Bailando por un sueño
Basada en una historia real, Bailando por la libertad (Desert dancing, 2014), nos lleva al 2009 en una Irán marcada por las represiones políticas y una alta gama de prohibiciones entre las que se encuentra el baile de cualquier índole.
Afhsin Ghaffarian (Reece Ritchie, Desde mi cielo) es un bailarían que crece con el sueño de poder bailar libremente y así decide junto a un grupo de amigos de la Universidad arriesgar su vida para formar una especie de compañía de danza subterránea. La premisa del film (como su título local indica) se lleva a cabo a la perfección, pero lo hace dentro de una trama narrativa carente de contenido y llena de incoherencias.
Empezando por lo más básico, este grupo de amigos decide reunirse a hablar de la top secret academia de baile en una cafetería repleta de gente, en donde por supuesto, el personaje de Elaheh (intepretada por la exquisita Freida Pinto de ¿Quién quiere ser Millonario?), los escucha y los sigue hacia el lugar de encuentro para audicionar.
Tampoco podemos dejar de mencionar la débil historia de amor que se nos presenta entre esta y Afhsin. Nunca llegan a definirse demasiado cuales son las intenciones de ella ni las de él: ¿Acaso se aman? ¿Se desean? ¿Se salvan el uno al otro? Se sugieren algunas cosas pero nunca nada queda demasiado claro, y en una trama que ya viene demasiado simplona, podría haberse decidido poner el foco en esta historia , pero lejos de ello, es interrumpida abruptamente y queda colgando de un hilo.
El marco político se suma también a los hechos poco desarrollados de la trama: La revolución verde y las elecciones del 2009, son acontecimientos que se mencionan al pasar en algunas escenas quedando cabos sueltos para los espectadores que no conocen a fondo los sucesos de Teherán en aquel año.
El resto de los personajes, (Afshin y Eliah incluidos) son héroes, dispuestos a sacrificarse por el sueño (que en algunos casos ni si quiera sabíamos que tenían) de expresarse libremente a través de la danza moderna. Y en este sueño, se repiten incontables y reiterativos diálogos, que hablan sobre libertad, creación y prohibición. Ah, y no olvidemos que en donde hay héroes y hombres poseedores de una bondad absoluta, también están los malos, que en este caso son malísimos.
Como positivo, las secuencias de danza moderna (que inexplicablemente son pocas) son lo mas destacable del film, en especial claro, la que se lleva a cabo en el desierto y en donde por ese corto período de tiempo, los sueños de todos se cumplen, logrando el anhelado objetivo de libertad.