Dirigida y escrita por Eloísa Tarruella y Gato Martínez Cantó, Bailar la sangre es una película sobre el proceso creativo de una puesta de Bodas de sangre, de Lorca, en versión flamenco.
Los directores Eloísa Tarruella y Gato Martínez Cantó que, en un documental anterior, El objeto de mi amor, habían explorado de manera poética el universal sentimiento a través de historias reales, de ficción y el valor que pueden cobrar los objetos cuando se cargan emocionalmente, acá transmiten la pasión, esa pasión que caracteriza a los textos de Lorca, en especial a Bodas de sangre, al cual se homenajea de manera central. Eso de jugársela por amor, que ya estaba plasmado en el documental anterior, acá aparece con un mayor peso, con la pasión y la tragedia del texto lorquiano.
La trama de la famosa obra gira en torno a un casamiento planeado que termina con la novia escapándose con un hombre casado con otra mujer, y sangre, la sangre que fluye en medio de esa tragedia que se desata. Allí está la figura del novio, que es hijo de una mujer que vio morir a sus otros hijos y carga con ese dolor eterno. Mimi Ardú es quien se pone en la piel de ese fuerte personaje, esa matriarca que tiene que hacer de madre y padre con el único hijo que le quedó vivo.
En Bailar la sangre, la obra es representada a través de números musicales pero también de los textos que los actores se recitan entre movimientos. Si bien en ese detrás de escena nunca se percibe lo meramente cinematográfico, nos encontramos ante una apuesta teatral, donde predomina el movimiento de los cuerpos, las actuaciones teatrales. La idea de romper límites, que está presente en la obra, en el flamenco (como mencionan en algún momento, el único tipo de baile en el que la mujer dirige al hombre) y en lo social. El escenario utilizado es además una fábrica recuperada por sus trabajadores.
Este pequeño documental narra el proceso creativo de una compañía de flamenco pero en algún momento se permite salir de eso y se incluye una valiosa entrevista a la actriz Cristina Banegas, quien se explaya sobre su experiencia interpretando en el escenario textos de Lorca. Así, esta película termina siendo un homenaje a la memoria del escritor andaluz, con escenas incluso de su actriz, la encargada de interpretar a la novia, recorriendo lugares de su historia, sentándose en el café Tortoni a pensar su personaje y leer más sobre el autor.
Bailar la sangre narra el proceso creativo de una obra de Lorca que se resignifica al hacer apropiación de ella y representarla a través del flamenco en la ciudad de Buenos Aires. También es una película que se pregunta todo el tiempo qué significa Lorca, qué representa. Y una de esas respuestas es que sigue tan vigente como siempre.