modelo 73, de Rodrigo Moscoso. Filmada en su Salta natal, contaba las andanzas de un grupo de amigos que compran un Chevy para impresionar a una chica. El film vio la luz en 2001, y desde entonces Moscoso no volvió a ponerse detrás de cámara de un largometraje. Hasta ahora: Badur Hogar marca su regreso. Un regreso en muy buena forma.
Juan Badur (Javier Flores) no es lo que el común de la sociedad denominaría un triunfador. Próximo a los 40 años, vive con sus padres y, junto a un amigo, se las arreglan trabajando como limpiadores de piletas. Atrás parece haber quedado su faceta como conductor de un programa de radio. Su único refugio es Badur Hogar, negocio familiar antes lleno de esplendor y hoy cerrado, las ventanas cubiertas de diarios viejos, los productos dignos de otros tiempos. Pero en un mismo período de días se reencuentra con Martín (Daniel Elías), su exitoso amigo de la secundaria; descubre que tiene un problema de salud y debe ser operado de urgencia, y conoce a Luciana (Bárbara Lombardo), una porteña que se volverá su novia. Demasiadas cosas juntas al mismo tiempo, con el añadido de que algunas mentiras pueden traerle problemas.
Al igual que Modelo 73, Moscoso presenta un nuevo coming of age, más maduro, con decisiones más fuertes en juego. Se acerca a Casa propia, de Rosendo Ruiz, ya que se enfoca en la vida de un treintañero avanzado, sus sueños truncos, sus vínculos sentimentales sus dificultades para independizarse, pero lo hace en clave de comedia con momentos románticos y dramáticos. Si bien la historia transcurre en un barrio salteño de clase media y consigue plasmar la idiosincrasia de ese ámbito (con guiño al universo de Lucrecia Martel incluido), tiene un carácter universal que la vuelve accesible. Los personajes, aun cuando suelen incurrir en el engaño, poseen un gran corazón y sólo actúan así por vergüenza, para no sentirse menos frente a los que parecen tener un mejor pasar. Que etas cuestiones nunca estén subrayadas es otro mérito del director.
Javier Flores consigue la empatía inmediata en su interpretación de Juan, que puede ser simpático, galán y también introvertido; un individuo estancado, como el negocio de la familia. Bárbara Lombardo se luce como Luciana, un rol tan fresco y tan complejo como el del protagonista. El elenco secundario es igual de destacable, pero vale detenerse en Cástulo Guerra. Luego de una larga carrera como actor en Hollywood, donde intervino como actor de reparto en Terminator 2, Los sospechosos de siempre y La mexicana, vuelve a Salta para encarnar al padre de Juan, que también carga con sus deseos y pesares.
Badur Hogar confirma el talento de Rodrigo Moscoso y ofrece una nueva visión sobre los problemas de los jóvenes adultos de la actualidad.