Birdman es un maravilloso truco de magia envuelto por increíbles actuaciones y un guión brillante. Un trabajo de cámara que genera una sensación de urgencia constante al ritmo nervioso del beat de una batería de jazz. Como el personaje de Keaton, Iñarritu da un salto al vacío que aterriza de manera perfecta. Birdman es todo lo que un film debería ser y mucho más: una coreografia que parece improvisada, un comentario acerca de la fama, el culto a la celebridad, el actor de método (Norton) vs. la estrella de cine (Keaton), el teatro, la industria y la crítica. Es irónica sin ser pretensiosa, es original, inventiva, vital y desafiante visualmente. Una obra maestra.