Una familia boliviana llega a la Argentina seducida por avisos radiales que prometen trabajos de costura en nuestro país. Sin saberlo van a caer en un taller clandestino en la Capital Federal, donde el dueño mantiene a su numeroso grupo de trabajadores de manera ilegal a través de engaños y coacciones que tienden a ocultar la verdadera naturaleza de la relación laboral. Nuestro protagonista no tardara demasiado en advertir esta situación pero no será tan simple escapar de esta red de explotación humana.
Bolishopping está inspirada en hechos reales y funciona como denuncia a estas formas de esclavitud moderna que nos llegan bastante seguidas a través de los noticieros pero que la ficción en nuestro cine argentino viene dejando de lado hace muchos años.
Película oscura y con mucha tensión que se construye inteligentemente en dos tiempos distintos, por un lado el relato principal que nos muestra a Luis, su trabajo en el taller y la relación con su patrón Marcos, por el otro, somos testigos de las declaraciones de su mujer, con un estilo (talking head) que remite al cine documental y que nos anticipa que lo que estamos viendo va encaminado hacia un destino trágico.
El director Pablo Stigliani nos entrega un primer largometraje promisorio e interesante, arriesgado y polémico, de un realismo inusual logrado gracias a la captura de la acción con cámara en mano y planos cortos. El estilo remite al cine de Pablo Trapero en el plano nacional y en el internacional puede asimilarse a la estética del cine rumano de estos últimos años.
Por último destacar el gran trabajo de todos los actores, en especial del maestro Arturo Goetz, que a casi un año de su partida nos deja este testimonio de su grandeza, creando al corrupto y manipulador Marcos, que al mismo tiempo carga con muchas carencias emocionales por su soledad y la relación con su madre enferma.
Un rico personaje, con un abanico de personalidades que Goetz supo como capitalizar, alcanzando así uno de sus mejores trabajos junto a El Asaltante y Derecho de Familia. El duro papel del trabajador Luis, está compuesto por el gran actor boliviano Juan Carlos Aduviri, que hace unos años brilló en la sensacional También la lluvia de Iciar Bollain, aquí vuelve a componer a un personaje explotado que debe revelarse y luchar para cambiar esa situación.
Estamos en presencia de una película necesaria, de gran valor social, un documento esencial para pensar en la situación actual de muchos trabajadores en nuestro país, que probablemente no tenga todos los elementos para llegar a convertirse en un éxito comercial pero que si tiene futuro como obra educacional.