Belfast

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

Ambientado en Belfast a finales de los 60, la última película escrita y dirigida por Kenneth Branagh nominada al Oscar como mejor película y que se llevó el Globo de Oro a mejor guion, se estrenó el pasado jueves en los cines de Argentina. La película es una bellísima historia con tintes autobiográficos de la infancia del director, emotiva y sensible

Por Manuel Germano

Los conflictos entre católicos y protestantes que sucedieron en Belfast enmarcan el contexto del filme, una zona rodeada por militares y donde los conflictos sociales entre los propios vecinos no tardan en sucederse. Buddy, el hijo menor de un joven matrimonio protestante que no está de acuerdo con la violencia como forma de expresión, es la figura principal que Branagh elige para contar esta historia. A través de sus ojos el espectador podrá adentrarse no solo en lo agitado que fue ese momento histórico para Belfast y la política nacional, sino también en aquello que a el como niño lo mantiene atento, la incertidumbre de lo que podría pasar, el primer amor de la infancia, la estabilidad de la familia en la ciudad o fuera de ella y el vínculo con sus entrañables abuelos (Judi Dench y Ciaran Hinds ofrecen escenas bellísimas)

Emociona la sencillez con la que los vínculos son retratados en Belfast y el humor que genera la inocencia de la mirada de Buddy ante el mundo adulto. Branagh trabaja la totalidad del film en blanco y negro y esa decisión (que nos recuerda a ROMA, de Alfonso Cuaron) es un gran acierto, le aporta a la historia climas y momentos preciosos que calan hondo en la audiencia.

El elenco compuesto por Jude Hill, Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Lewis McAskie, Judi Dench y Ciaran Hinds es otro acierto de Branagh, todos los roles están muy bien delineados y trabajados.

La múltiple nominada a los premios de la Academia es una pieza cinematográfica de gran sensibilidad que tiene grandes posibilidades en la entrega de los Oscar del próximo 27 de marzo.